lunes, 21 de marzo de 2011

"Chávez perderá en el 2012"

Carlos Chancellor no se rinde porque está seguro de que después del próximo proceso electoral será liberado. Hoy inicia una huelga de hambre y se declara en resistencia civil porque el Estado quiere imputarle nuevos delitos


Por: Patty Fuentes Gimón/TalCualDigital
Ante la obligación penal de otorgar la libertad condicional al ex alcalde de Sifontes en Bolívar, Carlos Chancellor, el Estado sumará nuevas imputaciones a su caso para mantenerlo tras las rejas.

Después de que el juez de Ejecución de la causa recibiera su expediente en el que se explican los motivos por los cuales le corresponden medidas cautelares de libertad, el jueves fue trasladado a la Fiscalía 2 de Puerto Ordaz "sin la autorización del tribunal competente" presuntamente para imputarle nuevos delitos.

"El 15 de marzo cumplí 4 años y un mes detenido en Patrulleros de Caroní. Mi pena es de 7 años y 3 meses.

Tengo carta de buena conducta y de trabajo, por lo que, de acuerdo con la ley, ya procede otorgarme el Régimen Abierto. Pero ahora oficiaron al comisario Saúl Cordero, comandante del retén policial, para que me llevara a la Fiscalía", denuncia Chancellor.

Por si fuera poco, hubo irregularidades en este nuevo procedimiento, pues el tribunal de Ejecución es el único ente con potestad para ordenar cualquier traslado del ex alcalde y, además, sus abogados fueron informados a destiempo.

"Mi defensa fue notificada el miércoles en la tarde porque acudió al tribunal casualmente a conocer sobre el estado de mi expediente. Debido a la celeridad del caso, mis abogados no pudieron estar presentes porque tenían compromiso con otro juicio. Yo no firmé el acta que pretendían que firmara en la Fiscalía y argumenté que el oficio había sido una violación flagrante del debido proceso. Hay un expreso retardo procesal de un año", explica Chancellor, quien será llevado nuevamente el miércoles al tribunal, junto con sus representantes legales.

En vista de que su situación parece empeorar, el dirigente informó que desde hoy se declara en resistencia civil y en huelga de hambre. "Tomo la decisión como consecuencia de que se están irrespetando mis derechos y de que desconozco cualquier nueva imputación. El general Rangel Gómez y el presidente Chávez están detrás de todo esto", expresa.

—En este tipo de casos, la justicia funciona...
—En mi caso han sido muy diligentes y a la velocidad del rayo se cumplen los procedimientos. Sin embargo, hace un año introduje una denuncia contra Claudio Turchetti porque a través de un medio de comunicación se refirió a mí como asesino. La demanda, por difamación e injuria, fue admitida por el tribunal correspondiente y, posteriormente, el ciuda dano aludido recurrió a la Corte de Apelaciones. Aún no se han pronunciado. En cambio, en mi caso, cuando conocen que puedo salir en libertad, proceden de inmediato a imputarme de nuevo.

—¿Estima usted de cuáles delitos se le pudiera imputar ahora?
—Sospechamos que es por heridas en refriega, pero hay dos vicios en este delito. Primero, en la audiencia preliminar, la misma Fiscalía que actuó como órgano acusador dijo que ese delito había prescrito al juez de la causa, quien decidió remitirlo a la Corte de Apelaciones para revisar si realmente había prescrito. Segundo, las personas que presuntamente resultaron heridas no tienen informes médicos forenses y nadie puede ser procesado por heridas en refriega sin este documento. También me acusan de arrebatarle el arma a un militar durante la protesta en Las Claritas.

—¿Realmente cree que lo tienen preso por liderar esa manifestación?
—Absolutamente, no. El mayor delito que cometimos fue el de denunciar el fraude del Estado venezolano, realizado por el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, general Francisco Rangel Gómez, quien desconoció las cláusulas del contrato entregado por su empresa a la trasnacional Crystallex Corporation para hacer negocios en las bolsas de valores del mundo. Se le entregaron a esta empresa bienes nacionales con un valor de 187 millones de dólares por tan sólo 15 millones de dólares, lo que resta una diferencia de 177 millones de dólares. No nos perdonan haberlo denunciado y por eso nos persiguen judicialmente y, con el control de todos los poderes, imponen su criterio y nos condenan.

