Hay un producto en particular que tiene días desaparecido de los anaqueles y que ejemplifica muy bien el mal manejo que de la economía ha hecho la "revolución". Nos referimos al café
SEBASTIÁN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Eficiencia o nada es una de las últimas consignas lanzadas por la propaganda roja rojita. La experiencia de todos los venezolanos dice que eficiencia no hay, por lo que lo que existe es nada. Un ejemplo de ello es el desabastecimiento. Las horas de trabajos que se pierden en las colas están afectando el PIB.
El presidente Maduro dijo hace unos meses que habían destinado miles de millones de dólares para importar alimentos y otros productos de primera necesidad, pero el desabastecimiento sigue gozando de buena salud. Hay un producto en particular que tiene días desaparecido de los anaqueles y que ejemplifica muy bien el mal manejo que de la economía ha hecho la "revolución". Nos referimos al café.
Hace muchos años era nuestro principal producto de exportación, hasta que llegó el petróleo. Cuando el difunto "eterno" asumió el poder lo declaró cultivo bandera. Que iba a llover café en todo el planeta. Se invirtió mucho dinero en ello que quién sabe dónde fue abonado. La producción no hizo sino descender. Como el café no aparecía en los mercados le echaron la culpa a la agroindustria. En una puntada de las que le daban al difunto "eterno" decidieron apropiarse de las empresas. La medida no surtió mucho efecto. El abastecimiento del producto seguía siendo irregular.
Empezaron a importar el café desde Nicaragua, pero ya lleva varias semanas desaparecido completamente. Tal vez se lo lleven para Colombia, pasando por delante de los ojos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y chavista. Maduro asegura que convertirá a Venezuela en una potencia. Sería bueno que comenzara por garantizarnos el cafecito.
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