DANIEL SHOER ROTH/DSHOER@ELNUEVOHERALD.COM
La periodista venezolana Nohemí Alarcón, que con su noble alma tocó el corazón de todos los que la conocieron en su vida personal y profesional, y por muchos años encarnó la imagen pública de El Nuevo Herald, partió a la eternidad el miércoles por la noche, rodeada de sus seres queridos.
La muerte la sorprendió en Miami a los 46 años, víctima de una infección que se propagó velozmente tras una reciente operación del sistema digestivo. Era la cuarta vez que se sometía a una intervención quirúrgica. Alarcón libró una batalla contra cáncer de esófago y la logró vencer. En el proceso, nunca perdió la fe, e incluso en los momentos de mayor dolor, no dejó morir su sonrisa.
David Lawrence Jr., líder cívico y ex presidente de The Miami Herald Media Co., recordó la trayectoria y el trabajo de Alarcón en el periodismo y el servicio público.
“Fue una de las mejores almas que he conocido”, comentó. “Siempre llevó consigo una extraordinaria pasión y compasión por todo lo que hizo. Dejó un extraordinario legado en el cuidado de otras personas, comenzando con su propia familia”.
Su hija, Liz Rebecca, a quien crió encarando los retos de una madre soltera, fue su mayor orgullo. En un correo enviado a sus amigos en mayo pasado, Alarcón compartió buenas noticias: “Ha sido aceptada en la Universidad Georgetown, en el programa de maestría en Relaciones Internacionales, uno de los diez mejores del mundo”.
“Mi mamá era una mujer encantadora, tenía un carisma incomparable; una mujer que tocaba con un ángel muy especial a todas las personas que conocía”, rememoró Liz Rebecca, de 24 años. “Fue una profesional de primera, íntegra en su trabajo”.
Nohemí Torrealba nació en Altagracia de Orituco, en los llanos venezolanos, y emigró a Estados Unidos a los 23 años. Estudió Periodismo en la Universidad Santa Clara de California y, al graduarse, estrenó su carrera en la afiliada de la cadena Univisón en San José, California.
En 1997, ingresó a la plantilla de El Nuevo Herald, donde se encargó de la producción y presentación del contenido noticioso del periódico en la televisión local, y escribió una columna semanal, Alma Llanera, sobre la comunidad venezolana. En el 2006, fue contratada por Aetna, una de las mayores aseguradoras de Estados Unidos, como directora regional de relaciones comunitarias.
Además de su hija, a Alarcón la sobreviven su madre Dora López, de 72 años, sus hermanos Amador, Hyram y Carlos, y su pareja Tony Monzón, entre otros familiares.
Los servicios fúnebres se llevarán a cabo el sábado entre las 5 p.m. y las 9 p.m. en la Funeraria Fred Hunter’s, en 6301 Taft St., Hollywood, Florida. Más adelante, familia y amigos le rendirán tributo póstumo en una solemne misa que será anunciada próximamente.
El Nuevo Herald
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