De enfermedades presidenciales y otros males. La falta de información veraz y oportuna acerca de la salud de Chávez conlleva a armar el rompecabezas echando mano a opiniones personales sobre lo que se ha convertido en un tema delicado. No se incurre en delito alguno leyendo o escuchando puntos de vista con información médico oncológica, general y básica. Quienes la aportan tratan de evitar especulaciones y, sobre todo, piden guardar la fuente temiendo amenazas de los radicales. Los comprendo, porque por más oncólogo que sea, no hay quien se atreva a emitir públicamente criterios sobre el asunto y más conociendo la suerte del doctor Navarrete, a quien condenan por haber dado una opinión sin que se tratase de una fuente oficial o que en algún momento hubiera evaluado al paciente-Presidente, ni mucho menos revisado algún material o historia médica clasificada como top secret; sin embargo, releer a Navarrete así como a otros especialistas que nos hacen llegar sus opiniones, es encontrar puro razonamiento médico apoyado en la información que el propio Chávez ha facilitado. Ahora bien, a falta de ella uno se siente atraído por simples ejercicios mentales cimentados en las herramientas estándares y universales con las que cuentan los especialistas para hacer diagnósticos. La mayoría de los consultados expresa su preocupación alegando que, definitivamente, alguien nos está mintiendo.
Comparto la inquietud provocada por el hermetismo con el cual se maneja la información sobre el tema. Estimo que la manera de darlo a conocer sólo ha servido de estímulo a la industria del rumor, pues falta que Chávez deje de aparecer en público un par de días para que el país sea el más grande recipiente de los murmullos. Llueven las controversias, unas más otras menos científicas. Nos inclinamos por dos de las primeras: ¿Cierto o falso que el primer paso que se lleva a cabo cuando se está frente a un paciente con sospechas de cáncer, es hacer una biopsia para conocer el tipo de tumor a enfrentar? ¿Cierto o falso que dicho procedimiento va desde la punción con aguja fina, pasando por la aguja gruesa, biopsia operatoria y en casos extremos y desafortunados por una cirugía de emergencia la cual se considera un mal pronóstico? Chávez informó que le extrajeron un tumor del tamaño de una pelota de beisbol. Son muchas las consideraciones acerca del cáncer diagnosticado en La Habana. Hasta ahora se desconoce una respuesta a la interrogante más importante en su caso: ¿Cuál es el tipo histológico del tumor extraído al Presidente? Ese ha resultado el gran misterio informativo para los consultados, la gran incógnita. Les llama la atención y les crea dudas que Chávez haya dicho que se trataba de un tumor encapsulado cuando antes declaró que fue operado de emergencia, incluso con hospitalización en terapia intensiva por un tumor que se abscedó. Les plantea dudas que no diga con exactitud el tipo de tumor que tiene, con nombre y apellido (lo cual percibo no es una curiosidad morbosa, sino el derecho de todos los venezolanos a conocer la salud de quien rige sus destinos). Es motivo de suspicacia para quienes conocen del tema que diga que, con sólo cuatro ciclos de quimioterapia ya está milagrosamente curado. En el caso clínico del Presidente no debe haber medias tintas, si es verdad que realmente está enfermo de cáncer (que según las normas básicas de estadificación clínica debe estarlo), sería un caso único si después de su gravedad el capítulo está cerrado y que en un tiempo más o menos corto no deben esperarse nuevas complicaciones. No me queda sino hacer las preguntas de rigor: ¿Existe o no todo un ambiente desinformativo alrededor de su enfermedad? ¿Mueve o no a la desconfianza que finalmente se haya realizado casi todo el tratamiento en Cuba? ¿Qué se oculta? Las interrogantes pueden molestar en su entorno, pero, en la calle es la comidilla del día. En virtud del celo de Miraflores sobre la salud del jefe del Estado, nos sentimos con el derecho a plantearnos dos enigmas: 1) ¿Se trata de una enfermedad mucho más grave de lo que quieren hacer ver? 2) ¿Estamos ante un buen montaje con base a una enfermedad que no existe, pero que se simula farmacológicamente para de tal manera hacer creer que Chávez vence el cáncer, burla la muerte; todo con el fin de convertirse en una leyenda y ganar popularidad justo antes de las elecciones? Todo es posible en el mundo de la dimensión desconocida que nos proporciona la desinformación.SECRETOS. Se fue Cecilia Matos. Con ella tuve oportunidad de conversar telefónicamente hace un año con miras a lograr una entrevista que nunca se concretó, sobre todo por el deceso de CAP. Cecilia me había pedido que le diera tiempo. Sus revelaciones hubieran producido un sismo en la política criolla. Los secretos de Cecilia Matos. Se los llevó a la tumba.
ACIERTOS. Tal como lo anunciamos, AD respaldó a Pablo, Antonio declinó su candidatura, Copei no apoyó a Capriles y Eduardo no participará en las primarias. Al Tigre no lo pierdan de vista que (como en la letra de Rubén Blades) anda buscando guayabas.
UNIDAD. Se agudiza el fraccionalismo en el PSUV (todos con una tesis compartida: el chavismo sin Chávez). Elías Jaua (grupo UCV) aliado con Tarek El Aissami (ambos aspiran) y se sostienen en buenas bases financieras. Por ahora trabajan para captar a gobernadores y dirigentes fundamentales. Están enfrentados a los militares (Diosdado, Mata, Rangel, Reyes y Arias). Uno de los operadores políticos del grupo UCV es Hugo Cabezas. Los contactos económicos los maneja Pedro Maldonado (Conatel). Los apoyos militares están bajo la responsabilidad del jefe de la ONA (considerado archienemigo del comandante de la GNB). Enfilan baterías en contra de Henry Rangel Silva porque lo consideran rival de Cabezas en Trujillo. Sostienen que se perderán las gobernaciones de Lara, Monagas y Zulia por lo opaco de los escogidos. Entretanto, Nicolás y Cilia se han convertido en receptores de quienes cuestionan al grupo UCV. Por otra parte, el llamado grupo 80 (Jorge Rodríguez y Jacqueline Farías) asociado a medias con el grupo Petróleos (Rafael Ramírez) se hacen los desentendidos. Igual actitud asumen Aristóbulo y Darío Vivas (esperando que se debiliten). El monje Giordani está más ocupado en su pelea con Merentes. Desde otro ángulo, Erika Farías y Andrés Izarra (los percibidos como más cercanos a Chávez) observan y recolectan pruebas para, llegado el momento, presentarlas. Los generales (patria o muerte) Suárez Chourio, Ornellas Ferreira y Rodríguez Torres marcan al grupo como si se tratase de delanteros en los mejores tiempos de Maradona. ¡Unidad, unidad!, ese clamor bolivariano se pierde en la pelea que sin pedir ni dar cuartel mantiene el grupo UCV (liderado por Jaua, El Aissami y Cabezas).
LACTEOS. Si Chávez conociera los entretelones de la nacionalización de Parmalat detendría ese proceso de inmediato. La historia comienza con la privatización de Indulac en tiempos de Caldera II, con su hijo Andrés como protagonista a las sombras. La industria láctea se la vendieron por 12 millones de dólares a Calisto Tanzi (hoy preso en Italia acusado de engañar a los mercados y manipular los balances). En esa oportunidad Tanzi depositó los 12 millones de dólares en la sucursal del BIV en Nueva York y le aceptaron que pagara en bolívares en Caracas. El caso es que Tanzi estaba al tanto de una devaluación y terminó pagando sólo 6 millones de dólares. En la negociación se involucró la Curia Romana y la Conferencia Episcopal Venezolana de entonces (con Mario Moronta entre sus integrantes). Hoy, nada más que el edificio de Parmalat en Macaracuay vale 10 veces más de lo cancelado por Tanzi. Vale recordar también que todas las grandes receptoras de leche eran de Indulac.
MUNICIONES. A propósito del desabastecimiento “virtual” de la leche. Hay quienes encontraron mejor negocio en importar leche que en vender municiones y equipos militares. El affaire de los lácteos da para más. Por cierto, el gran beneficiario de la importación de leche es Alberto Finol (connotado empresario de la IV República).
SALARIOS. Amén del desafortunado momento que vive la industria láctea con el desabastecimiento, encontramos que el asunto tiene una de sus aristas en los sindicatos que solicitan 4 salarios mínimos de aumento. La quinta columna de la contra la dirige un sindicalista de apellido Higuera, brazo sindical de un ex jefe guerrillero.
MENGUA. Se cae el liceo Caracas. En 1924 su director llegó a ser Rómulo Gallegos y por sus aulas pasaron Rómulo Betancourt y Miguel Otero Silva. Posteriormente tomó el nombre de liceo Andrés Bello; sin embargo, como Liceo Caracas volvería años después, pero a El Paraíso. Hace poco tiempo fue decretado como centro piloto del talento deportivo, siendo su padrino el ministro Héctor Rodríguez. Hoy, el liceo Caracas muere de mengua sin que el burócrata del deporte haga algo por impedirlo.
CLAVOS. Sacaron a los pescadores venezolanos que practicaban el arrastre en las costas nacionales (con toda razón), pero ahora son los chinos los que vorazmente están con la pesca de arrastre acabando con nuestras especies marinas.
PIFIA. Una equivocación que saldrá costosa. La CNV y la Superintendencia de Bancos en tres y dos. Intervino Fogade y se desenredó la madeja de la Casa de Bolsa U21 (caso Ricardo Fernández). A la mayoría de las instancias implicadas se le devolvieron sus recursos y hoy son de las más sólidas del mercado. Está cerca la libertad de Fernández y se habla de retornarle capitales por el orden de los 700 millones de dólares.
HUMANITARIO. A raíz de la decisión del Ministerio del Poder Popular de Servicios Penitenciarios, de ordenar pruebas ante la Coordinación Nacional de Ciencias Forenses del Cicpc para los presos con enfermedades graves, para que se les otorgue la libertad condicional; circulan denuncias en el sentido de que les están exigiendo 5 mil BF a sus familiares para en el Informe Médico Legal aparezca el diagnóstico que justifique la medida humanitaria. Atención Iris Varela.
PENURIAS. Mucho movimiento en los comederos caraqueños de La Castellana. Emilio Graterol reunido con los más conspicuos financieros del mundo político. Igual Marta Colomina, Ciro Zaa y Andrés Caldera (Dios los cría…). Huele más a billete que a azufre. Entretanto, “Salven a Pablo”, es la consigna buscando cobres para inscribir a Pablo Medina (casi en la indigencia) en las primarias. Su 1% de aceptación popular vale un billete.
Saludos, estos entretelones de la politica son un espejo de lo que acontece en el pais, puros grupitos pensando en sus intereses, mientras la inflacion devora los salarios, la deuda externa es incontrolable y los mamotretos rusos gigantescos llevan polvo en La Carlota y en cualquier gandola accidentada por esos mundos.. pobre Patria ya no soporta mas...!
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