Por: VenEconomía
Los últimos acontecimientos políticos y económicos que se desarrollan en Venezuela en el marco de la “guerra económica” desatada por Nicolás Maduro, indican que el oficialismo está determinado a permanecer en el poder a como dé lugar sin miramiento alguno a lo que tenga que llevarse por delante.
Aunque lo que arrase y destruya sean derechos económicos, políticos y civiles garantizados por la Constitución Nacional, o sean propiedades, economía del país, libertades de todo tipo.
Maduro se propone incluso, imponer por la fuerza habilitante un Plan de la Patria, que tiene como objetivo terminar de instaurar y hacer irreversible un Estado “socialista” en Venezuela ajeno al mandato constitucional y rechazado contundentemente por la población en el Referendo Constitucional de 2007.
Igual de insólito e inadmisible es que todo parece indicar que las Fuerzas Armadas del país, llamadas a ser garantes del respeto y obediencia a la Carta Magna y a la República, se han sumado a estos perversos objetivos del castrocomunismo, no solo con su silencio y apoyo tácito, sino pasando a ser factores activos dentro del Poder Ejecutivo, ejerciendo cargos determinantes para el retroceso histórico al que se quiere llevar a la Patria, prestándose para arrasar con comercios y propiedades y siendo, incluso, veladores en los procesos electorales de las arbitrariedades y abusos del sector oficialista, cuando su rol debe ser el de garante del ejercicio libre y secreto del voto.
La analista política y experta en temas castrenses Rocío San Miguel, expone esta realidad con total crudeza en su columna ¿Hacia dónde va la FAN? publicado en Tal Cual. En este análisis San Miguel indica que “los militares no solo están controlando el Poder Ejecutivo, y a partir de allí el resto de los poderes públicos, sino además están desarrollando un peligroso discurso que no tiene precedentes en la historia de Venezuela”.
Sostiene que durante el mandato de Hugo Chávez Frías (1998-2013) avanzaron de manera brutal “las graves expresiones públicas de propaganda, militancia o proselitismo político realizadas por miembros del Alto Mando Militar y algunos oficiales superiores de la Fuerza Armada Nacional a favor de persona o parcialidad política en actos públicos”, incluyendo una intromisión progresiva y cada vez más descarada del estamento militar en los actos electorales.
Son públicas y notorias las declaraciones de generales activos y cabezas del Ministerios de la Defensa y otras instituciones castrenses subordinándose al proyecto político de Chávez y Maduro, hecho en La Habana, aún cuando su obediencia se obliga al Estado, a la defensa del la Patria de cualquier intromisión extranjera en asuntos de soberanía nacional.
Explica San Miguel, que con Maduro al poder se ha registrado un cambio significativo en el discurso militar cuando estos asumen “el compromiso con el socialismo y la defensa de la revolución por parte de la Fuerza Armada Nacional”, el cual a su entender es “una declaración de guerra sin duda contra la mitad del país que se ha expresado opositora”.
Pregunta San Miguel: “¿Quién puede impedir esto? ¿Cómo puede una FAN continuar desplegándose para la custodia de los procesos electorales en tal estado de partidización?”
Pero afirma “No hay respuesta”. Y explica que “este tema ha sido subestimado, pero es moralmente inobjetable y poderoso en sus efectos visibilizarlo. Esto viene sucediendo en Venezuela a la vista de todos sin que nadie pueda impedirlo, con la complicidad de los poderes públicos, y lo más grave, del Ministerio Publico, que sabe perfectamente que esto, más que estar prohibido en la Constitución, es un delito previsto en el artículo 68 de la Ley contra la Corrupción”.
Para VenEconomía el recurso democrático y constitucional para parar esta barbarie está en las manos del ciudadano: El voto masivo y activo. El 8D cada elector tiene un reto: Comenzar a parar el avance del castrocomunismo en los gobiernos municipales y concejos municipales.
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