Por VenEconomía 03May10
La política económica de Hugo Chávez está atiborrada de sinrazones, que sólo conducen al despeñadero.
Una de las tantas fue haber decretado en febrero de este año un aumento de 25% del salario mínimo de manera inconsulta y extemporánea.
En esa oportunidad Chávez anunció que el 10% del nuevo salario mínimo entraba en vigencia el 1° de marzo y el 15% restante se pagaría a partir del 1° de septiembre de 2010. Hay que acotar que la segunda cuota hace que al final el incremento sea realmente de 26,5%.
Ahora, este sábado 1° de mayo, otra vez de forma imprevista e inconsulta, adelantó cuatro meses la fecha de entrada en vigencia de la segunda porción (15%) del incremento del salario mínimo.
Llama a suspicacia, que esta intempestiva decisión fue anunciada a pocas horas de que se celebrasen las elecciones primarias de su partido, el PSUV, donde se escogerían los candidatos a la Asamblea Nacional. ¿Tal vez se intuía que a pesar de las multifacéticas presiones, estos comicios no habían despertado la motivación de la masa electoral chavista?
Peor aún, es que se especula que el Gobierno tendría en mente otro aumento para septiembre a fin de "incentivar" el voto en las elecciones parlamentarias.
Otra sin razón es el aumento de las pensiones para los sobrevivientes. Aunque a simple vista esta decisión perece procedente, lo cierto es que va contra la lógica que se sigue a nivel mundial, que los gastos de un superviviente son menores a los de una pareja.
Lamentablemente, cuando un Gobierno toma decisiones de manera atropellante y sin planificación alguna por medio se generan graves consecuencias para todo el país, entre las cuales destacan: 1) El aumento de las presiones inflacionarias; y 2) el descontrol en todo el aparato productivo, que ve derrumbarse toda su planificación. El cambio abrupto de las reglas de juego, agarra fuera de base a las empresas públicas y privadas que, creyendo en la palabra del mandatario, habían hecho sus ajustes salariales para septiembre. Esto recrudece la precaria situación de pequeñas y medianas empresas, ya agravada por el alza de los costos de las materias primas, la sequía de divisas oficiales y la severa regulación de electricidad.
Medidas como éstas son la mejor expresión de un populismo salvaje que no aporta nada positivo al país y deja de lado que la mejor manera de optimizar los ingresos de los trabajadores es: a) promoviendo inversión privada; b) creando empleos productivos; c) aplicando políticas sustentables para combatir a la inflación; d) garantizando la seguridad jurídica y el estado de derecho a empresa y trabajadores.
¿De qué valen incrementos salariales, si las fuentes de trabajo van en barrena gracias a las políticas de corte comunista del Gobierno?
Una de las tantas fue haber decretado en febrero de este año un aumento de 25% del salario mínimo de manera inconsulta y extemporánea.
En esa oportunidad Chávez anunció que el 10% del nuevo salario mínimo entraba en vigencia el 1° de marzo y el 15% restante se pagaría a partir del 1° de septiembre de 2010. Hay que acotar que la segunda cuota hace que al final el incremento sea realmente de 26,5%.
Ahora, este sábado 1° de mayo, otra vez de forma imprevista e inconsulta, adelantó cuatro meses la fecha de entrada en vigencia de la segunda porción (15%) del incremento del salario mínimo.
Llama a suspicacia, que esta intempestiva decisión fue anunciada a pocas horas de que se celebrasen las elecciones primarias de su partido, el PSUV, donde se escogerían los candidatos a la Asamblea Nacional. ¿Tal vez se intuía que a pesar de las multifacéticas presiones, estos comicios no habían despertado la motivación de la masa electoral chavista?
Peor aún, es que se especula que el Gobierno tendría en mente otro aumento para septiembre a fin de "incentivar" el voto en las elecciones parlamentarias.
Otra sin razón es el aumento de las pensiones para los sobrevivientes. Aunque a simple vista esta decisión perece procedente, lo cierto es que va contra la lógica que se sigue a nivel mundial, que los gastos de un superviviente son menores a los de una pareja.
Lamentablemente, cuando un Gobierno toma decisiones de manera atropellante y sin planificación alguna por medio se generan graves consecuencias para todo el país, entre las cuales destacan: 1) El aumento de las presiones inflacionarias; y 2) el descontrol en todo el aparato productivo, que ve derrumbarse toda su planificación. El cambio abrupto de las reglas de juego, agarra fuera de base a las empresas públicas y privadas que, creyendo en la palabra del mandatario, habían hecho sus ajustes salariales para septiembre. Esto recrudece la precaria situación de pequeñas y medianas empresas, ya agravada por el alza de los costos de las materias primas, la sequía de divisas oficiales y la severa regulación de electricidad.
Medidas como éstas son la mejor expresión de un populismo salvaje que no aporta nada positivo al país y deja de lado que la mejor manera de optimizar los ingresos de los trabajadores es: a) promoviendo inversión privada; b) creando empleos productivos; c) aplicando políticas sustentables para combatir a la inflación; d) garantizando la seguridad jurídica y el estado de derecho a empresa y trabajadores.
¿De qué valen incrementos salariales, si las fuentes de trabajo van en barrena gracias a las políticas de corte comunista del Gobierno?
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