Foto: Omar Véliz
Chávez anunció el "precio de promoción" al que se vendería cada arepa: 5 bolívares. Sin embargo, ni el gobierno ha podido escapar a la elevada inflación del país, y en febrero los precios tuvieron que aumentar 50% AFP/El Nacional
Julio González quiso que su hermano Alí probara el "sabor de la revolución" del presidente Hugo Chávez y lo invitó a almorzar en una "arepera socialista", abiertas por el gobierno venezolano con el deseo de ofrecer platos típicos a bajos precios en todo el país. Con frases del Libertador Simón Bolívar o de Karl Marx escritas en las paredes y facturas con mensajes a favor de la igualdad y contra el capitalismo, Chávez logró que la ideología que predica diariamente por radio o televisión, también llegara al más popular alimento venezolano: la arepa.
Y en esta peculiar arepera socialista, bandejas, uniformes y decoraciones son rojas, color que identifica a los adeptos del mandatario. Incluso los muñequitos en la puerta de los baños son de este color y llevan en el lugar del corazón una estrella, símbolo del partido de gobierno.
En el menú, los precios también están impregnados de ideología socialista, ya que llegan a ser cuatro veces más baratos que en un restaurante tradicional.
Así, las arepas, masa de maíz asada rellena con queso, carne o pollo cuestan 7,5 bolívares (1,75 dólares, calculado a un precio del dólar de 4,3 bolívares), los almuerzos típicos venezolanos se venden a 18 (5 dólares) y los jugos a 4,5 (1,05).
Además, toda la materia prima para los platos y jugos que se venden en el local provienen de empresas "socialistas", bien sea cooperativas populares o compañías nacionalizadas por el Estado.
"Yo comparto el proyecto de Chávez, pero mi hermano es escuálido (adjetivo usado en Venezuela para referirse a los opositores al presidente). Yo quería que viera lo barata que está la comida, ¡a ver si se convence!", dijo González a la AFP.
"Sin estas iniciativas sería más difícil subsistir. El sueldo no alcanza. Para mí esto es barato y hasta pude comprar tres arepas para llevar a la casa, pero hay muchos que no tienen ni para comprar comida", aseguró Noemí Ortega.
El objetivo de la "arepera socialista" es "ayudar al pueblo y a las personas con menos recursos para que puedan comer a precios solidarios", explicó Freddy Paredes, coordinador de esta primera sucursal, ubicada en el centro de Caracas.
Con esta idea, el gobierno de Chávez inauguró este local en diciembre de 2009 y asignó recientemente 23 millones de dólares al ministerio de Comercio para financiar la construcción de, al menos, 33 nuevas "areperas socialistas" en todo el país.
"Vamos a enseñarles lo que es un verdadero mercado y no un mercado especulativo, usurero. Es mercado para el pueblo", dijo Chávez en la inauguración del restaurante.
En aquel momento, el mandatario anunció el "precio de promoción" al que se vendería cada arepa: 5 bolívares (1,16 dólares). Sin embargo, ni el gobierno ha podido escapar a la elevada inflación del país, que cerró el año 2009 en 25,1%, y en febrero los precios de este local tuvieron que aumentar un 50%.
"El precio anterior no era suficiente para pagar a empleados, proveedores, local y electricidad. Hay que recordar que el objetivo de la arepera es autofinanciarse, no generar ganancias. Pero no puede ser que produzca gastos", dijo Paredes.
Muchos de los clientes aceptaron el aumento pero otros, como Rafael Barboza, sienten que con el incremento "se ahorca al pueblo".
"Antes venía siempre, pero ahora sólo puedo venir una vez a la semana. Si el gobierno pusiera un buen almuerzo a 12 bolívares, no lo tumban más nunca. Pero a 18 es muy caro", aseguró.
Barboza gana el salario mínimo, que el 1 de mayo aumentó a 1.200 bolívares (285 dólares), y cree que son necesarias más iniciativas oficiales que subsidien la alimentación de los venezolanos.
"Sólo por una habitación alquilada hay que pagar entre 500 y 800 bolívares (entre 116 y 190 dólares) ¿Cómo se vive con tan poco?", se preguntó.
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