MOSCÚ (AFP) - Seis voluntarios oriundos de Europa, Rusia y China se encerraron a partir de este jueves durante 520 días en una simulación de un vuelo a Marte, para determinar los efectos psicológicos de una reclusión de semejante duración.
La experiencia, llamada Marte-500, comenzó el jueves a las 10H00 GMT, cuando los participantes, todos hombres, cerraron la puerta del módulo donde pasarán el próximo año y medio aislados del resto del mundo.
"Nos veremos dentro de 520 días", dijo a los periodistas uno de los tres voluntarios rusos antes de entrar a la nave.
Un italo-colombiano, un francés, tres rusos y un chino se instalaron en el módulo de 180m2, para los 250 días del "viaje" de ida. Tres de ellos pasarán luego 30 días en otro recinto en el que se imita la superficie del Planeta Rojo y finalmente toda la tripulación "retornará a tierra" tras otros 240 días de aislamiento físico del resto de la humanidad.
El ítalo-colombiano, Diego Urbina, lanzó besos a los espectadores antes de ingresar en el módulo. "Sueño con un futuro en el que los humanos viajarán y trabajarán frecuentemente en el espacio", añadió, al explicar las razones que lo llevaron a participar en esta aventura.
La experiencia se lleva a cabo en el Instituto de Problemas Médico-Biológicos (IBMP) de Moscú, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA).
La nave volverá a abrirse solamente cuando el experimento haya terminado, o si uno de los voluntarios se ve obligado a abandonar. La ausencia de mujer en el experimento impedirá que se analicen las posibles tensiones sexuales que pueden surgir en una tripulación mixta durante un viaje tan largo.
Las comunicaciones entre la tripulación y el centro de control se harán esencialmente por email y el tiempo de transmisión se alargará a medida que avance el viaje, llegando a 40 minutos para un mensaje, tal como sería el caso en una verdadera misión hacia Marte.
Los seis hombres, de 27 a 38 años de edad, verán sus jornadas divididas en tres segmentos de ocho horas dedicadas al trabajo, el ocio y el sueño. También deberán racionar sus alimentos, los mismos que tienen los astronautas de la Estación Espacial Internacional.
Su desayuno estará compuesto esencialmente por cereales, pan y panqueques. En las comidas principales, los voluntarios tendrán carne, pescado o pasta.
"Esto no es como 'Big Brother'. No habrá vigilancia ni videocámaras en todas partes. Esperamos que no haya peleas ni escándalos", dijo Jennifer Ngo-Anh, responsable del programa Marte 500.
Al margen de la ausencia de aire fresco y luz natural, la separación de los seres queridos será para los voluntarios uno de los mayores problemas que deberán superar.
"Será un desafío para todos nosotros. No podremos ver a nuestras familias, a nuestros amigos, pero creo que se trata a pesar de todo de un momento glorioso en nuestras vidas", explicó el chino Wang Yue, de 27 años, desde el IBMP de Moscú, donde está instalado el módulo.
El francés Romain Charles, de 31 años, aseguró que lo más difícil será la ausencia de contactos "con la familia, la novia y los amigos".
Esta "misión" está organizada por el IBMP y la Agencia Espacial Europea (ESA), que describen la experiencia como un intento de "imitar de la forma más precisa una misión a Marte y su retorno, sin necesidad de ir".
"El factor miedo no puede ser simulado", reconoce Christer Fuglesang, directivo de la ESA. "Es cierto que no tomamos en cuenta el hecho de que podrían no regresar" de una misión real a Marte, añade.
Un viaje real hasta el Planeta Rojo no está previsto antes de una treintena de años.
El año pasado, seis voluntarios habían vivido encerrados en un módulo similar en Moscú durante 105 días.
La distancia entre Marte y la Tierra oscila entre 55 y más de 400 millones de kilómetros, en función de las órbitas de los dos planetas.
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