BOGOTÁ (AFP) - La asunción de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia podría resolver la crisis con Venezuela, aunque las dificultades persistirán entre ambos países que simbolizan bloques antagónicos en el continente: la derecha aliada a Estados Unidos y el socialismo del Siglo XXI, dijeron analistas.
Santos, quien tomará posesión el próximo sábado, había iniciado un acercamiento con el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez y le había invitado a su ceremonia de investidura.
Pero hace dos semanas, Caracas rompió sus ya deterioradas relaciones con Bogotá, tras la denuncia del gobierno saliente de Alvaro Uribe de que 1.500 guerrilleros colombianos se esconden en Venezuela, desde donde planificarían ataques contra este país, señalamiento rechazado por el presidente venezolano.
La ruptura fue tratada ya por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que acordó convocar una cumbre de presidentes, aún sin fecha, en tanto fue abordada en la cumbre del Mercosur que se realizó este martes en la ciudad argentina de San Juan.
Pese a que Venezuela se ha declarado en "alerta" ante una eventual agresión militar de Colombia, el gobierno de Chávez ha expresado en varias ocasiones la esperanza de que la llegada de Santos al poder implique una mejoría.
"Confiamos que en los próximos días sea superada" la crisis, dijo este martes el canciller venezolano Nicolás Maduro en la cumbre del Mercosur.
Santos ha guardado un prudente silencio, señalando que Uribe debe gobernar "hasta el 7 de agosto", mientras que fuentes diplomáticas reconocen que en lo que toca a la relación con Venezuela, "no hay sintonía" entre el saliente y el entrante gobierno.
Para el analista León Valencia, de la Fundación Nuevo Arcoiris, que estudia el conflicto interno colombiano, "es posible que con la asunción de Santos empiece un diálogo rápido sobre cómo enfrentar a la guerrilla en la frontera, y mejoren las relaciones".
Rubén Sánchez, de la Universidad del Rosario, consideró por su parte que "los problemas con Venezuela no son recientes, tienen un pasado bastante largo que comienza con el tema de la delimitación fronteriza. Lo novedoso es el carácter personal del enfrentamiento que se ha dado" entre Uribe y Chávez.
"En cuanto entre Santos a la presidencia puede comenzar un nuevo proceso. No se resolverá estructuralmente, pero puede mejorar. De algún modo, volverá a sus cauces antiguos, de relaciones difíciles, pero llevaderas", agregó Sánchez.
Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, opinó que la relación de los dos países mejorará, pero duda que un mejor relacionamiento se prolongue en el tiempo.
"Hay una gran desconfianza entre los dos países, que no se resolverá fácilmente. Además, Chávez tiene una agenda interna y regional que va en contra" de una normalización de las relaciones, indicó Shifter.
"En lo interno, Venezuela celebrará pronto elecciones legislativas, y la exaltación del nacionalismo favorece a Chávez cuando enfrenta una situación económica que no tiene visos de mejorar. En lo regional, el presidente venezolano mantiene su visión 'bolivariana' y desea erigirse como líder suramericano", enumeró.
Según Valencia, entre Colombia y Venezuela "hay problemas de fondo, pero estos se exageran por los intereses de los dos mandatarios, que cada vez que se enfrentan se ven fortalecidos" ante sus respectivas opiniones públicas.
"En el gobierno de Venezuela hay una convicción profunda de que Estados Unidos los va a invadir" a través de Colombia, y "en Colombia están convencidos de que a Chávez le interesa un compromiso a fondo con la guerrilla para tumbar al gobierno colombiano", señaló.
En ese contexto, la previsión es que el conflicto permanecerá. "Santos no podrá desmarcarse de la posición de Uribe, y Chávez, por su parte, necesita al enemigo colombiano" para galvanizar al electorado de cara a las legislativas, apuntó un diplomático conocedor de ambos países.
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