—¿El minero William Saud está detenido por los mismos delitos que usted?
—Han tratado de hacerle ver a la opinión pública que yo estoy preso por motivos diferentes, como corrupción y asesinato. Sin embargo, estoy detenido con Saud por los mismos delitos: agavillamiento (me acusan de haberme agavillado con él a pesar de que pertenecemos a distintas toldas políticas), incitación a delinquir y cierre de vías de circulación.

La única diferencia es que él fue juzgado en libertad y yo estando preso, supuestamente por peligros de fuga a pesar de que cumplí estrictamente el régimen de presentación.

"PRESO NI EN EL HOTEL ALBA"
Además de la frustración por la forma en que se ha manipulado la justicia en su caso, Carlos Chancellor manifiesta sentirse sumamente afligido por la línea de separación que la cárcel ha creado entre él y sus familiares. Sin embargo, asegura que no se rendirá, ni ahora ni nunca.

—¿Cómo han manejado sus padres esta situación?
—No tengo palabras para expresarlo. Mi mamá está sufriendo un cuadro clínico preocupante porque se le está durmiendo el brazo y tememos que le pueda dar una hemiplejía. Mi papá recientemente sufrió desmayos y es hipertenso. En estos cuatro años, sólo he podido ver una vez a mi mamá y dos a mi papá porque no pueden viajar. Mis hijos no han podido estar conmigo porque deben atender a mis padres. Pronto hay que trasladar a mi madre a Ciudad Guayana para que sea atendida de emergencia.

—¿Suele recibir visitas con frecuencia?
—Antes de que mi mamá se enfermara, mis hijos me visitaban todos los días. Tengo 11 hijos y 12 nietos. Soy el papá de John Carlos Chancellor, uno de los jugadores que viajó con la Vinotinto a España y Perú. Mis hijos están muy identificados conmigo y me apoyan en todo. La menor tiene 11 años, me separé de ella cuando tenía sólo 7. La mayoría de mis nietos son pequeños: de 8, 6 y 5 años. Siempre preguntan por mí... Afortunadamente, me permiten recibirlos en la sala de visita y no en el calabozo... Pero la hora más triste es la despedida.

—¿Y su esposa? ¿Tiene esperanzas de que usted sea liberado?
—Sí, claro. No vale rendirse; todos mantenemos las esperanzas, a pesar de las consecuencias que refleja esto con mi familia, el distanciamiento y las visitas prohibidas en muchas oportunidades. Gracias a Dios he mantenido mi salud, pero preso ni en el hotel Alba.

—¿Qué lo hace mantenerse fuerte?
—Aunque intentan dejarme más tiempo en prisión, asumo el reto porque estaré aquí hasta el año 2012 cuando tendremos un nuevo Presidente.

Resistiré hasta entonces porque se hará justicia en todos los casos de presos políticos venezolanos. Si algo ha demostrado la juventud, es que existimos presos políticos en Venezuela y que en el próximo proceso electoral rescataremos la democracia y la justicia.

—Si tuviera la oportunidad de reunirse con el presidente Chávez, ¿qué le diría?
—Que se prepare porque va a perder las elecciones de 2012. No le voy a pedir perdón ni me voy a arrodillar... Si quiere dejarme preso, que me deje preso porque se hará justicia con el próximo Presidente de Venezuela que será electo democráticamente y Chávez tendrá que respetar la voluntad del pueblo. Si no salgo por la vía de la justicia ni se me reconocen mis derechos y beneficios que me corresponden, saldré indultado por el próximo mandatario que hará que se respeten los derechos civiles, políticos y democráticos de los que somos presos políticos.

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