Por: Laureano Márquez/TalCual
En honor a la verdad, poniéndome en su lugar, si a mi un caricaturista del gobierno me hace una caricatura similar a la que el Alcalde de Libertador cuestiona y que apareció en este diario, yo habría salido diciendo exactamente lo mismo que dijo él: que se promueve de manera velada mi asesinato, en mi caso minicidio, ya que no ocupo ningún alto cargo de importancia.
La pregunta que surge con toda la controversia que la caricatura ha generado es la siguiente: ¿qué nos esta pasando a los venezolanos unos con otros para ver detrás de cada gesto de quien nos critica un intento de asesinato? ¿Cómo hemos llegado a sobreinterpretar tanto nuestras animadversiones que hasta las flechas de Cupido, que desde antiguo son emblema del amor, tienen entre nosotros una carga fatal, trágica, irreversible y hasta terrorista? Este es el verdadero problema que se oculta detrás de esta interpelación de la que cupido ha sido objeto esta semana.
Cuando existía Mario Silva y éste aludía mis artículos, yo me enteraba al día siguiente por la cantidad inusual de amenazas a través de las redes. Amenazas de gente que ni siquiera había leído lo que yo había escrito, sino que había dado por buena la interpretación que del mismo hacía el conductor de la noche. Es evidente que en este diario nadie quiere acabar con la vida de nadie y menos el caricaturista que pretendió interpretar el artículo con el que Marco Negrón cuestionó la gestión del Alcalde y su amorosa campaña.
La verdad es que las caricaturas no matan. Asesinan los sicarios, los delincuentes. El lamentable asesinato del candidato a concejal de la MUD en el Zulia, José Chirinos, no fue precedido por una caricatura, sino por años de discursos muy serios, de palabras incendiarias que ven en quien piensa diferente un enemigo, un apátrida; por imágenes de altos funcionarios manipulando armas en pantallas de televisión, y de gente impunemente armada en manifestaciones públicas, imágenes que son mucho más poderosas que cualquier caricatura.
Guillermo Dávila tendrá también que acudir esta semana a la Asamblea Nacional por unas agresiones -absurdas e injustificadas dicho sea de paso- que Roque Valero y su esposa sufrieron en un supermercado en el que el cantante (bueno los dos son cantantes) (Dávila, quiero decir) se encontraba. Hasta el acto de hacer mercado es político en nuestra tierra.
¿Por qué no nos soportamos? Es mentira que dos Venezuelas se enfrentan, dos modelos económicos y sociales. Esta es la misma Venezuela sinvergüenza de siempre, un poco más intensa quizá, un poco mas tracalera, arbitraria y deshonesta que de costumbre. La del vivo que quiere comprar 10 televisores de plasma para revenderlos mas caros que el vivo que se hizo multimillonario importándolos con dólar de CADIVI. No existen revoluciones con whisky 18 años. Los ricos siguen siendo ricos y muchos nuevos "bolimillonarios" se han sumado, entre otros una nueva categoría que he escuchado recientemente a la que llaman los "bolichicos", chamos muy jóvenes que se han hecho de gigantescas fortunas apoyados en la corrupción administrativa, cuya exhibición descarada y pública indignó en un memorable artículo a Luis Vicente León.
Alcalde: Cupido, el viejo Eros de los griegos tenía dos tipos de flechas, unas de oro para sembrar amor y otras de plomo para sembrar olvido e ingratitud en los corazones. Recuerde que Cupido se enamora de Psique, de donde viene la psiquiatría. ¿No será que lo que Cupido nos anuncia es que estamos todos,en este momento de nuestra historia, mal del coco? Ojalá que algún día vuelva a flecharemos con el oro del amor y la tolerancia. Dios le cuide, Dios nos cuide a todos.
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