El anuncio de la victoria del presidente Hugo Chávez el domingo sumió a los electores venezolanos del sur de la Florida en una profunda decepción y tristeza.
“Estamos denunciando un fraude electoral. Esto no tiene otro nombre”, dijo Luis Rafael Monch, representante de la organización Uno America, y uno de los cientos de venezolanos que se concentraron en el restaurante El Arepazo, en Doral.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, informó que Chávez obtuvo en las urnas 7,444,082 votos (54.4 por ciento) frente a su principal rival, el líder opositor Henrique Capriles, quien logró 6,151,544 sufragios a su favor (44.97 por ciento) cuando se habían escrutado el 90 por ciento de las papeletas de votación.
La victoria anunciada en la televisión venezolana pasada las 10:30 p.m. hora de Miami fue difundida en pantallas gigantes en el exterior del restaurante. La noticia fue un baldazo de agua fría para una comunidad que horas antes celebraba con esperanza y alegría que el candidato de la oposición, Henrique Capriles, pudiera ganar los comicios.
“Ganamos, no perdimos”, gritó Cristina Rodríguez parada en una camioneta. “Chávez no ganó, eso es una mentira, una injusticia”.
Minutos antes, en El Arepazo, un sitio central para la comunidad venezolana en el sur de la Florida, centenares de personas bailaban y tomaban cervezas afuera, bajo un cielo oscuro y lluvioso. Muchos, como Gabriela Hernández, esperaban permanecer en el lugar por horas.
“Tenemos una alegría pero con temor, porque no sabemos realmente si va haber fraude debido a que todo el sistema electoral lo maneja el presidente Hugo Chávez”, dijo.
No tan lejos de allí, en El Arepazo 2, unas 1,500 personas —muchas con banderines, gorras tricolores y camisetas de la selección de fútbol llanera— gritaban arengas como: “Se ve, se sabe, mañana se va Chávez”, “Se va, se va”, y “Se ve, se siente, Capriles Presidente”.
Alexis Ortiz, un activista de la comunidad venezolana en Doral, viajó a Nueva Orleans y retornó el domingo por la tarde.
“Los venezolanos demostramos que la trampa del cierre del Consulado en Miami no podía detenernos”, dijo. “Nuestra gente puso en evidencia su gran compromiso con la democracia”.
Algunos venezolanos declararon que no se les permitió inscribirse como votantes en el exterior porque son exiliados políticos. Otros simplemente no tenían los recursos económicos o la salud para viajar hasta Nueva Orleans y emitir su voto en el Centro de Convenciones Ernest N. Morial, como lo hicieron un estimado de casi 8,000 personas el domingo.
“Nos hemos quedado aquí y no hemos podido ejercer nuestro voto en Nueva Orleans por varias razones”, dijo Monch. “Es una gran violación a los derechos humanos”.
Sin embargo, Monch agradeció a todas las organizaciones que ayudaron a miles de venezolanos en el exterior con la coordinación de transporte a Nueva Orleans y otros centros de votación a escala mundial.
“La sociedad ha hecho un trabajo importante”, dijo. “Espero que se cumpla el mandato del pueblo”.
Mila Pineda, de 81 años, lamentó no poder renovar su pasaporte venezolano a tiempo para poder votar el domingo con sus compatriotas. Sin embargo, emitió un voto simbólico para su candidato afuera de El Arepazo.
“Tengo la esperanza que El Señor nos va dar el triunfo”, declaró Pineda, quien caminaba con un rosario en sus manos. “Espero que Capriles Radonski gane la presidencia, no solamente para mí sino para todos mis hermanos venezolanos”.
Carlos Fernández, ex presidente de la Federación de Cámaras de Comercio y Producción de Venezuela, destacó el sacrificio que hicieron los venezolanos de la Florida para ir a votar a Nueva Orleans.
“El esfuerzo que se ha hecho para encontrar una solución a la crisis política y social que vive el país es sumamente importante”, dijo. “Sin embargo, debemos reconocer que las condiciones no han sido las mejores, no han sido justas ni equitativas. Ha habido un ventajismo oficial y hoy se ha visto claramente por parte del oficialismo”.
El Nuevo Herald
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