Por JUAN CARLOS CHAVEZ / El Nuevo Herald/jcchavez@elnuevoherald.com
El disidente Guillermo Fariñas cumple hoy 100 días de huelga de hambre para exigir la liberación de presos políticos enfermos, consciente de que su acto de protesta ha puesto la atención de la comunidad internacional sobre el manejo que da el gobierno de Raúl Castro a los presos políticos.
"Creo que la mayor relevancia de esta huelga de hambre y sed ha sido precisamente que amplios sectores de la izquierda han emplazado públicamente al gobierno cubano, tanto en Europa como en América Latina'', dijo Fariñas en una entrevista telefónica a El Nuevo Herald desde su cama de hospital en Santa Clara.
El psicólogo y periodista independiente comenzó la huelga de hambre el 23 de febrero, un día después de la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo. En marzo Fariñas debió ser internado de emergencia tras sufrir dos colapsos que casi lo matan.
"La muerte es una condición natural. La muerte, mientras sea digna, consideramos que debemos afrontarla. Por eso a lo único que le tenemos miedo es a no ser capaces de saber morir con dignidad''.
Los 100 días de ayuno forzado se cumplen 48 horas después de que La Habana decidiera trasladar a 6 presos de conciencia a cárceles cercanas a sus lugares de residencia. Los presos reubicados forman parte de los 75 encarcelados hace siete años durante la llamada Primavera Negra. De ellos, 53 permanecen en prisión.
La orden de traslado se concretó tras una histórica reunión de cuatro horas el 19 de mayo entre Castro y el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de la Arquidiócesis de La Habana, y el presidente de la Conferencia de Obispos Cubanos, monseñor Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba. En la cita también se habló de la posibilidad de trasladar a prisioneros delicados de salud a centros hospitalarios.
Fariñas dijo que este gesto es una maniobra para tratar de dividir al movimiento de las Damas de Blanco.
"Los seis que fueron trasladados son familiares de las damas que han firmado o aparecen como firmantes de la carta donde se les pide a las Damas de Apoyo que no acudan a la 5ta. Avenida'', puntualizó Fariñas.
En La Habana, 35 integrantes de las Damas de Blanco hicieron un llamado reciente a las Mujeres de Apoyo para que, por un período de cinco semanas, dejen de acompañar al colectivo femenino en sus marchas por La Habana. El objetivo es demostrar la flexibilidad y contribución al objetivo fundamental del movimiento, es decir, la libertad inmediata e incondicional de los 53 disidentes detenidos durante la ola represiva del 2003 que todavía permanecen encarcelados.
Laura Pollán, líder del colectivo, se negó a firmar la petición.
"Están tratando de incidir al movimiento porque tienen miedo de que ganen el Premio Nobel de la Paz y se conviertan en un interlocutor válido dentro de Cuba'', explicó Fariñas. También dijo que la reubicación de los presos no puede ser considerado un gesto ‘extraordinario'.
"Lo extraordinario sería que, tras haber asesinado a Orlando Zapata Tamayo, ponga en sus casas, con licencia extrapenal, a esos 26 presos enfermos'', detalló el disidente de 48 años. "Nosotros hemos dicho que si el gobierno pone en libertad entre 10 y 12 de los más graves, y se compromete con la Iglesia a establecer un calendario de excarcelaciones, nosotros vamos a deponer la huelga''.
Fariñas agregó que su estado de salud es bastante estable después de haber pasado las últimas dos noches con fiebres altas y problemas de presión alta. A pesar de los riesgos aseveró que está dispuesto a continuar su lucha pacífica hasta que alcanzar resultados diferenciales.
"Ojalá Dios nos permitiera llegar a los 200'', dijo Fariñas. "Si la historia me da la posibilidad de ser un mártir por la democracia de mi patria, eso pudiera ser así''.
"Creo que la mayor relevancia de esta huelga de hambre y sed ha sido precisamente que amplios sectores de la izquierda han emplazado públicamente al gobierno cubano, tanto en Europa como en América Latina'', dijo Fariñas en una entrevista telefónica a El Nuevo Herald desde su cama de hospital en Santa Clara.
El psicólogo y periodista independiente comenzó la huelga de hambre el 23 de febrero, un día después de la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo. En marzo Fariñas debió ser internado de emergencia tras sufrir dos colapsos que casi lo matan.
"La muerte es una condición natural. La muerte, mientras sea digna, consideramos que debemos afrontarla. Por eso a lo único que le tenemos miedo es a no ser capaces de saber morir con dignidad''.
Los 100 días de ayuno forzado se cumplen 48 horas después de que La Habana decidiera trasladar a 6 presos de conciencia a cárceles cercanas a sus lugares de residencia. Los presos reubicados forman parte de los 75 encarcelados hace siete años durante la llamada Primavera Negra. De ellos, 53 permanecen en prisión.
La orden de traslado se concretó tras una histórica reunión de cuatro horas el 19 de mayo entre Castro y el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de la Arquidiócesis de La Habana, y el presidente de la Conferencia de Obispos Cubanos, monseñor Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba. En la cita también se habló de la posibilidad de trasladar a prisioneros delicados de salud a centros hospitalarios.
Fariñas dijo que este gesto es una maniobra para tratar de dividir al movimiento de las Damas de Blanco.
"Los seis que fueron trasladados son familiares de las damas que han firmado o aparecen como firmantes de la carta donde se les pide a las Damas de Apoyo que no acudan a la 5ta. Avenida'', puntualizó Fariñas.
En La Habana, 35 integrantes de las Damas de Blanco hicieron un llamado reciente a las Mujeres de Apoyo para que, por un período de cinco semanas, dejen de acompañar al colectivo femenino en sus marchas por La Habana. El objetivo es demostrar la flexibilidad y contribución al objetivo fundamental del movimiento, es decir, la libertad inmediata e incondicional de los 53 disidentes detenidos durante la ola represiva del 2003 que todavía permanecen encarcelados.
Laura Pollán, líder del colectivo, se negó a firmar la petición.
"Están tratando de incidir al movimiento porque tienen miedo de que ganen el Premio Nobel de la Paz y se conviertan en un interlocutor válido dentro de Cuba'', explicó Fariñas. También dijo que la reubicación de los presos no puede ser considerado un gesto ‘extraordinario'.
"Lo extraordinario sería que, tras haber asesinado a Orlando Zapata Tamayo, ponga en sus casas, con licencia extrapenal, a esos 26 presos enfermos'', detalló el disidente de 48 años. "Nosotros hemos dicho que si el gobierno pone en libertad entre 10 y 12 de los más graves, y se compromete con la Iglesia a establecer un calendario de excarcelaciones, nosotros vamos a deponer la huelga''.
Fariñas agregó que su estado de salud es bastante estable después de haber pasado las últimas dos noches con fiebres altas y problemas de presión alta. A pesar de los riesgos aseveró que está dispuesto a continuar su lucha pacífica hasta que alcanzar resultados diferenciales.
"Ojalá Dios nos permitiera llegar a los 200'', dijo Fariñas. "Si la historia me da la posibilidad de ser un mártir por la democracia de mi patria, eso pudiera ser así''.
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