La patria venezolana se está cayendo a pedazos. La intensidad de las lluvias ha causado cualquier cantidad de estropicios, dejando miles de damnificados. Ya nadie habla de "dignificados"; otra vez son los mismos damnificados de siempre
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
Mientras Yo-El-Supremo dedica sus esfuerzos asalvar a "la patria humana", la patria venezolana se está cayendo a pedazos. La intensidad de las lluvias ha causado cualquier cantidad de estropicios, dejando miles de damnificados. Ya nadie habla de "dignificados"; otra vez son los mismos damnificados de siempre.
¿La culpa es de la naturaleza? ¿Puede, entonces, exonerarse de toda responsabilidad al gobierno de las consecuencias del actual azote pluvial? De ninguna manera. Si a lo largo de ya casi doce años se hubiera dejado a Josefina Baldó y su equipo adelantar los planes de rehabilitación de los barrios con los cuales asumió Conavi, a estas alturas a buen seguro que no existirían las zonas de riesgo y que el paisaje urbano popular habría experimentado una significativa transformación.
El plan de Baldó, así como el del arquitecto Daniel Fernández Shaw, están basados no en la construcción masiva de viviendas sino en la atención a lo que ya existe, desde una perspectiva, adecuadamente financiada, de dotación de servicios públicos, creación de espacios públicos, construcción de vías públicas, garantía de recolección de basura, refacción de viviendas y reubicación de habitantes de zonas de riesgo, etc.
Chacumbele estimó que "esto" no se ve, a diferencia de los nuevos bloques de viviendas, que pueden ser presentados como muestra de la "eficiencia" del gobierno, de modo que en tres meses Josefina Baldó y su equipo fueron echados del gobierno y los planes sobre los barrios jamás fueron desarrollados.
Por otro lado, el gobierno tampoco ha sido capaz de construir masivamente las viviendas que prometió. Los pobres perdieron, pues, en los dos tableros.
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
Mientras Yo-El-Supremo dedica sus esfuerzos asalvar a "la patria humana", la patria venezolana se está cayendo a pedazos. La intensidad de las lluvias ha causado cualquier cantidad de estropicios, dejando miles de damnificados. Ya nadie habla de "dignificados"; otra vez son los mismos damnificados de siempre.
¿La culpa es de la naturaleza? ¿Puede, entonces, exonerarse de toda responsabilidad al gobierno de las consecuencias del actual azote pluvial? De ninguna manera. Si a lo largo de ya casi doce años se hubiera dejado a Josefina Baldó y su equipo adelantar los planes de rehabilitación de los barrios con los cuales asumió Conavi, a estas alturas a buen seguro que no existirían las zonas de riesgo y que el paisaje urbano popular habría experimentado una significativa transformación.
El plan de Baldó, así como el del arquitecto Daniel Fernández Shaw, están basados no en la construcción masiva de viviendas sino en la atención a lo que ya existe, desde una perspectiva, adecuadamente financiada, de dotación de servicios públicos, creación de espacios públicos, construcción de vías públicas, garantía de recolección de basura, refacción de viviendas y reubicación de habitantes de zonas de riesgo, etc.
Chacumbele estimó que "esto" no se ve, a diferencia de los nuevos bloques de viviendas, que pueden ser presentados como muestra de la "eficiencia" del gobierno, de modo que en tres meses Josefina Baldó y su equipo fueron echados del gobierno y los planes sobre los barrios jamás fueron desarrollados.
Por otro lado, el gobierno tampoco ha sido capaz de construir masivamente las viviendas que prometió. Los pobres perdieron, pues, en los dos tableros.
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