Los adversarios tendrían que abstenerse de toda referencia a su propia victoria y a la derrota de Chacumbele so pena de ser enjuiciados hasta como "traidores a la patria" por estar coludidos con "fuerzas transnacionales" para sacarlo del poder
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
De manera, pues, que decir que Chávez va a perder las elecciones de 2012 es un delito. Ya lo dijo hace semanas. Tener el atrevimiento de pronosticar que ese titán, ese héroe, puede ser derrotado en las elecciones del próximo año ya ha sido marcado con el estigma de la conspiración.
Sus adversarios tendrían que abstenerse de toda referencia a su propia victoria y a la derrota del Líder Máximo so pena de ser enjuiciados hasta como "traidores a la patria" por estar coludidos con "fuerzas transnacionales" para sacarlo del poder.
Pero eso no lo dijo ante el PSUV o en un mitin común y corriente sino que lo aseveró en una reunión con altos jefes militares. Es decir, se lo dijo a la FAN. Nuevamente insiste en tratar a la institución armada como un ejército de partido, al servicio exclusivo de él.
La FAN, de acuerdo al pensamiento de su circunstancial comandante en jefe, no existe para ceñirse a sus obligaciones constitucionales, entre las cuales se cuenta su carácter no partidista, sino para actuar como montonera pretoriana, al servicio de los intereses personales de Hugo Chávez.
Este se dirigió a los jefes militares que lo escuchaban y aplaudían cortésmente como si lo estuviera haciendo ante los dirigentes del PSUV.
Fue un discurso de un dirigente de partido, no del Presidente de la República, que hablaba a los militantes de su agrupación política. El trato que dio a los oficiales allí reunidos fue exactamente el opuesto al que la Constitución pauta.
Además, como hace con todo el mundo, los menospreció. Sus argumentos fueron tan elementales como los que se podrían dirigir a un grupo de escolares de primaria. Los líderes personalistas tienen esa particularidad: siempre toman por tontos a los demás
De manera, pues, que decir que Chávez va a perder las elecciones de 2012 es un delito. Ya lo dijo hace semanas. Tener el atrevimiento de pronosticar que ese titán, ese héroe, puede ser derrotado en las elecciones del próximo año ya ha sido marcado con el estigma de la conspiración.
Sus adversarios tendrían que abstenerse de toda referencia a su propia victoria y a la derrota del Líder Máximo so pena de ser enjuiciados hasta como "traidores a la patria" por estar coludidos con "fuerzas transnacionales" para sacarlo del poder.
Pero eso no lo dijo ante el PSUV o en un mitin común y corriente sino que lo aseveró en una reunión con altos jefes militares. Es decir, se lo dijo a la FAN. Nuevamente insiste en tratar a la institución armada como un ejército de partido, al servicio exclusivo de él.
La FAN, de acuerdo al pensamiento de su circunstancial comandante en jefe, no existe para ceñirse a sus obligaciones constitucionales, entre las cuales se cuenta su carácter no partidista, sino para actuar como montonera pretoriana, al servicio de los intereses personales de Hugo Chávez.
Este se dirigió a los jefes militares que lo escuchaban y aplaudían cortésmente como si lo estuviera haciendo ante los dirigentes del PSUV.
Fue un discurso de un dirigente de partido, no del Presidente de la República, que hablaba a los militantes de su agrupación política. El trato que dio a los oficiales allí reunidos fue exactamente el opuesto al que la Constitución pauta.
Además, como hace con todo el mundo, los menospreció. Sus argumentos fueron tan elementales como los que se podrían dirigir a un grupo de escolares de primaria. Los líderes personalistas tienen esa particularidad: siempre toman por tontos a los demás
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