Carlos Rivero fue el héroe de Leones ante Cardenales
RAFAEL TEJERA GABRIEL RODRÍGUEZ/Meridiano
El toletero dejó en el terreno al equipo de su ciudad natal, con un sencillo en el décimo inning que le dio al Caracas su primera victoria en el round robin.
Carlos Rivero tenía seis años de edad cuando Kelvim Escobar ya le daba alegrías al equipo que toda su familia idolatra. El toletero le dio una tristeza a su cuna cardenalera, con un hit que dejó en el terreno a Lara.
El antesalista del Caracas se enfrentó al exgrandeliga en un duelo que parecía desigual en el décimo inning. Sin embargo, pescó una slider y la bateó por el centro del campo para darle una victoria a Leones 6-5 en el Universitario.
“Casi toda mi familia es cardenalera, así que escucharé muchos comentarios por ese batazo”, sonrió el oriundo de Barquisimeto.
Rivero parecía tener todo en contra en ese turno contra Escobar. “En los primeros innings me costó reconocer los pitcheos”, dijo el infielder, que ayer fue alineado por primera vez desde que una amigdalitis lo obligó a estar hospitalizado el 24 de diciembre. “Perdí peso y he tenido que tomar unas vitaminas para sentirme mejor”.
El antesalista, que además estaba en su primer juego de postemporada en Venezuela, tenía tres ponches en su cuenta antes de consumir ese turno. El propio manager Frank Kremblas sabía que no era el mismo bateador que remolcó 35 carreras en la ronda regular.
“No esperaba amucho de él, por los días que estuvo enfermo”, reconoció el piloto. “Pero tenía que alinearlo”.
Caracas llegó empatado al décimo inning gracias a un sencillo de Asdrúbal Cabrera con las bases llenas en el cuarto inning. El abridor de Cardenales, Harvey García, se metió en problemas por culpa de descontrol y le dejó la escena montada al campocorto melenudo para que se luciera frente a los casi 15.000 aficionados que asistieron al estadio.
“Cuando vi que Luis Rodríguez sacó ese boleto tan trabajado, me motivé a batear”, dijo el torpedero nacido en Puerto La Cruz. “Para nosotros era muy importante ganar este juego”.
Ese décimo inning comenzó con un doblete de Jesús Guzmán, que rompió el maleficio que tenían los batazos del Caracas que salían hacia el jardín central cuando fildeaba Paulo Orlando. El brasileño decapitó varias conexiones con atrapadas espectaculares durante la ronda regular, pero la zambullida de ayer no pudo ante la línea de Guzmán.
Era un vaticinio de la gran celebración que vendría después. El público, silenciado desde que Joe Thurston empató con un triple impulsor en el octavo inning, revivió y demostró su feligresía en el decibelímetro. “Había un gran ambiente”, reconoció Cabrera.
Escobar, que tenía en las tribunas la visita de su pareja Diosa Canales, entró solo para enfrentarse a Carlos Rivero. Parecía que el lanzador ganaría el duelo, porque el toletero había lucido tan mal, que tenía tres ponches en su cuenta. “Pero recorté el swing y pude hacer la conexión”, celebró el slugger. “Sé que en mi casa todos estaba viendo el juego. Algunos estaban ligando que bateara, otros que fallara. Yo solo salgo a batallar todos los turnos y ahora me puedo ir contento”.
Magallanes 5 Zulia 0
Navegantes dividió honores ante Águilas por la vía del blanqueo
Navegantes del Magallanes no tardó mucho en enderezar su rumbo en el presente round robin, y este viernes sumó su segundo triunfo de la postemporada tras blanquear a Aguilas del Zulia con marcador de 5 carreras a 0, en el cierre de una serie de dos encuentros disputados en el “Luis Aparicio” de Maracaibo.
Pitcheo y más pitcheo. Esa fue la fórmula que aplicaron los turcos para sacar al menos un laurel en su gira por tierras marabinas, una que los devolvió a la cima del “todos contra todos”.
En esta tónica, Sergio Pérez llevó la voz cantante y se convirtió en la gran figura de la jornada al lanzar por espacio de 6.1 entradas en las que solo cedió tres incogibles. Destacable la labor del derecho, no solo por los realizado ante los occidentales sino también porque antes de comenzar el cotejo, su apertura estuvo en duda debido a problemas estomacales que lo aquejaron durante todo el día.
Sin embargo, Pérez sacó la casta, y durante la mayoría de su estadía sobre el morrito se mostró dominante, al punto de no permitir incogible alguno hasta el quinto episodio cuando Alex Romero rompió el maleficio con tubey a la pradera izquierda./El Carabobeño
Notidiario de Oscar
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