Los científicos tienen tres días para reprogramar el vuelo del Fobos-Grunt, que tiene como objetivo posarse en una luna del planeta rojo y traer de regreso muestras de su suelo para 2014
"El propulsor no funcionó. No hubo ni primer ni segundo encendido. Esto significa que el aparato no pudo orientarse por las estrellas", dijo el director de la agencia espacial rusa, Roscosmos, Vladímir Popovkin.
Lanzada a las 20:16 GMT de ayer martes por un cohete Zenit-2SB desde el cosmódromo kazajo de Baikonur, la estación interplanetaria automática, con 13,5 toneladas de masa, quedó en órbita de apoyo en torno a la Tierra. El primer impulso debía situar la Fobos-Grunt en una órbita elíptica transitoria, y el segundo, proyectarla en dirección a Marte.
"No diré que [el lanzamiento] ha sido un fracaso. Es una situación imprevista, en la que hay que trabajar", dijo el director. Agregó que los especialistas de tierra tienen 72 horas para cargar un nuevo programa de vuelo en el ordenador central de la Fobos-Grunt. "Tenemos un plazo de tres días, mientras funcionen los acumuladores", dijo Popovkin.
Los especialistas de tierra tuvieron grandes dificultades para establecer los parámetros de la órbita de la Fobos-Grunt y retomar la comunicación con el aparato, según el director. "Tuvimos una noche difícil. Durante mucho tiempo no pudimos localizar el aparato", reconoció.
Rusia ya ha tenido problemas con las tres últimas misiones a Marte que ha lanzado (Phobos 1, Phobos 2 y Mars 96; en 1988 las dos primeras y en 1996 la tercera), lo que tiene que ver con la discreción reinante a la hora de anunciar este cuarto intento.
El proyecto, ideado hace más de 10 años, tiene un costo de 120 millones de euros. El aparato, de casi 11 mil kilos de peso (de los cuales casi 9 son combustible), será puesto en órbita de Marte el año que viene y, desde allí, si consigue despegar, podrá realizar observaciones tanto del planeta como de Fobos, una de las dos lunas de Marte (la otra se llama Deimos) y volver de regreso en 2014.
La sonda rusa tiene, además, un microsatélite chino, el Yinghou-1, con un peso de 110 kilos, que en un determinado momento debería separarse y ponerse en órbita para tomar datos científicos durante un año. "Este es realmente un proyecto muy difícil, si no el proyecto interplanetario más difícil realizado hasta la fecha", dijo uno de los científicos encargados de la misión, Alexander Zakharov. La misión es muy difícil precisamente porque tiene muchas fases y cada una depende del éxito de la precedente".
"El propulsor no funcionó. No hubo ni primer ni segundo encendido. Esto significa que el aparato no pudo orientarse por las estrellas", dijo el director de la agencia espacial rusa, Roscosmos, Vladímir Popovkin.
Lanzada a las 20:16 GMT de ayer martes por un cohete Zenit-2SB desde el cosmódromo kazajo de Baikonur, la estación interplanetaria automática, con 13,5 toneladas de masa, quedó en órbita de apoyo en torno a la Tierra. El primer impulso debía situar la Fobos-Grunt en una órbita elíptica transitoria, y el segundo, proyectarla en dirección a Marte.
"No diré que [el lanzamiento] ha sido un fracaso. Es una situación imprevista, en la que hay que trabajar", dijo el director. Agregó que los especialistas de tierra tienen 72 horas para cargar un nuevo programa de vuelo en el ordenador central de la Fobos-Grunt. "Tenemos un plazo de tres días, mientras funcionen los acumuladores", dijo Popovkin.
Los especialistas de tierra tuvieron grandes dificultades para establecer los parámetros de la órbita de la Fobos-Grunt y retomar la comunicación con el aparato, según el director. "Tuvimos una noche difícil. Durante mucho tiempo no pudimos localizar el aparato", reconoció.
Rusia ya ha tenido problemas con las tres últimas misiones a Marte que ha lanzado (Phobos 1, Phobos 2 y Mars 96; en 1988 las dos primeras y en 1996 la tercera), lo que tiene que ver con la discreción reinante a la hora de anunciar este cuarto intento.
El proyecto, ideado hace más de 10 años, tiene un costo de 120 millones de euros. El aparato, de casi 11 mil kilos de peso (de los cuales casi 9 son combustible), será puesto en órbita de Marte el año que viene y, desde allí, si consigue despegar, podrá realizar observaciones tanto del planeta como de Fobos, una de las dos lunas de Marte (la otra se llama Deimos) y volver de regreso en 2014.
La sonda rusa tiene, además, un microsatélite chino, el Yinghou-1, con un peso de 110 kilos, que en un determinado momento debería separarse y ponerse en órbita para tomar datos científicos durante un año. "Este es realmente un proyecto muy difícil, si no el proyecto interplanetario más difícil realizado hasta la fecha", dijo uno de los científicos encargados de la misión, Alexander Zakharov. La misión es muy difícil precisamente porque tiene muchas fases y cada una depende del éxito de la precedente".
Cort. america.infobae.com
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