Por: VenEconomía 23Mar10
Este lunes la dictadura que se cierne sobre Venezuela tuvo dos actos:
Sube el telón: Se recibe el Informe Final de la reunión semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa que llegó desde Aruba, condenando al Gobierno del presidente Hugo Chávez por sus acciones en contra de la libertad de expresión y a favor de la "eliminación" de los medios de comunicación social en Venezuela. La SIP, además, le solicitó a la OEA que permitiera que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión visiten a Venezuela a fin de constatar la situación de los derechos humanos en el país, entre ellos el de la libertad de información y de expresión.
Salen voceros del Gobierno y niegan una vez más que en Venezuela se vulnera este derecho universal, garantizado en la Constitución de 1999. El Gobierno remarca que la revolución está democratizando la comunicación y que ahora el derecho de la libertad de expresión pertenece al pueblo y no a "un grupito" de dueños de medios. Baja el telón.
Sube el telón: en horas de la noche del mismo lunes, aparecen el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), antigua DISIP y el brazo policial político del Gobierno, y se lleva preso al dirigente político de oposición Oswaldo Álvarez Paz y lo encarcela en El Helicoide. Álvarez Paz está imputado de tres delitos contemplados en el Código Penal: Conspiración (artículo 132), instigación al odio (artículo 285), y generación de zozobra e inquietud (296-A). Baja el Telón.
Cabe recordar que el ex fiscal de la República Isaías Rodríguez había solicitado al TSJ que declarara la inconstitucionalidad de los últimos dos delitos.
En la realidad, todo indica que Álvarez Paz es un nuevo preso político del Gobierno por el "delito de opinión". La importación es similar a la que mantuvo en prisión por cinco años al general Francisco Usón, y a la que tiene en el exilio al periodista Rafael Poleo. El delito de Álvarez Paz fue expresar en el programa Aló Ciudadano su opinión sobre el tema que ocupó por días titulares en la prensa nacional e internacional: el Auto de Procedimiento dictado por el juez de la Audiencia Nacional de España, Eloy Velasco, donde se menciona la presunta colaboración del Gobierno venezolano con la ETA y las FARC para actuar contra altos funcionarios colombianos.
Dos preguntas obligadas: ¿Por qué Oswaldo Álvarez Paz? ¿Por qué a pocos meses de los comicios de la Asamblea Nacional?
Álvarez Paz tiene un alto perfil político, y es reconocido nacional e internacionalmente como un demócrata: Fue el primer gobernador electo del Zulia, luego del proceso de descentralización en 1989. Hecho preso en sede de la Gobernación del Zulia durante el Golpe militar de 1992. Y fue el primer candidato electo por primarias abiertas en Copei, y candidato presidencial en 1993.
Dado su alto perfil, la prisión de OAP serviría de ejemplo para inhibir a otros políticos menos conocidos. Y la inyección de esta fuerte dosis de miedo obligaría a los medios y a los mismos analistas y políticos a pensarlo dos veces antes de emitir opiniones contrarias al Gobierno.
De lograr este onjetivo el destino de la libertad y democracia estará sellado. ¿Se baja el telón?
Sube el telón: Se recibe el Informe Final de la reunión semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa que llegó desde Aruba, condenando al Gobierno del presidente Hugo Chávez por sus acciones en contra de la libertad de expresión y a favor de la "eliminación" de los medios de comunicación social en Venezuela. La SIP, además, le solicitó a la OEA que permitiera que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión visiten a Venezuela a fin de constatar la situación de los derechos humanos en el país, entre ellos el de la libertad de información y de expresión.
Salen voceros del Gobierno y niegan una vez más que en Venezuela se vulnera este derecho universal, garantizado en la Constitución de 1999. El Gobierno remarca que la revolución está democratizando la comunicación y que ahora el derecho de la libertad de expresión pertenece al pueblo y no a "un grupito" de dueños de medios. Baja el telón.
Sube el telón: en horas de la noche del mismo lunes, aparecen el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), antigua DISIP y el brazo policial político del Gobierno, y se lleva preso al dirigente político de oposición Oswaldo Álvarez Paz y lo encarcela en El Helicoide. Álvarez Paz está imputado de tres delitos contemplados en el Código Penal: Conspiración (artículo 132), instigación al odio (artículo 285), y generación de zozobra e inquietud (296-A). Baja el Telón.
Cabe recordar que el ex fiscal de la República Isaías Rodríguez había solicitado al TSJ que declarara la inconstitucionalidad de los últimos dos delitos.
En la realidad, todo indica que Álvarez Paz es un nuevo preso político del Gobierno por el "delito de opinión". La importación es similar a la que mantuvo en prisión por cinco años al general Francisco Usón, y a la que tiene en el exilio al periodista Rafael Poleo. El delito de Álvarez Paz fue expresar en el programa Aló Ciudadano su opinión sobre el tema que ocupó por días titulares en la prensa nacional e internacional: el Auto de Procedimiento dictado por el juez de la Audiencia Nacional de España, Eloy Velasco, donde se menciona la presunta colaboración del Gobierno venezolano con la ETA y las FARC para actuar contra altos funcionarios colombianos.
Dos preguntas obligadas: ¿Por qué Oswaldo Álvarez Paz? ¿Por qué a pocos meses de los comicios de la Asamblea Nacional?
Álvarez Paz tiene un alto perfil político, y es reconocido nacional e internacionalmente como un demócrata: Fue el primer gobernador electo del Zulia, luego del proceso de descentralización en 1989. Hecho preso en sede de la Gobernación del Zulia durante el Golpe militar de 1992. Y fue el primer candidato electo por primarias abiertas en Copei, y candidato presidencial en 1993.
Dado su alto perfil, la prisión de OAP serviría de ejemplo para inhibir a otros políticos menos conocidos. Y la inyección de esta fuerte dosis de miedo obligaría a los medios y a los mismos analistas y políticos a pensarlo dos veces antes de emitir opiniones contrarias al Gobierno.
De lograr este onjetivo el destino de la libertad y democracia estará sellado. ¿Se baja el telón?
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