Ciertamente todo el territorio venezolano está sumergido en una grave crisis debido a los estragos producidos por los torrenciales aguaceros de las últimas semanas.
Lo cierto también es que la crisis es más profunda debido a la incompetencia y corrupción generalizada del Gobierno de Hugo Chávez, y su incapacidad para dar una respuesta estructurada y efectiva a los problemas.
Para comenzar, a la larga lista de instituciones destruidas por el Gobierno de Chávez, se le agrega ahora la de Defensa Civil, que era la indicada para enfrentar emergencias como la actual.
Peor, quizás, es el cinismo con el cual el Gobierno está manejando la crisis:
En un inicio, los alcaldes rojos rojitos de Guarenas y Guatire rechazaron las ofertas de colaboración y asistencia que les ofrecía la Gobernación de Miranda (quienes a diferencia del gobierno central sí estaban preparados). Luego, ante las protestas de los ciudadanos, aceptaron cooperar.
El Ejército confiscó 10 Tm de alimentos y otras ayudas que llevaba al Estado Falcón, la organización Voluntad Popular, el exalcalde de Chacao, Leopoldo López y el exdirector de Defensa Civil, Antonio Rivero. Se supone que a los productos se les están fijando etiquetas para falsamente alegar que esta ayuda es del Gobierno de Hugo Chávez (tal como se hizo con la ayuda recibida de los EEUU cuando el deslave de Vargas en 1999).
Pero, la tragedia de esta tragedia es que el Gobierno ciego en su "revolución", sigue el mismo patrón con el que enfrentó la emergencia de Vargas, la crisis eléctrica y otras. En busca de ocultar su fracaso y para dar la ilusión de que está ocupándose de resolver los problemas que él mismo generó, ordena la confección de leyes "revolucionarias".
Ahora, sacaron de debajo de la manga un proyecto de Ley de Emergencia para Terrenos Urbanos y Vivienda, aprobado ayer en primera discusión por los rojos parlamentarios.
Resulta que este proyecto de Ley, nada aporta a la solución de las miles de familias desalojadas y damnificadas. Su texto es, en su mayor parte, una reproducción de varias leyes "socialistas" vigentes, pero envenenada con algunos términos y conceptos, como la declaratoria de "emergencia", la creación de zonas especiales sujetas a expropiaciones automáticas, y una moneda de la construcción cuyo valor estará a discreción del Instituto Nacional de Tierras Urbanas y Viviendas.
Y repitiendo su patrón de "impulso y avance", aprovecha para pechar aún más tanto a los trabajadores como a las empresas, con incrementos de aportes al Fondo de Ahorro Obligatorio, y poner en pico de zamuro la propiedad privada.
La historia se repite. El mapa del fracaso de la revolución es claro. Sin importar leyes, persecuciones y amenazas, al igual que en el pasado y como todo proyecto comunista, la "revolución bonita" del chávezcomunismo sumió a Venezuela en la ruina.
Lo cierto también es que la crisis es más profunda debido a la incompetencia y corrupción generalizada del Gobierno de Hugo Chávez, y su incapacidad para dar una respuesta estructurada y efectiva a los problemas.
Para comenzar, a la larga lista de instituciones destruidas por el Gobierno de Chávez, se le agrega ahora la de Defensa Civil, que era la indicada para enfrentar emergencias como la actual.
Peor, quizás, es el cinismo con el cual el Gobierno está manejando la crisis:
En un inicio, los alcaldes rojos rojitos de Guarenas y Guatire rechazaron las ofertas de colaboración y asistencia que les ofrecía la Gobernación de Miranda (quienes a diferencia del gobierno central sí estaban preparados). Luego, ante las protestas de los ciudadanos, aceptaron cooperar.
El Ejército confiscó 10 Tm de alimentos y otras ayudas que llevaba al Estado Falcón, la organización Voluntad Popular, el exalcalde de Chacao, Leopoldo López y el exdirector de Defensa Civil, Antonio Rivero. Se supone que a los productos se les están fijando etiquetas para falsamente alegar que esta ayuda es del Gobierno de Hugo Chávez (tal como se hizo con la ayuda recibida de los EEUU cuando el deslave de Vargas en 1999).
Pero, la tragedia de esta tragedia es que el Gobierno ciego en su "revolución", sigue el mismo patrón con el que enfrentó la emergencia de Vargas, la crisis eléctrica y otras. En busca de ocultar su fracaso y para dar la ilusión de que está ocupándose de resolver los problemas que él mismo generó, ordena la confección de leyes "revolucionarias".
Ahora, sacaron de debajo de la manga un proyecto de Ley de Emergencia para Terrenos Urbanos y Vivienda, aprobado ayer en primera discusión por los rojos parlamentarios.
Resulta que este proyecto de Ley, nada aporta a la solución de las miles de familias desalojadas y damnificadas. Su texto es, en su mayor parte, una reproducción de varias leyes "socialistas" vigentes, pero envenenada con algunos términos y conceptos, como la declaratoria de "emergencia", la creación de zonas especiales sujetas a expropiaciones automáticas, y una moneda de la construcción cuyo valor estará a discreción del Instituto Nacional de Tierras Urbanas y Viviendas.
Y repitiendo su patrón de "impulso y avance", aprovecha para pechar aún más tanto a los trabajadores como a las empresas, con incrementos de aportes al Fondo de Ahorro Obligatorio, y poner en pico de zamuro la propiedad privada.
La historia se repite. El mapa del fracaso de la revolución es claro. Sin importar leyes, persecuciones y amenazas, al igual que en el pasado y como todo proyecto comunista, la "revolución bonita" del chávezcomunismo sumió a Venezuela en la ruina.
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