Esta revolución de cartón se ha especializado en dar a sus funcionarios más pertinaces la capacidad de engordar, tanto físicamente como en los bolsillos, pero también en sus currículos. Diosdado ha sido superministro y en algún momento ostentó 36 cargos administrativos, por ejemplo. Pero no hay que ser de la plana mayor para lograr esas posiciones como de multihombre, aquella vieja caricatura. En el ámbito municipal también se da.
¿Recuerdan a Eliécer Otaiza? Aquél que fue militar amenazador de propios y extraños, que alguna vez llegó a la Asamblea Nacional para decir que los diputados estaban "en estado permanente de sospecha", hoy en día es el director del Terminal de La Bandera. Pero al mismo tiempo es presidente del Imdere, el Instituto Municipal de Deporte y Recreación de la alcaldía de Caracas. Jorgito lo trata bien y lo pone donde hay. Pa’ eso están los panas. Entre rojos se entienden.
Tener varias cachuchas debe ser divertido. Se las cambian a conveniencia. Total, igual los cargos son para generar burocracia y control político y tener quién vaya a marchar para apoyar al comediante presidente.
NDO/TalCualDigital
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