SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Con prudencia y discreción, aunque no sin firmeza, las autoridades rectorales de la UCV han manejado el tema del alumno de Trabajo Social suspendido por medidas disciplinarias, cuyas razones este minicronista no quiere ventilar aquí para no salirse del verdadero asunto: la arremetida chacumbeliana contra las universidades.
La cosa es más grave, y detrás del "papelón" de la fiscal general, la defensora del "puesto" y los magistrados del TSJ, jugando en posición adelantada, ya que el mismo estudiante no había sido formalmente notificado de la sanción, queda claro cuál es el propósito de un iracundo Chacumbele contra estas casas de estudios.
Apelando a su deformación cuartelaria, más que a su escasa cultura de militar democrático, Hugo Chávez parece dispuesto desde hace tiempo a "meter en cintura" a las universidades cuya esencia vital la constituye su autonomía. En su mundo controlado por él, Hugo Chávez sueña con ver a la ULA, UCV, LUZ, USB, UDO, UC o UCAB entre otras universidades, uniformadas y sus estudiantes coreando preceptos de su menjurje ideológico que llama "socialismo del siglo XXI".
Pero como eso no ocurre, Chacu apela a argumentos baladíes como el caso de la sanción disciplinaria a un estudiante, y como diría el célebre Cantinflas, ahí está el detalle.
Ahora bien, que esta conducta ilustre la reacción personal el mandamás de la revolución, no excusa a egresados ucevistas, por ejemplo, que hoy conforman el gabinete ministerial para callar esta afrenta y no interponer al menos un acto de mediación.
¿Cobardía? ¿Fanatismo? ¿Comodidad? Nadie sabe. Pero ciertamente da lástima ver a quienes alguna vez fueron dirigentes estudiantiles o profesores ucevistas, y hoy aguantan con vergüenza ajena cuando la bota chacumbeliana pretende aplastar la universidad.
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