Tegucigalpa.- El conservador Juan Orlando Hernández triunfó en las elecciones presidenciales de Honduras del domingo apoyado en promesas de doblegar al crimen en uno de los países más violentos del mundo y de combatir la pobreza que lo agobia.
Hernández, del Partido Nacional, ganaba con un 34,08% de los votos frente al 28,92% de su rival, la izquierdista Xiomara Castro, con casi el 68% de las actas contabilizadas hasta el lunes por la noche, informó Reuters.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, David Matamoros, calificó el resultado como contundente. "Las cifras que hemos dado hoy reflejan resultados con una tendencia que es irreversible", declaró.
Inmediatamente, uno de los principales colaboradores de Castro -esposa del derrocado ex presidente Manuel Zelaya- dijo que rechazaban los resultados y que saldrían a las calles a defender el voto.
"Nosotros no reconocemos el resultado del TSE porque no son reales. La presidenta del país por voluntad popular es doña Xiomara Castro (...) Vamos a defender este triunfo a como dé lugar. Vamos a salir a las calles masivamente", dijo Juan Barahona, un dirigente del Partido Libre.
CONTINUIDAD CORTA LAS ALAS A LA IZQUIERDA
La clara victoria de Hernández sella la continuidad de las políticas del saliente gobierno de Porfirio Lobo y da por tierra con la posibilidad de que el país gire a la izquierda de la mano de Castro.
Considerado por algunos como pragmático y por otros como autoritario, Hernández ganó la confianza de los hondureños con su promesa de hacer lo que sea necesario para devolver la paz al país.
Propuso sacar a miles de militares a las calles de Honduras, que tiene la mayor tasa mundial de asesinatos y cuyos habitantes sufren extorsiones de pandillas y narcotraficantes.
"Vamos con todo con la policía militar para recuperar la paz y la tranquilidad de este país", dijo el abogado, de 45 años, en un discurso ante sus seguidores el domingo tras los primeros resultados que lo daban como ganador.
Hasta ahora el influyente político era el presidente del Congreso. Desde ese lugar sus contrincantes lo acusaban de haber impulsado la destitución de cuatro jueces de la Corte Suprema que declararon inconstitucionales dos iniciativas suyas.
Pero también creó una fuerza militarizada para contener el crimen en la nación, donde 20 personas mueren cada día por la violencia y cada vez es más frecuente hallar cuerpos desmembrados a la usanza de los cárteles mexicanos de la droga.
También propone depurar los cuerpos policiales que han sido corrompidos por los criminales, en un país donde las instituciones no son aún muy sólidas y donde hace unos cuatro años Zelaya fue sacado del cargo a punta de pistola por militares respaldados por los partidos políticos tradicionales.
"Juan Orlando va a ser un buen presidente, es un hombre decidido y tenaz y sabe qué hacer, él va a cumplir con dar solución a los problemas de inseguridad y de falta de trabajo", dijo Vera Molina, un ama de casa de 53 años.
RETOS ECONOMICOS
Honduras no sólo tiene problemas de seguridad.
Hernández, un hombre a favor de las políticas de libre mercado y de las privatizaciones, deberá batallar también con una severa crisis.
La abultada deuda pública interna, un déficit fiscal cada vez más difícil de financiar y un magro crecimiento económico prometen ser dolores de cabeza.
Honduras es el mayor exportador de café de Centroamérica, pero sufre una desigualdad alarmante. Mientras una pequeña elite de familias ricas ha dirigido históricamente el país, dos de cada tres hondureños viven en la miseria, lo que coloca a la nación como la segunda más pobre del hemisferio.
Hernández, uno de los 17 hijos de un matrimonio de agricultores, ha apelado a su pasado para que los más desposeídos se sientan identificados con su historia.
Como probablemente no obtenga una mayoría en el Congreso, tendrá que apelar a toda su habilidad negociadora para convencer al partido de Zelaya y Castro de sumarse a sus proyectos.
MANO DURA
Hernández ha dicho que quisiera seguir los pasos de Colombia en la reducción de la violencia asociada al narcotráfico, pero evitando caer en los errores de México, donde unas 80.000 personas han muerto en los últimos seis años por la ofensiva militar y los choques entre los cárteles.
Pero analistas temen que un mayor presencia de militares en las calles puedan vulnerar los derechos humanos en la pequeña nación centroamericana, por donde pasa droga proveniente de Sudamérica con destino a Estados Unidos.
Hay quienes creen que para lograr el éxito económico primero hay que garantizar la paz. Hernández apuesta a esa receta para seducir la inversión privada local y externa.
"Este o cualquier esquema de atracción de inversiones no tendrá éxito con el clima de violencia e inseguridad que tiene Honduras", dijo a Reuters el analista Raúl Pineda. "Y la tranquilidad en el país no se logrará con la militarización de la sociedad y la seguridad".
Hernández, que tomará las riendas en enero, podría echar mano de subsidios asistencialistas para intentar resolver el malestar en una sociedad que enfrenta frecuentes huelgas de maestros y médicos por las deudas salariales que tiene el Gobierno con los empleados públicos.
También ha dicho que buscará un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para apuntalar la economía, que intentará refinanciar la deuda interna y que no devaluará la moneda.
Honduras firmó en el 2010 un acuerdo de entendimiento con el FMI para obtener un financiamiento por 202 millones de dólares que venció en marzo del 2012. Pero no pudo suscribir uno nuevo por no haber logrado cumplir con las metas acordadas.
Cort. El Universal
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