AAS/Globovisión/AFP
El atentado suicida contra una procesión de musulmanes chiitas el lunes en Karachi dejó al menos 33 muertos y 60 heridos, según un último balance entregado este martes por las autoridades.
"El balance aumentó a 33 muertos y a más de 60 heridos" declaró Saghir Ahmad, ministro de la Salud de la provincia de Sind, de la cual Karachi es la capital.
El balance anterior, entregado el lunes en la noche, daba cuenta de 30 muertos.
Un día de duelo fue decretado este martes en la ciudad, en calma y donde el tráfico de vehículos era muy reducido en la mañana.
Los funerales de las víctimas debían tener lugar durante la jornada.
El atentado desencadenó el lunes una serie de violencias en toda la ciudad, donde los peregrinos enfurecidos apedrearon las ambulancias, dispararon al aire e incendiaron decenas de vehículos y comercios.
Los bomberos trabajaron hasta tarde el lunes en la noche para extinguir un gran incendio en los mercados cerca del lugar del atentado.
El primer ministro, Yusuf Raza Gilani, condenó rápidamente dicho atentado y pidió calma a la población en todo el país.
El autor de ataque se hizo estallar el lunes en la tarde en una amplia avenida en medio de la mayor procesión prevista en Pakistán con motivo del Ashura, en que la minoría chiita conmemora la muerte del imán Hussein en el año 680.
El hombre "utilizó 16 kg de explosivos muy potentes", precisó a la AFP uno de los investigadores, Munir Shaikh.
El gobierno acusó a varios grupos islamistas sunitas, entre ellos el Movimiento de los talibanes de Pakistán (TTP), de haber cometido el atentado.
Los chiitas representan aproximadamente el 20% de la población paquistaní, mayoritariamente sunita. Más de 4.000 personas perdieron la vida en enfrentamientos religiosos desde fines de los años 1980 en el país.
El balance anterior, entregado el lunes en la noche, daba cuenta de 30 muertos.
Un día de duelo fue decretado este martes en la ciudad, en calma y donde el tráfico de vehículos era muy reducido en la mañana.
Los funerales de las víctimas debían tener lugar durante la jornada.
El atentado desencadenó el lunes una serie de violencias en toda la ciudad, donde los peregrinos enfurecidos apedrearon las ambulancias, dispararon al aire e incendiaron decenas de vehículos y comercios.
Los bomberos trabajaron hasta tarde el lunes en la noche para extinguir un gran incendio en los mercados cerca del lugar del atentado.
El primer ministro, Yusuf Raza Gilani, condenó rápidamente dicho atentado y pidió calma a la población en todo el país.
El autor de ataque se hizo estallar el lunes en la tarde en una amplia avenida en medio de la mayor procesión prevista en Pakistán con motivo del Ashura, en que la minoría chiita conmemora la muerte del imán Hussein en el año 680.
El hombre "utilizó 16 kg de explosivos muy potentes", precisó a la AFP uno de los investigadores, Munir Shaikh.
El gobierno acusó a varios grupos islamistas sunitas, entre ellos el Movimiento de los talibanes de Pakistán (TTP), de haber cometido el atentado.
Los chiitas representan aproximadamente el 20% de la población paquistaní, mayoritariamente sunita. Más de 4.000 personas perdieron la vida en enfrentamientos religiosos desde fines de los años 1980 en el país.
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