Se están haciendo frecuentes las informaciones que dan cuenta de avionetas y barcos que parten de Venezuela y son capturados en otros países con importantes cantidades de droga en su interior. Otro gobierno, uno serio, hubiera tomado medidas hace ya unos años para enfrentar el problema y reducirlo. Claro que este no es un gobierno serio, porque ninguno que pretenda serlo puede tener a El Aissami como ministro y menos a Esteban de Presidente
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
El último episodio serio con el narcotráfico vuelve a tener como epicentro a Valencia, la capital del estado Carabobo. Fue el feudo de Walid Makled, según la acusación oficial.
El presunto narcotraficante hizo una serie de señalamientos, pero ninguno de ellos tuvo consecuencias, excepto la salida voluntaria del magistrado Eladio Aponte Aponte, exiliado en el denostado imperio. Lo que vuelve a poner de manifiesto el narcoavión capturado en Las Canarias, es la poca seriedad que el gobierno tiene para enfrentar este peligroso problema.
El ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami, también señalado por Makled aunque de manera indirecta en actividades relacionadas con el narcotráfico, no tuvo mejor ocurrencia que echarle la culpa de lo ocurrido al gobernador Henrique Salas Feo. Como ya es costumbre en esta administración quisieron endilgarle la culpa de su fracaso a otros.
El ministro pretende que el país olvide que su jefe le quitó la competencia a las gobernaciones en el manejo de los aeropuertos y puertos del país.
También quiere escurrir el bulto y que la gente no se acuerde que bajo su ministerio está el Cicpc y que la Guardia Nacional depende del Ministerio de la Defensa y el INAC del Ministerio de Transporte Aéreo, todos entes que integran el gobierno nacional, ese que dirige Chacumbele y que tiene en sus manos el funcionamiento de los aeropuertos.
Se están haciendo frecuentes las informaciones que dan cuenta de avionetas y barcos que parten de Venezuela y son capturados en otros países con importantes cantidades de droga en su interior.
Otro gobierno, uno serio, hubiera tomado medidas hace ya unos años para enfrentar el problema y reducirlo. Claro que este no es un gobierno serio, porque ninguno que pretenda serlo puede tener a El Aissami como ministro y menos a Esteban de Presidente.
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