Durante los tres meses que presentó el programa ¡Mira quién baila!, de Univisión, Chiquinquirá Delgado no bailó ni una sola vez... al menos en cámara. ``Es una ironía que una presentadora de un show de baile tenga dos pies izquierdos'', comenta con su habitual jovialidad la conductora venezolana, que con su carisma logró echarse en un bolsillo a la audiencia de la cadena hispana, y comenzó el 2011 conduciendo Despierta América, junto a Karla Martínez, Raúl González y ``Poncho'' de Anda.
``El baile no es mi fuerte. Bailo en una discoteca o en una fiesta, pero no llego a pararme en la pista [del programa]'', añade Delgado, que además del show mañanero conducirá especiales para Univisión y la segunda temporada de ¡Mira quién baila!, que se trasmitirá a finales de este año.
``El mayor reto de un artista al comenzar un proyecto es la aceptación de la audiencia, y en Estados Unidos existe un público muy diverso'', opina Delgado, que en el 2006 estuvo como presentadora invitada en Despierta América, pero prefirió regresar a su país a seguir conduciendo el espacio matutino Portadas, en Venevisión.
Como ``muy autocrítica'' y con deseos de estar siempre muy informada, se describe la presentadora que, sin embargo, considera ``sencillo'' llegar al público. ``Se trata de ser tú misma, de identificarte con la mujer que combina la maternidad con el trabajo, y la que trata de adaptarse a un nuevo país'', afirma Delgado, que en el 2009 convirtió el apartamento de vacaciones que tenía en Miami en su residencia permanente.
En mayo del año pasado, la presentadora fue mamá por segunda vez, de una bebé que nombró Carlota Valentina, nacida de su matrimonio con el presentador venezolano Daniel Sarcos, de quien se separó en octubre.
``Los hijos son la mejor terapia. Las horas que le dedico a mi hija no me dejan mucho tiempo para pensar en lo que no funcionó'', dice sobre este cambio en su vida, que ha enfrentado concentrándose en el trabajo.
``Me levanto a las cuatro de la mañana para conducir Despierta América, pero estoy tan contenta y entusiasmada que no me detengo en eso. Aunque a las cuatro o cinco de la tarde el cuerpo comienza a pasarme factura'', comenta Delgado, que es ``más productiva'' en la noche, cuando su hija se duerme.
``La maternidad me ha hecho mejor persona. Ahora me preocupan los otros niños, el bienestar de la gente a mi alrededor'', reconoce, indicando que en esta ocasión está disfrutando ``cosas que me perdí en mi maternidad anterior''.
``Con mi primera hija, era una niña cuidando a otra niña'', dice Delgado, que era muy joven cuando tuvo a María Elena, quien actualmente tiene 18 años y estudia teatro musical en Nueva York. ``Hoy la disfruto como amiga, me encanta estar con ella y viajar juntas'', señala Delgado, que comenzó su carrera en 1990 al presentarse al certamen Miss Venezuela, donde resultó primera finalista.
``Intentar ser reina fue muy difícil, pero en un país como Venezuela es muy común. Para mí fue una herramienta, que en el buen sentido de la palabra, utilicé para hacer televisión'', recuerda Delgado que entonces se trasladó de su natal Maracaibo a la capital. Allí comenzó a trabajar como modelo, y luego llegó a las telenovelas. Protagonizó Calypso (1999) para Venevisión, en Perú grabó María Rosa, búscame una esposa (2000) y tres años más tarde, Cosita rica.
Delgado también ha incursionado en el cine, en los filmes Crimen, rodado en República Dominicana, y Cuentos sin hadas, en Ecuador. ``Este [último] trata un tema muy duro, el del tráfico de niños. Lo que leemos en la prensa se queda corto y el cine es una herramienta para contarlo'', señala Delgado, que al terminar esta película se enteró de su embarazo y decidió venir a Miami.
``Esta es una ciudad donde te sientes de vacaciones todo el tiempo'', comenta Delgado, que ``tiene la playa a cinco minutos'', pero disfruta también de la creciente vida cultural.
``Me gusta escribir y voy a cultivar esa faceta creando un blog para tratar temas que atañen a las mujeres: los hijos, la pareja. Va ser un punto de desahogo porque `nosotras', con sólo hablar, nos sentimos mejor'', adelanta.
