La idea de una Constituyente fue lanzada unilateralmente por un sector de la oposición. Mal puede este sector esperar que un tema político tan grueso y con tantas implicaciones no suscite, lógicamente, opiniones diversas de otros sectores. Según la lógica del joven de Voluntad Popular el resto de la oposición tendría que haberse cuadrado firme, sin aviso ni protesto, ante la proposición, como si esta se tratara de una revelación divina. Un poquito de sindéresis, please
SIMÓN BOCCANEGRA/TALCUALDIGITAL
Este escribidor se va a permitir hacer algunas observaciones, con el ánimo más constructivo posible, a lo expresado hace algunos días por un joven dirigente de Voluntad Popular. Dijo el aludido, más o menos textualmente, que quien no comparte la proposición de convocar una asamblea constituyente es un colaborador del gobierno y además, reprochó a Gerardo Blyde que haya emitido opinión sobre la materia (en contra, por supuesto) porque este lo que tiene que hacer es tapar los huecos de las calles del municipio Baruta, donde es alcalde.
Es de confiar en que tan antidemocráticos juicios no sean compartidos por sus compañeros. No creo que se necesiten muchos caracteres de computadora para evidenciar que ese criterio revela un talante intolerante inadmisible, sobre todo porque se supone que un partido de oposición al régimen lo es, entre otras cosas, porque aboga por el rescate de valores democráticos bastante maltratados por las ejecutorias del chavismo. Es imposible luchar por la democracia y simultáneamente negar el derecho de otros a opinar.
Mucho menos puede aceptarse esa suerte de chantaje que pretende tachar de "colaboradores del gobierno" a quienes opinan en contra de ideas que el declarante sostiene. Por ese camino se esterilizaría todo debate.
La idea de una Constituyente fue lanzada unilateralmente por un sector de la oposición. Mal puede este sector esperar que un tema político tan grueso y con tantas implicaciones no suscite, lógicamente, opiniones diversas de otros sectores. Según la lógica del joven de Voluntad Popular el resto de la oposición tendría que haberse cuadrado firme, sin aviso ni protesto, ante la proposición, como si esta se tratara de una revelación divina. Un poquito de sindéresis, please.
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