Imágenes que han salido a luz y que causan mucha polémica por tratarse de niños chinos atados con cuerdas a los barrotes de los centros de trabajo de sus padres para que no se pierdan por la ciudad.
Y es que millones de chinos no pueden costearse una guardería y muchos de ellos dejan a sus hijos solos en casa. Pero por miedo a que éstos se pierdan, hay algunos que se los llevan a sus centros de trabajo.
Para que éstos no se muevan o se hagan daño con los materiales que usan, los atan con cuerdas a los barrotes de las ventanas reduciendo así su movilidad.
Las condiciones en las que los niños pasan sus largas jornadas laborales son precarias. La falta de higiene y el ambiente hostil es su pan de cada día.
Cort. Diario 2001
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