domingo, 24 de enero de 2010

M2D: ¡Se acerca la hora de la rendición de cuentas!


El Presidente de la República tiene once años en campaña electoral. Todas las decisiones económicas del régimen han estado orientadas a satisfacer sus intereses, su promoción  personal dentro y fuera del país, y a consolidar su absurdo proyecto político.
La demagogia y el desorden han llegado a tales extremos que un día anuncia una misión y al día siguiente anuncia otra; en diciembre inventó la misión Niño Jesús, y en enero la misión 19 de Abril, para iguales fines. Misiones van y misiones vienen, las inventa y las olvida, y en nombre de los pobres las convierte en centros de proselitismo y corrupción. Le van a faltar días al calendario para las “misiones” que Hugo Chávez Frías pueda inventar de febrero a septiembre. La nación le pregunta: ¿Por qué no entiende que “moral y luces son nuestras primeras necesidades”?  ¿Por qué se empecina en afirmar que “no hay una crisis”, que sólo “hay una dificultad”? 

El Presidente presentó un mensaje a la Asamblea Nacional, pero evadió la rendición de cuentas como ordena la Constitución, y eludió informarle al país sobre la situación nacional, sobre la crisis de agua y la crisis eléctrica. Como lo han expresado expertos y técnicos bien informados, el Gobierno erogó 50 millardos de dólares para proyectos eléctricos, pero se ignora su destino. ¿Cuántos millones de dólares fueron enviados a Cuba para sus proyectos eléctricos? ¿A Nicaragua? ¿A Bolivia? Ahora todos estaremos condenados a los apagones y a los racionamientos, mientras el Presidente se obstina en llamar a este desastre apenas “una dificultad”. En la conferencia de prensa ofrecida por expertos idóneos en  el Colegio de Ingenieros, el miércoles 20 de enero, se informó que Planta Centro ha recibido en los últimos 11 años la suma de 191 millones de dólares, “y nunca llegaron a arrancar las 5 turbinas”. ¿Por qué el Gobierno calla ante estas  “dificultades”?   
El Presidente llevó a cabo la devaluación de la moneda no por una razón de orden financiero, sino como una maniobra que le permitirá obtener más bolívares para echar a la calle de febrero a septiembre de manera discrecional, como suele hacerlo, según sus apremios electorales. Los economistas calculan que el Gobierno dispondrá de un presupuesto paralelo de más de 100 millardos de bolívares para financiar la dispendiosa campaña del PSUV. Taimadamente decretó el aumento del salario mínimo pagadero así: 10% en febrero y el resto, 15%, en septiembre, a días antes de las elecciones parlamentarias. Es un aumento engañoso, pues Chávez sabe que los efectos del gasto desordenado dispararán la inflación a cifras intolerables. Es una maniobra arteramente tramposa porque, después del derroche oportunista de la campaña, la economía del país afrontará un periodo de graves dificultades.
Al Presidente de la República lo aterra la perspectiva de que el 26 de septiembre los venezolanos elijamos una Asamblea Nacional de mayoría independiente, un Poder Legislativo que lo obligue a rendir cuentas. Chávez sabe que la transparencia en el manejo de los recursos públicos es incompatible con el falso socialismo que se empecina en implantar violentando el orden legal de la nación.
Socialismo o comunismo marxista no es otra cosa que el secuestro del Estado, de sus inmensos recursos económicos, de sus instituciones adulteradas, de los poderes nacionales constitucionalmente independientes, de las Fuerzas Armadas, puestos todos al servicio de un proyecto personalista y autocrático. Estas fórmulas de implantación  de un sistema como el que Chávez se empecina en imponer a los venezolanos violan abiertamente la Constitución.
La perspectiva de que en Venezuela sea elegida el próximo 26 de septiembre una Asamblea Nacional que Chávez no pueda controlar, que vigile y supervise toda la administración pública, que no se le rinda a Miraflores, que, en una palabra, cumpla cabalmente lo pautado por la Constitución Nacional, le quita el sueño a Hugo  Chávez Frías. Ante la pesadilla de que, habituado a manejar el país como una hacienda de Juan Vicente Gómez, ya en el undécimo año de ejercicio discrecional del poder tenga que rendir cuentas, apela a las argucias del CNE de recomponer los circuitos electorales para tratar de obtener ventajas indebidas. Venezuela es un país colapsado por obra de la revolución chavista y sabrá dar la respuesta que Chávez merece.
Evidentemente, la recomposición de los circuitos electorales no obrará milagros. Tampoco la violencia y la agresividad de un sector de la Guardia Nacional y de las milicias oficialistas, como la desatada contra los estudiantes de la Universidad de Carabobo por haber llevado una pancarta de protesta contra la inseguridad, la falta de agua y los apagones. Se enfurecieron, y a golpes y patadas agredieron a los jóvenes y destruyeron la pancarta que decía ’TAS PONCHAO. Y en efecto, Chávez y su revolución ruinosa ’TAN PONCHAOS..

¡Por la unidad de las fuerzas democráticas!
¡Hacia el rescate de Venezuela
el 26 de septiembre!
¡Unidad, unidad, unidad!
 Fuente: El Nacional online 24 enero 2010

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