La mamarrachada y la coba son comunes en el día a día del gobierno de Chacumbele. No hay cosa que hagan que se escape de la ineficiencia, del cuento, de eso que los cómodos terminan llamando "venezolanismo", como si de una travesura se tratara. Marzo cerró con un acto donde se entregaron cascos y chalecos a unos 80 mil motorizados, a manos del propio Tareck El Aissami. Cascos a granel, para "cumplir las normas" y tal. Unos materiales de seguridad vial, destinados a resguardar la cabeza (y la vida) del portador que, sin embargo, nos cuentan que no están certificados.
Un especialista nos comenta sobre el modelo entregado: "esa vaina tipo ponchera se empezó a fabricar medio artesanalmente hace tiempo copiando unos que de verdad se usaban para equitación. También se han importado masivamente desde China. Han sido muy populares porque son la mínima expresión puesta en la cabeza para que un policía no pueda decir que no llevas casco. No pesan, no se ajustan a la cabeza y no se los amarran: solo protegen del sol. En algún país, unas versiones similares se pueden usar en ciclomotores (motociclos de hasta 50cc, que no excedan los 45km/h), pero salvo África, Oriente y sitios así, no son aceptados para ser usados con motos. No cumplen con ninguna norma internacional para cascos, como DOT. Y si dicen lo contrario que muestren un certificado de aprobación internacional". Es el testimonio de alguien que sabe del asunto, un profesional pues. Póngale cabeza.
TalCualDigital
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