Antes referencia de modernidad y deteriorado por la falta de mantenimiento, el Metro de Caracas cumple años entre las críticas de sus usuarios y los intentos del Gobierno venezolano de impulsarlo sin renunciar a las tarifas socialistas que lo hacen el más económico de la región.
Hace hoy 34 años fue fundada la Compañía Anónima Metro de Caracas, encargada de construir el subterráneo de la capital venezolana, que abrió sus puertas al público en 1983 como un ejemplo de avance tecnológico, confort, civismo e, incluso, estética que pronto se convirtió en un servicio público pionero en la región.
Pero el aniversario le llega al metro en horas bajas, con fallas eléctricas crónicas que paralizan el sistema durante horas, vagones y escaleras mecánicas en mal estado, aires acondicionados que no funcionan pese a las altas temperaturas, y un plan para tratar de resolver el problema de delincuencia en sus instalaciones.
“Hace diez años comenzó un proceso de deterioro por una incomprensión de este gobierno de los fenómenos urbanos, porque bajó el nivel de mantenimiento y por unos niveles de congestión para los que no hubo suficientes previsiones”, indicó a Efe Omar Hernández, sociólogo experto en planificación urbana.
Para este profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar, el metro nunca fue una cuestión prioritaria para el presidente, Hugo Chávez, que retiró personal “experimentado” por conflictos laborales y lo reemplazó por personas “poco capacitadas”.
Además, en doce años de gestión nombró a diez presidentes al frente de la compañía, dependiente del Ministerio de Transporte.
Tras cinco años con el billete congelado en 0,50 bolívares (0,11 dólares), un precio que apenas cubre un 10% de los costes, según cifras oficiales, se decidió doblar en junio el importe de los pasajes a un bolívar (0,22 dólares) para destinarlo al mantenimiento del sistema.
“Ahí se anunció un aumento a la tarifa del Metro de Caracas. Era justo, teníamos no sé cuántos años sin incrementar la tarifa. El Metro es subsidiado. Si el pasaje se liberara, como harían los capitalistas, no se pudiera (sic) viajar”, señaló Chávez el 31 de mayo, tras aprobar 325 millones de dólares para el sistema.
En 2010, Venezuela gastó cerca de 355 millones de dólares en programas de mantenimiento del subterráneo capitalino, acumulando 3.000 millones de dólares desde 1999, cuando Chávez asumió el poder.
Sin embargo, esta gran inversión no se ha trasladado en mejoras sustanciales del sistema según los propios usuarios.
“El servicio está medio medio, no está muy bueno para lo que tiene Venezuela. Es un servicio no acorde con lo que deberíamos tener siendo los dueños del petróleo”, dijo a Efe un funcionario de 59 años de un municipio de Caracas que pidió no ser identificado.
Mayerlin Mendoza, una fisioterapeuta de 35 años que viaja diariamente desde Los Teques, Miranda (centro), hasta el este de Caracas para trabajar, se lamenta de que el servicio ya no sea “como antes” y asegura estar “muy preocupada” por la inseguridad.
Durante 2010 se registraron unos 80 delitos mensuales, según cálculos del Ejecutivo, que, consciente del foco de delincuencia en que se había convertido el Metro, decidió implantar en septiembre un plan de seguridad con más de 500 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Seis meses después de la aplicación del programa, la PNB había detenido a 702 personas por robo y había desmantelado a 35 bandas delictivas, y los delitos pasaron de 73 en febrero de 2010 a 21 en febrero de este año.
Sin embargo, para el diputado opositor Stalin González “hay un problema de gerencia por parte del Gobierno y de cómo administrar un servicio de transportes de esa magnitud”.
Frente a las críticas, el actual presidente del metro, Haiman El Troudi, argumentó que parte del colapso y deterioro del subterráneo se debe a que fue diseñado para transportar a 700.000 personas y su demanda actual es del doble.
“Si no construyen la línea paralela a la uno, evidentemente, siempre va a estar colapsada”, apuntó González, en momentos en que se realizan esos trabajos de ampliación. /EFE
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