En el interior del inmenso complejo residencial del coronel Muamar Gadafi en Trípoli, bombardeado por la OTAN desde hace semanas, no quedan más que ruinas humeantes y edificios reventados.
Mientras la OTAN bombardeaba intensamente la capital libia, corresponsales de la prensa extranjera visitaron, acompañados por representantes de las autoridades libias, la residencia de Bab Al Aziziya, en el centro de Trípoli, para observar los daños.
Detrás de las impresionantes murallas pintadas de verde que rodean al complejo residencial hay ruinas humeantes, trozos enteros de paredes a punto de derrumbarse, pérdidas de agua, pedazos de colchones y chatarra desperdigados por toda la residencia tras las explosiones.
Algunos edificios, que ya estaban dañados desde hace semanas, como consecuencia de bombardeos anteriores, volvieron a ser atacados el martes. Desde el 19 de marzo, cuando empezaron las incursiones aéreas de las potencias occidentales, el complejo residencial es uno de sus principales blancos y muchos de sus edificios se han derrumbado.
El martes, tres edificios "administrativos" y otro más, en el que había un generador de electricidad, fueron destruidos.
Cerca de los escombros de uno de estos edificios se ve un cráter de seis metros de diámetro y más de dos metros de profundidad, probablemente causado por una bomba que le erró al blanco. El sistema de riego fue puesto en funcionamiento para reducir el polvo.
"Se están entrenando, estos cobardes. Se están divirtiendo", dice uno de los escoltas de Gadafi que acompaña a los periodistas, antes de mostrarles un cuerpo que yace bajo una bandera verde de Libia. Se trata de una persona que murió como consecuencia de los bombardeos del martes, afirma.
"Hay otras víctimas, pero todavía están bajo los escombros. No logramos sacarlas", agrega, en medio de la residencia desierta, donde sólo hay un puñado de soldados que posan para las fotos.
"Espero que digan la verdad, si bien no hay mucho que esperar de ustedes", repite a los corresponsales de la prensa internacional, mientras aviones caza sobrevuelan la zona.
"Esta escena tal vez entristezca a algunos de ustedes y cause regocijo a otros", agrega, mientras muestra un edificio arrasado donde, según él, Gadafi "recibía a sus invitados".
Según este hombre, por lo menos seis bombas cayeron sobre la residencia y seis más sobre un cuartel de la "Guardia Popular", ubicada frente a Bab Al Aziziya, del que cayeron trozos enteros de murallas tras las explosiones.
Los bombardeos del martes fueron los más violentos realizadas hasta ahora por la OTAN.
El miércoles, los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica afirmaron en Bruselas que están decididos a continuar su intervención en Libia "todo el tiempo que sea necesario" y "con los medios necesarios" para proteger a la población civil.
TalCualDigital
Mientras la OTAN bombardeaba intensamente la capital libia, corresponsales de la prensa extranjera visitaron, acompañados por representantes de las autoridades libias, la residencia de Bab Al Aziziya, en el centro de Trípoli, para observar los daños.
Detrás de las impresionantes murallas pintadas de verde que rodean al complejo residencial hay ruinas humeantes, trozos enteros de paredes a punto de derrumbarse, pérdidas de agua, pedazos de colchones y chatarra desperdigados por toda la residencia tras las explosiones.
Algunos edificios, que ya estaban dañados desde hace semanas, como consecuencia de bombardeos anteriores, volvieron a ser atacados el martes. Desde el 19 de marzo, cuando empezaron las incursiones aéreas de las potencias occidentales, el complejo residencial es uno de sus principales blancos y muchos de sus edificios se han derrumbado.
El martes, tres edificios "administrativos" y otro más, en el que había un generador de electricidad, fueron destruidos.
Cerca de los escombros de uno de estos edificios se ve un cráter de seis metros de diámetro y más de dos metros de profundidad, probablemente causado por una bomba que le erró al blanco. El sistema de riego fue puesto en funcionamiento para reducir el polvo.
"Se están entrenando, estos cobardes. Se están divirtiendo", dice uno de los escoltas de Gadafi que acompaña a los periodistas, antes de mostrarles un cuerpo que yace bajo una bandera verde de Libia. Se trata de una persona que murió como consecuencia de los bombardeos del martes, afirma.
"Hay otras víctimas, pero todavía están bajo los escombros. No logramos sacarlas", agrega, en medio de la residencia desierta, donde sólo hay un puñado de soldados que posan para las fotos.
"Espero que digan la verdad, si bien no hay mucho que esperar de ustedes", repite a los corresponsales de la prensa internacional, mientras aviones caza sobrevuelan la zona.
"Esta escena tal vez entristezca a algunos de ustedes y cause regocijo a otros", agrega, mientras muestra un edificio arrasado donde, según él, Gadafi "recibía a sus invitados".
Según este hombre, por lo menos seis bombas cayeron sobre la residencia y seis más sobre un cuartel de la "Guardia Popular", ubicada frente a Bab Al Aziziya, del que cayeron trozos enteros de murallas tras las explosiones.
Los bombardeos del martes fueron los más violentos realizadas hasta ahora por la OTAN.
El miércoles, los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica afirmaron en Bruselas que están decididos a continuar su intervención en Libia "todo el tiempo que sea necesario" y "con los medios necesarios" para proteger a la población civil.
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