Como nativa de Maracaibo, la presentadora es muy ``querendona'', pero en cuanto a diversión se considera una excepción a la regla entre sus coterráneos. ``No soy tan fiestera, prefiero disfrutar en casa'', confiesa Delgado, que fue nombrada por una promesa que su madre hizo a la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, y del estado venezolano de Zulia, del cual Maracaibo es la ciudad principal. •
El Nuevo Herald
``El baile no es mi fuerte. Bailo en una discoteca o en una fiesta, pero no llego a pararme en la pista [del programa]'', añade Delgado, que además del show mañanero conducirá especiales para Univisión y la segunda temporada de ¡Mira quién baila!, que se trasmitirá a finales de este año.
``El mayor reto de un artista al comenzar un proyecto es la aceptación de la audiencia, y en Estados Unidos existe un público muy diverso'', opina Delgado, que en el 2006 estuvo como presentadora invitada en Despierta América, pero prefirió regresar a su país a seguir conduciendo el espacio matutino Portadas, en Venevisión.
Como ``muy autocrítica'' y con deseos de estar siempre muy informada, se describe la presentadora que, sin embargo, considera ``sencillo'' llegar al público. ``Se trata de ser tú misma, de identificarte con la mujer que combina la maternidad con el trabajo, y la que trata de adaptarse a un nuevo país'', afirma Delgado, que en el 2009 convirtió el apartamento de vacaciones que tenía en Miami en su residencia permanente.
En mayo del año pasado, la presentadora fue mamá por segunda vez, de una bebé que nombró Carlota Valentina, nacida de su matrimonio con el presentador venezolano Daniel Sarcos, de quien se separó en octubre.
``Los hijos son la mejor terapia. Las horas que le dedico a mi hija no me dejan mucho tiempo para pensar en lo que no funcionó'', dice sobre este cambio en su vida, que ha enfrentado concentrándose en el trabajo.
``Me levanto a las cuatro de la mañana para conducir Despierta América, pero estoy tan contenta y entusiasmada que no me detengo en eso. Aunque a las cuatro o cinco de la tarde el cuerpo comienza a pasarme factura'', comenta Delgado, que es ``más productiva'' en la noche, cuando su hija se duerme.
``La maternidad me ha hecho mejor persona. Ahora me preocupan los otros niños, el bienestar de la gente a mi alrededor'', reconoce, indicando que en esta ocasión está disfrutando ``cosas que me perdí en mi maternidad anterior''.
``Con mi primera hija, era una niña cuidando a otra niña'', dice Delgado, que era muy joven cuando tuvo a María Elena, quien actualmente tiene 18 años y estudia teatro musical en Nueva York. ``Hoy la disfruto como amiga, me encanta estar con ella y viajar juntas'', señala Delgado, que comenzó su carrera en 1990 al presentarse al certamen Miss Venezuela, donde resultó primera finalista.
``Intentar ser reina fue muy difícil, pero en un país como Venezuela es muy común. Para mí fue una herramienta, que en el buen sentido de la palabra, utilicé para hacer televisión'', recuerda Delgado que entonces se trasladó de su natal Maracaibo a la capital. Allí comenzó a trabajar como modelo, y luego llegó a las telenovelas. Protagonizó Calypso (1999) para Venevisión, en Perú grabó María Rosa, búscame una esposa (2000) y tres años más tarde, Cosita rica.
Delgado también ha incursionado en el cine, en los filmes Crimen, rodado en República Dominicana, y Cuentos sin hadas, en Ecuador. ``Este [último] trata un tema muy duro, el del tráfico de niños. Lo que leemos en la prensa se queda corto y el cine es una herramienta para contarlo'', señala Delgado, que al terminar esta película se enteró de su embarazo y decidió venir a Miami.
``Esta es una ciudad donde te sientes de vacaciones todo el tiempo'', comenta Delgado, que ``tiene la playa a cinco minutos'', pero disfruta también de la creciente vida cultural.
``Me gusta escribir y voy a cultivar esa faceta creando un blog para tratar temas que atañen a las mujeres: los hijos, la pareja. Va ser un punto de desahogo porque `nosotras', con sólo hablar, nos sentimos mejor'', adelanta.
Como nativa de Maracaibo, la presentadora es muy ``querendona'', pero en cuanto a diversión se considera una excepción a la regla entre sus coterráneos. ``No soy tan fiestera, prefiero disfrutar en casa'', confiesa Delgado, que fue nombrada por una promesa que su madre hizo a la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, y del estado venezolano de Zulia, del cual Maracaibo es la ciudad principal. •
El Nuevo Herald
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