Colombia al ataque. Con el título Bomba de Tiempo la revista semanal vinculada al ex ministro de la Defensa Juan Manuel Santos, publica un informe sobre las probabilidades de guerra entre Venezuela y Colombia.
La publicación es habitualmente dura con el Presidente venezolano y en su reportaje acude a expertos internacionales para terminar su teoría de por qué Chávez atacaría a Colombia.
“En aras de la verdad, hay que reconocer que, si bien una intervención yanqui en la actualidad es muy improbable, en el pasado esto no era así. Estados Unidos una y otra vez había actuado política, económica o militarmente cuando en el continente se presentaban brotes de rebeldía como los de Chávez. Así sucedió con Bahía de Cochinos, con el derrocamiento de Arbenz en Guatemala, con el de Allende en Chile, con la invasión a Granada y con el golpe a Noriega. Sin embargo, esto sucedía cuando Estados Unidos era de verdad un imperio y estaba la amenaza del comunismo como telón de fondo.
Hoy el muro de Berlín se cayó, la Guerra Fría se acabó y el comunismo dejó de ser una opción viable.
Por lo tanto, así como la guerra contra Al- Qaeda está vigente, la guerra contra el socialismo bolivariano no lo está. Para que se arme un conflicto de verdad entre Estados Unidos y Venezuela se requeriría que a Chávez le diera por desarrollar energía nuclear con la ayuda de Irán. Descartado el ataque de Estados Unidos o Colombia a Venezuela, queda por definirse si es posible que Venezuela ataque a Colombia.
Es en este aspecto donde entra en juego la megalomanía y el delirio de grandeza que caracterizan a Hugo Chávez. No hay duda de que su proyecto de revolución bolivariana es expansionista. Con su chequera se ha armado hasta los dientes al intervenir más de 5.000 millones de dólares en aviones, submarinos, tanques y cuanto hay, con la teórica disculpa de que son exclusivamente para la defensa de la revolución bolivariana.
Sin embargo, la historia ha demostrado que con frecuencia cuando se compra tanto se acaba por usarlo.
Y como invasión yanqui no va a haber, el único blanco posible en esa eventualidad sería Colombia, pues ni Brasil ni la Guyana están en la mira. Que el gobierno venezolano ha contemplado la posibilidad de un conflicto armado con Colombia, ya sea por razones defensivas o de conquista territorial, no hay la menor duda.
El propio Chávez se la pasa arengando a sus generales para tal eventualidad. Y existen entrenamientos militares basados en una posible invasión a Colombia. El Plan Guaicaipuro, que es uno de estos escenarios preparados por el ejército bolivariano, contempla un proyecto conjunto para atacar a Colombia desde tres países simultáneamente: Venezuela, Ecuador y Nicaragua. El primero entraría por La Guajira, Ecuador por el sur y Nicaragua por el Caribe con el objetivo de hacer un cerco sobre Bogotá.
Las FARC, por su parte, conformarían un gobierno provisional y se abriría camino a la revolución continental.
En la simulación no se le ponen nombres concretos a los países, pero es evidente, por los mapas y por la descripción, de cuáles se trata. Hasta hace poco, el Plan Guaicaipuro estaba colgado en Internet, pero dada la delicadeza del asunto fue retirado hace poco.
Además, las circunstancias han cambiado, y hoy Ecuador no es considerado un aliado militar automático de Venezuela. Como la reivindicación territorial es poco probable, el único objetivo que podría tener Chávez es pensar que el gobierno colombiano, manejando guerras simultáneas contra las FARC y contra Venezuela, podría caerse y ser reemplazado por un gobierno de Alfonso Cano y el Mono Jojoy. No hay duda de que eso es lo que le gustaría, y su simpatía con las FARC, después de la aparición del computador de Raúl Reyes, dejó de ser objeto de duda.
Sin embargo, un triunfo guerrillero como el de Fidel Castro en Cuba en 1959 sería una fantasía comparable solamente a la película Avatar. Por lo tanto, si no se va a poder quedar con la Guajira y no va a poder llevar a las FARC a la Casa de Nariño, no se entiende muy bien a qué aspira Chávez. No existe ningún argumento racional para declarar una guerra a Colombia. Lo grave es que muchas de las guerras que se han declarado en la historia no han sido racionales. Y eso es lo verdaderamente preocupante.”.
Hoy el muro de Berlín se cayó, la Guerra Fría se acabó y el comunismo dejó de ser una opción viable.
Por lo tanto, así como la guerra contra Al- Qaeda está vigente, la guerra contra el socialismo bolivariano no lo está. Para que se arme un conflicto de verdad entre Estados Unidos y Venezuela se requeriría que a Chávez le diera por desarrollar energía nuclear con la ayuda de Irán. Descartado el ataque de Estados Unidos o Colombia a Venezuela, queda por definirse si es posible que Venezuela ataque a Colombia.
