domingo, 13 de junio de 2010

Régimen cubano libera a disidente enfermo

Por JUAN CARLOS CHAVEZ/jcchavez@elnuevoherald.com

El disidente cubano Ariel Sigler Amaya, parapléjico y confinado a una silla de ruedas, fue excarcelado el sábado por el gobierno de Raúl Castro en respuesta a gestiones de la Iglesia. Otros seis reos de conciencia fueron reubicados a cárceles más cercanas a sus hogares.

Sigler es el primer opositor enfermo liberado después de la histórica reunión del 19 de mayo pasado entre Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de la Arquidiócesis de La Habana, y el presidente de la Conferencia de Obispos Cubanos, monseñor Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba.
Rodeado de familiares y amigos, Sigler manifestó que no abandonará su activismo político.
"No voy a dejar en ningún momento de luchar por la libertad y la democracia en Cuba, voy a seguir porque nuestros hermanos que quedaron en prisión salgan en libertad'', afirmó en su casa del pueblo de Pedro Betancourt, en Matanzas, adonde fue trasladado en ambulancia desde el Hospital Julito Díaz en las afueras de La Habana.
Sigler, líder del movimiento Opción Alternativa que cumplía 20 años de prisión desde 2003, contrajo una polineuropatía agresiva en prisión durante sus siete años de encarcelamiento. Recientemente su estado se agravó hasta poner en riesgo su vida.
En Miami la noticia llenó de esperanza a su círculo más íntimo.
"Nos sentimos contentos de esta licencia extrapenal pero estamos preocupados porque su libertad depende del gobierno cubano'', afirmó Miguel Sigler, hermano del excarcelado.
La Iglesia emitió un comunicado el viernes en la noche informando sobre la licencia extrapenal de Sigler y el traslado del grupo de disidentes. Ellos son Héctor Fernando Maceda Gutiérrez, esposo de Laura Pollán, líder del colectivo Damas de Blanco, Juan Adolfo Fernández Sainz, Omar Moisés Ruiz Hernández, Efrén Fernández Fernández, Jesús Mustafá Felipe y Juan Carlos Herrera Acosta.
El opositor Maceda, condenado a 20 años, fue transferido de la prisión de Agüica en Matanzas a la "1580'', en la Ciudad de La Habana. Aquí también fue reubicado Juan Fernández.
En el caso de Efrén Fernández, según sus familiares, las autoridades supuestamente lo llevaron desde la penitenciaría de Guanajay a una prisión en Ciudad de La Habana. Sobre el destino de Omar Moisés, un comunicado del Arzobispado de La Habana precisó que lo trasladaron de Sancti Spiritus a Villa Clara. Sobre Jesús Mustafá trascendió que fue transferido de Guantánamo a una cárcel en Santiago de Cuba y que Juan Carlos Herrera pasó de Holguín a Guantánamo.
Todos forman parte de los 75 encarcelados hace siete años durante la llamada Primavera Negra, una ola de arrestos y juicios sumarios que pretendía debilitar a la oposición interna. De los detenidos en las redadas, ahora 52 continúan en prisión.
"Estas medidas alivian a los familiares, pero no a ellos porque siguen siendo presos'', declaró Pollán en una entrevista telefónica a El Nuevo Herald poco después de confirmarse la noticia.
Agregó que las Damas de Blanco continuarán exigiendo la libertad de los oprimidos por defender sus ideas.
"Mientras existan presos políticos y de conciencia, habrán Damas de Blanco en las calles luchando por ellos'', acotó.
El 1ro. de junio otros seis disidentes encarcelados comenzaron el proceso de relocalización. Sin embargo, los acuerdos establecidos han resultado insuficientes en opinión de un amplio sector de la disidencia interna y del gobierno del presidente Barack Obama.
Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo que La Habana pretende acentuar el papel de portavoz "circunstancial'' de la Iglesia Católica y alcanzar objetivos "mediáticos'' orquestando un proceso de mejoras a cuentagotas.
"La decisión política de trasladar y excarcelar fue tomada hace semanas. Esta es una posición inhumana de parte del gobierno de la isla. Tratan de sacar ventaja de un proceso que en sí es positivo, aunque insuficiente''.
Los acuerdos para reubicar a presos políticos en Cuba y evaluar la posibilidad de otorgar licencias extrapenales a disidentes en estado crítico de salud coinciden con varios hechos fuertemente criticados por la comunidad internacional. Entre ellos, está el deceso el 23 de febrero pasado del opositor Orlando Zapata Tamayo, al cabo de un ayuno de 83 días.
Varios reos de conciencia en los días posteriores a la muerte en prisión de Zapata Tamayo siguieron sus pasos y se declararon en huelga de hambre para llamar la atención de las autoridades a sus reclamos.
En el grupo de manifestantes la situación de Guillermo Fariñas, psicólogo y periodista independiente de 48 años, es la más preocupante. Fariñas permanece internado desde el 11 de marzo en el hospital Arnaldo Milián Castro, de la ciudad de Santa Clara. El opositor comenzó su huelga el 24 de febrero para exigir la libertad de una veintena de presos políticos enfermos.
Las exigencias de cambio y las medidas de este sábado fueron contrastadas por el economista disidente Vladimiro Roca, presidente del ilegal Partido Socialdemócrata de Cuba. El disidente detalló que el gobierno cubano está intentando maquillar una situación adversa para recomponer su fachada política.
"Es un paso positivo pero incompleto, un paso coyuntural que le creó la muerte de Zapata Tamayo y la represión contra las Damas de Blanco a nivel internacional. Los ha puesto en una situación internacional complicada y tienen que endulzar esa imagen'', anotó Roca.
El ex preso político cubano Pedro Pablo Alvarez coincidió con otras voces disidentes que calificaron los traslados y la excarcelación de Sigler como "pasos tímidos''.
Los anuncios sobre la excarcelación de Sigler y la reubicación de seis reos preceden a la anunciada visita del jefe de la diplomacia vaticana, el arzobispo Dominique Mamberti.
"A pesar de todo tenemos que verlo positivo. El hecho de que se haya liberado aunque sea un preso ya es algo que debemos valorar'', indicó Alvarez, condenado a 25 años como parte del Grupo de los 75 y excarcelado por gestiones del gobierno español en febrero del 2008.
"Esto puede abrir un camino para aquellos que están presos por ejercer su derecho y ayudar a allanar el camino hacia una reconciliación. El régimen debe recapacitar y dar pasos convenientes para el futuro de nuestra nación'', agregó.

Cort. El Nuevo Herald

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