Mi comentario de la semana
Las primarias del PSUV están dando qué hacer. En primera instancia, puede que algún practicante de este oficio de investigar se niegue a aceptar la verdad de lo acontecido; sin embargo, no se puede negar que el pasado domingo los seguidores del Gobierno dieron una prueba fehaciente del ejercicio democrático; algo impensable para los extranjeros que han comprado la tesis de una democracia venezolana en extinción. El problema no es de aritmética, por eso, pensar en millones de votantes es como pedirle 300 mil bicicletas al niño Jesús; por lo tanto, entremos al asunto meramente político.
Con todo y el murmullo de desaprobación de los opositores esta película continúa en su nudo más interesante. A diferencia de la oposición que optó por no dejar evidencia de su votación interna, para no “exponer” a los suyos a una nueva lista que los excluya, sobre todo de las prebendas del Gobierno, el PSUV prefiere el olor de las cajas amontonadas con los listados de quienes ejercieron el voto en sus primarias, como prueba única y válida de que sí hubo más de 2 millones de electores. Toda elección deja también a sus viudas del poder y esta no podía ser la excepción. Como dato interesante podemos contar que se ha fortalecido una nueva generación aguardando por las tremendas responsabilidades de la República. Otros, los derrotados, los llorones y las lloronas, quedarán de ejemplo imperecedero del destino que espera a quienes abusan del poder. El domingo pasado, los electores rechazaron al sobrante de la edad de piedra, al troglodita de VTV que ahora, lloriqueando como un bebe, quiere pasar por sentimental, esperando impaciente por la providencial operación quirúrgica que lo disfrace y lo haga pasar desapercibido en las listas de septiembre. No les quepa la menor duda de que este quebradizo tendrá que usar un mantel para secarse los lagrimones de cocodrilo. Pero dejemos a este personaje intentando frente al espejo de la historia parecer menos deforme de lo que es y volvamos al ocio que nos permite el análisis del resultado final de las primarias del PSUV. En este ejercicio no esperen ustedes que voy a sacar un conejo de donde el resto de los mortales saca un pañuelo. Es muy probable que no coincida con los opositores, sobre todo ahora que no voy a esperar saber si guardan sus zapatos en el refrigerador para entender que muchos de ellos están locos de remate. No tiene sentido abrir un paraguas cuando hay un cielo absolutamente despejado. En las elecciones del pasado domingo se destaca la derrota del Gato Briceño, uno de esos exponentes del llamado “chavismo sin Chávez” en Monagas. Ahora, se perdió en la casa del gato, pero se ganó en Trujillo y Mérida con la llamada logia andina capitaneada por el tocayo del Presidente. La logia de Cabezas es una de las tantas expresiones de la contrarrevolución. Para lograr su objetivo, el gobernador de Trujillo no tuvo el menor recato a la hora de hacer valer el peso del ejecutivo regional. Otro tanto ocurrió en Bolívar, donde el gobernador pudo imponer a sus candidatos. Junto al gobernador de Mérida, en el Gobierno, Rangel Gómez conforma una tendencia socialcristiana, asociada a Leopoldo Castillo y Xiomira Villasmil. Curiosamente, Díaz Orellana no aparece inscrito en el PSUV. Él se preguntará que para qué si entonces va a quedar más enredado que una escoba de servicio público. Los socialcristianos del PSUV no están solos a la hora de requerir dinero porque cuentan, entre otros, con don Mario Villarroel (Cruz Roja de Venezuela), un declarado enemigo del Gobierno con una actuación no muy clara durante los días del deslave de Vargas. Las primarias del domingo tienen un ganador y ese no es otro que Diosdado Cabello; el ahora superministro ha demostrado una inusitada capacidad organizativa que lo convierte en el hombre fuerte del aparato; a su actuación se atribuye el sorpresivo triunfo de su esposa en Miranda, además, teniendo en cuenta que ese éxito tuvo un efecto portaaviones permitiendo que también alcanzara la nominación un estrafalario personaje rescatado por el propio Diosdado, salvándolo de una desastrosa campaña. Por ahora, mal que bien, Cabello seguirá siendo el ministro más importante de esta era y el segundo tablero de este equipo de ajedrez, pero también hay que decir que está en planes para encabezar la lista por Miranda. Tras sucesivas derrotas, a Diosdado le llegó su cuarto de hora y es poco probable que vuelva a salir con las tablas en la cabeza. Me atrevo a decir que es firme candidato a la presidencia de la próxima Asamblea Nacional. Desde otro ángulo puede considerarse que fue derrotada la “vieja guardia” civil, integrada por buena parte de los actuales diputados que responden a Cilia Flores. Con respecto al reacomodo de tendencias la cosa queda resumida así: 1) Chavismo duro (12): Distrito Capital (a pesar de ciertas dudas con respecto a Freddy Bernal y Aristóbulo Istúriz. Para lograr su nominación, Bernal utilizó a la vieja maquinaria del MVR), Amazonas, Anzoátegui, Aragua, Barinas, Guárico, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre, Táchira y Vargas. 2) Chavismo “bisagra” o tendencia pendular (6): Apure, Carabobo (hay fuerte fraccionamiento), Delta Amacuro, Falcón, Nueva Esparta y Zulia (también acá la división es muy marcada). 3) Chavismo sin Chávez (6): Bolívar, Cojedes, Lara, Mérida, Monagas y Trujillo. Así llegamos al final de esta crónica, no sin antes notificarles que en las próximas ediciones conocerán más detalles de esta trama que se torna interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario