Una de las postales turísticas más tradicionales de Venezuela era la que formaban los chaguaramos de la hacienda Santa Teresa, rodeados de cañaverales. Esa postal ya no existe, pues los cultivos de caña fueron sustituidos por invernaderos que ocupan una buena cantidad de hectáreas, tierras que lo más probable es que les hayan sido robadas a los dueños de la referida hacienda, pues en este gobierno eso es uso y costumbre, se expropia sin pagar
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Una de las postales turísticas más tradicionales de Venezuela era la que formaban los chaguaramos de la hacienda Santa Teresa, rodeados de cañaverales. Esa postal ya no existe, pues los cultivos de caña fueron sustituidos por invernaderos que ocupan una buena cantidad de hectáreas, tierras que lo más probable es que les hayan sido robadas a los dueños de la referida hacienda, pues en este gobierno eso es uso y costumbre, se expropia sin pagar.
A los referidos invernaderos se agregan unas vallas publicitarias donde se asegura que se han producido millones de toneladas de alimentos. Como casi siempre en esta "revolución", todo es pura coba.
La pasada semana un equipo del programa Radar de los Barrios entró en los invernaderos y pudo comprobar que lo que sobra allí es mucho monte y ninguna hortaliza. Según Chacumbele en esas tierras se iba a producir tomates, calabacín, berenjenas, coliflor y pimentón.
De esta última hortaliza parece que hay bastante, pero no la que los científicos conocen como Capsicum annuum, sino otra llamada Jauacum annuum o Loyocum annuum, aunque lo más probable es que se trate de un híbrido entre estas dos últimas variedades, pues ambos personajes han manejado el Ministerio de Agricultura y Tierras en los últimos años del chacumbelato con muy malos resultados para el país.
En esa infraestructura se gastó una buena cantidad de millones. Al ser pillados con la maleza en las manos, desde el gobierno tratan de desviar la atención sobre el tema acusando a un miembro del equipo de Globovisión de haber agredido a un campesino.
No sorprendería a nadie si la Asamblea Nacional nombra una comisión para investigar la supuesta agresión y a la vez condecoran a Jaua y Loyo por ser tan productivos a la hora de cosechar pimentones. Es que todos están en un guiso.
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