By SERGIO LEON/Especial/El Nuevo herald
Con eso de que los pasajes de avión están cada vez más caros y de que ahora las líneas aéreas imponen recargos hasta por ``respirar'', se hacen cada vez más prácticos los viajes en los límites de la propia ciudad. Se puede vivir así una fantasía de corta duración, pero igual de placentera.
Afortunadamente, las grandes ciudades norteamericanas --Miami incluida-- se caracterizan por congregar nacionalidades de todas partes del mundo que, además de traer su música y bailes, recrean sus costumbres culinarias y modos de diversión en estas metrópolis.
De modo que si se le antoja una suculenta cena y diversión a la francesa, la brasserie Les Halles lo transporta, en pocas horas, como lo hacía el Concorde en otros tiempos, a un entorno sin anacronismos, que empieza con un seductor bonsoir en la puerta. Se va poniendo mejor con unas copas de champaña como aperitivo, y sigue en escalada con cualquiera de las opciones del menú, entre sopas, ensaladas, entrantes y postres. Termina con un exquisito coñac al final de la cena, mientras se disfruta de un show de variété como se hace en muchos lugares de París.
``Este es uno de los pocos restaurantes en Miami donde se puede ordenar un bistec tártaro o un entrecte como lo sirven en Francia, a la carte, en su punto, y con todo lo que quieres que traiga'', comentan Graciela y Jorge Garrido, una pareja de asiduos, que además disfruta que la cena esté animada con un espectáculo.
De ambiente elegante y sofisticado, al mismo tiempo relajado y amigable, el sitio tiene el feeling de un restaurante en la agradable barriada de París que inspiró su nombre. Para asegurarse de que así sea, Valerie Cerulli y Frederic Martin, los dueños --franceses de pura cepa-- se encargan de que todo marche a la perfección. Romain, el barman, también hace lo suyo a la hora de preparar los cocteles o de sugerir copas según su preferencias. Ambientado como las típicas brasseries desde la fachada hasta el fondo, el comedor con mesitas y pullman, luz tenue, música suave, espejos en las paredes, mucha madera oscura por doquier y una barra de caoba al estilo del viejo mundo, induce a romancear.
Todos los días, de 5 a 8 p.m. hay un happy hour --copas a mitad de precio-- antes de cenar con buena música y codeándose con ``la fauna'' de Coral Gables. Y aunque para pasarla bien no hay que esperar por un día en especial, las noches más excitantes se ofrecen en dosis mesuradas, como el buen perfume francés. Una vez al mes, se presenta una troupe de comediantes, tranformistas y bailarines para la noche de cabaret con una revista musical, unas veces al estilo parisino, otras más internacional. El show, en vivo, incluye el emblemático cancán, salsa, samba y batucadas. Es siempre nuevo y majestuoso, considerando las limitantes del espacio.
También, una vez al mes, se presentan conciertos, noches marroquíes y la noche de flamenco y sevillanas; la próxima es el 7 de mayo. En esta ocasión, la energía y el talento de Esther y Edwin, de la compañía Baila flamenco, prometen tres espectáculos exclusivos con los que ofrecerán ``un recorrido'' desde París a Madrid.
Les Halles sirve también como sala de fiesta para eventos, cumpleaños o cualquier celebración y, además, de galería para artistas locales. Ahora mismo se pueden apreciar los trabajos de Corinne Masson Grana y de Tony Pavone.
``French & Friendly'', como le llaman, con ofertas para todos los bolsillos y mucha fiesta, esta brasserie propone mantener a un Coral Gables, que usualmente duerme temprano, desvelado --al menos por algunas noches-- esperando disfrutar de un rato sin igual. •
Cort. El Nuevo Herald
Afortunadamente, las grandes ciudades norteamericanas --Miami incluida-- se caracterizan por congregar nacionalidades de todas partes del mundo que, además de traer su música y bailes, recrean sus costumbres culinarias y modos de diversión en estas metrópolis.
De modo que si se le antoja una suculenta cena y diversión a la francesa, la brasserie Les Halles lo transporta, en pocas horas, como lo hacía el Concorde en otros tiempos, a un entorno sin anacronismos, que empieza con un seductor bonsoir en la puerta. Se va poniendo mejor con unas copas de champaña como aperitivo, y sigue en escalada con cualquiera de las opciones del menú, entre sopas, ensaladas, entrantes y postres. Termina con un exquisito coñac al final de la cena, mientras se disfruta de un show de variété como se hace en muchos lugares de París.
``Este es uno de los pocos restaurantes en Miami donde se puede ordenar un bistec tártaro o un entrecte como lo sirven en Francia, a la carte, en su punto, y con todo lo que quieres que traiga'', comentan Graciela y Jorge Garrido, una pareja de asiduos, que además disfruta que la cena esté animada con un espectáculo.
De ambiente elegante y sofisticado, al mismo tiempo relajado y amigable, el sitio tiene el feeling de un restaurante en la agradable barriada de París que inspiró su nombre. Para asegurarse de que así sea, Valerie Cerulli y Frederic Martin, los dueños --franceses de pura cepa-- se encargan de que todo marche a la perfección. Romain, el barman, también hace lo suyo a la hora de preparar los cocteles o de sugerir copas según su preferencias. Ambientado como las típicas brasseries desde la fachada hasta el fondo, el comedor con mesitas y pullman, luz tenue, música suave, espejos en las paredes, mucha madera oscura por doquier y una barra de caoba al estilo del viejo mundo, induce a romancear.
Todos los días, de 5 a 8 p.m. hay un happy hour --copas a mitad de precio-- antes de cenar con buena música y codeándose con ``la fauna'' de Coral Gables. Y aunque para pasarla bien no hay que esperar por un día en especial, las noches más excitantes se ofrecen en dosis mesuradas, como el buen perfume francés. Una vez al mes, se presenta una troupe de comediantes, tranformistas y bailarines para la noche de cabaret con una revista musical, unas veces al estilo parisino, otras más internacional. El show, en vivo, incluye el emblemático cancán, salsa, samba y batucadas. Es siempre nuevo y majestuoso, considerando las limitantes del espacio.
También, una vez al mes, se presentan conciertos, noches marroquíes y la noche de flamenco y sevillanas; la próxima es el 7 de mayo. En esta ocasión, la energía y el talento de Esther y Edwin, de la compañía Baila flamenco, prometen tres espectáculos exclusivos con los que ofrecerán ``un recorrido'' desde París a Madrid.
Les Halles sirve también como sala de fiesta para eventos, cumpleaños o cualquier celebración y, además, de galería para artistas locales. Ahora mismo se pueden apreciar los trabajos de Corinne Masson Grana y de Tony Pavone.
``French & Friendly'', como le llaman, con ofertas para todos los bolsillos y mucha fiesta, esta brasserie propone mantener a un Coral Gables, que usualmente duerme temprano, desvelado --al menos por algunas noches-- esperando disfrutar de un rato sin igual. •
Cort. El Nuevo Herald
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