Representantes sindicales advierten sobre los daños severos a la maquinaria y altos costos que causará el cierre de las líneas de producción de Venalum y los hornos de Alcasa, así como las amenazas a la estabilidad
Fabiola Zerpa/Enviada especial a Pto. Ordaz/El Nacional
El cumplimiento del racionamiento eléctrico en Sidor, Venalum y Alcasa se está cumpliendo entre la resignación y la resistencia de los trabajadores, algunos de quienes señalan al gobierno de "destruir a las empresas básicas de Guayana y la productividad nacional" con esa medida.
"El gobierno no sólo está empeñado en sepultar a las empresas, sino colocarles una lápida. Está acabando con el aparato productivo del país. Llamamos a toda Venezuela a abrir los ojos", indicó Henry Arias, secretario de organización del sindicato de Alcasa.
La decisión del 22 de diciembre de cerrar la línea 1 y 2 de Alcasa, 360 celdas en Venalum y dos hornos de Sidor para ahorrar 558 megavatios que consumen del Sistema Eléctrico Nacional, ha puesto en jaque a los trabajadores, quienes ven oscuro su futuro laboral.
Con la desincorporación de 300 megavatios en Venalum, dicen, la planta dejará de producir 14 mil toneladas al mes, con lo cual no ingresarán Bs 340 millones anuales.
Arias explicó que la reparación de cada celda desincorporada es costosa, por cuanto se sitúa entre 600 mil y 800 mil bolívares.
Luis Vásquez, trabajador químico de Venalum, explicó que arrancar nuevamente las 360 celdas que dicha empresa apagó el miércoles es un proceso muy complejo que puede tomarse más de un año.
Manuel Díaz, secretario general del sindicato de profesionales de Venalum, denunció que luego de oponerse al proceso de cierre de las celdas el día miércoles junto a otros trabajadores, la presidencia de la empresa solicitó la presencia de tanquetas y grupos antimotines del Comando Regional No. 8, con sede en Puerto Ordaz. Sin embargo, la movilización militar no se produjo.
"El gobierno no sólo está empeñado en sepultar a las empresas, sino colocarles una lápida. Está acabando con el aparato productivo del país. Llamamos a toda Venezuela a abrir los ojos", indicó Henry Arias, secretario de organización del sindicato de Alcasa.
La decisión del 22 de diciembre de cerrar la línea 1 y 2 de Alcasa, 360 celdas en Venalum y dos hornos de Sidor para ahorrar 558 megavatios que consumen del Sistema Eléctrico Nacional, ha puesto en jaque a los trabajadores, quienes ven oscuro su futuro laboral.
Con la desincorporación de 300 megavatios en Venalum, dicen, la planta dejará de producir 14 mil toneladas al mes, con lo cual no ingresarán Bs 340 millones anuales.
Arias explicó que la reparación de cada celda desincorporada es costosa, por cuanto se sitúa entre 600 mil y 800 mil bolívares.
Luis Vásquez, trabajador químico de Venalum, explicó que arrancar nuevamente las 360 celdas que dicha empresa apagó el miércoles es un proceso muy complejo que puede tomarse más de un año.
Manuel Díaz, secretario general del sindicato de profesionales de Venalum, denunció que luego de oponerse al proceso de cierre de las celdas el día miércoles junto a otros trabajadores, la presidencia de la empresa solicitó la presencia de tanquetas y grupos antimotines del Comando Regional No. 8, con sede en Puerto Ordaz. Sin embargo, la movilización militar no se produjo.
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