Es en este aspecto donde entra en juego la megalomanía y el delirio de grandeza que caracterizan a Hugo Chávez. No hay duda de que su proyecto de revolución bolivariana es expansionista. Con su chequera se ha armado hasta los dientes al intervenir más de 5.000 millones de dólares en aviones, submarinos, tanques y cuanto hay, con la teórica disculpa de que son exclusivamente para la defensa de la revolución bolivariana.
Sin embargo, la historia ha demostrado que con frecuencia cuando se compra tanto se acaba por usarlo.
Y como invasión yanqui no va a haber, el único blanco posible en esa eventualidad sería Colombia, pues ni Brasil ni la Guyana están en la mira. Que el gobierno venezolano ha contemplado la posibilidad de un conflicto armado con Colombia, ya sea por razones defensivas o de conquista territorial, no hay la menor duda.
El propio Chávez se la pasa arengando a sus generales para tal eventualidad. Y existen entrenamientos militares basados en una posible invasión a Colombia. El Plan Guaicaipuro, que es uno de estos escenarios preparados por el ejército bolivariano, contempla un proyecto conjunto para atacar a Colombia desde tres países simultáneamente: Venezuela, Ecuador y Nicaragua. El primero entraría por La Guajira, Ecuador por el sur y Nicaragua por el Caribe con el objetivo de hacer un cerco sobre Bogotá.
Las FARC, por su parte, conformarían un gobierno provisional y se abriría camino a la revolución continental.
En la simulación no se le ponen nombres concretos a los países, pero es evidente, por los mapas y por la descripción, de cuáles se trata. Hasta hace poco, el Plan Guaicaipuro estaba colgado en Internet, pero dada la delicadeza del asunto fue retirado hace poco.
Además, las circunstancias han cambiado, y hoy Ecuador no es considerado un aliado militar automático de Venezuela. Como la reivindicación territorial es poco probable, el único objetivo que podría tener Chávez es pensar que el gobierno colombiano, manejando guerras simultáneas contra las FARC y contra Venezuela, podría caerse y ser reemplazado por un gobierno de Alfonso Cano y el Mono Jojoy. No hay duda de que eso es lo que le gustaría, y su simpatía con las FARC, después de la aparición del computador de Raúl Reyes, dejó de ser objeto de duda.
Sin embargo, un triunfo guerrillero como el de Fidel Castro en Cuba en 1959 sería una fantasía comparable solamente a la película Avatar. Por lo tanto, si no se va a poder quedar con la Guajira y no va a poder llevar a las FARC a la Casa de Nariño, no se entiende muy bien a qué aspira Chávez. No existe ningún argumento racional para declarar una guerra a Colombia. Lo grave es que muchas de las guerras que se han declarado en la historia no han sido racionales. Y eso es lo verdaderamente preocupante.”.
¿Chávez en retirada?.
Lo que este cronista observa es que ahora cuando Chávez ha dejado el tema del conflicto, los colombianos lo retoman con medios como Semana de gran influencia en sectores conservadores de ese país.
En su defensa, exponen que el venezolano se ha armado hasta los dientes y quiere para Colombia un gobierno de la FARC. Una tesis audaz y globalmente improbable.
Pero Colombia insiste en la protección de Chávez a los grupos subversivos.
Un informe de la Inteligencia colombiana indica que hay jefes guerrilleros radicados en Caracas, Falcón y parte de Zulia y los llanos. Hablan de pistas en zonas como Borojo y Seque en Falcón. Prometen fotos y levantamientos de fotos por aviones espías.
Lo que yo veo es una crisis a futuro. No una guerra.
Será una guerra de documentos vinculados a funcionarios y diputados venezolanos. Es posible una ruptura.
Nunca un conflicto bélico.
Colombia o Uribe no la desean. Amplios sectores militares de Venezuela tampoco. Una encuesta confidencial dio estas cifras: 76. 5 de oficiales y tropas no quiere guerra. 12% SI, el resto no responde. Entre familiares de militares 83 % no quiere ni siquiera hablar de guerra, 5% iría a pelear, el resto no responde.
En su defensa, exponen que el venezolano se ha armado hasta los dientes y quiere para Colombia un gobierno de la FARC. Una tesis audaz y globalmente improbable.
Pero Colombia insiste en la protección de Chávez a los grupos subversivos.
Un informe de la Inteligencia colombiana indica que hay jefes guerrilleros radicados en Caracas, Falcón y parte de Zulia y los llanos. Hablan de pistas en zonas como Borojo y Seque en Falcón. Prometen fotos y levantamientos de fotos por aviones espías.
Lo que yo veo es una crisis a futuro. No una guerra.
Será una guerra de documentos vinculados a funcionarios y diputados venezolanos. Es posible una ruptura.
Nunca un conflicto bélico.
Colombia o Uribe no la desean. Amplios sectores militares de Venezuela tampoco. Una encuesta confidencial dio estas cifras: 76. 5 de oficiales y tropas no quiere guerra. 12% SI, el resto no responde. Entre familiares de militares 83 % no quiere ni siquiera hablar de guerra, 5% iría a pelear, el resto no responde.
Tomada de: atravesdevenezuela.com
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