Diez días después de su muerte, los restos de Hugo Chávez reposan ya en el "Cuartel de la Montaña", un antiguo y simbólico cuartel al que llegó el viernes tras una multitudinaria marcha por las calles de Caracas, en el último adiós al mandatario que gobernó Venezuela durante 14 años.
"¡Le juramos lealtad en esta vida y lo estamos trayendo a su puesto de mando a que repose cristianamente como jefe y comandante en jefe de la Fuerza Armada venezolana!", exclamó con emoción el presidente encargado Nicolás Maduro, quien rodeaba el féretro junto a familiares, ministros y miembros del ejército en un salón del cuartel.
El féretro, con la bandera venezolana, fue depositado después sobre el sarcófago "Flor de los Cuatro Elementos", pero la retransmisión televisiva quedó cortada sin que se pudiera ver si fue sepultado.
A partir del sábado por la mañana, el espacio estará abierto al público y el gobierno espera que se convierta en "un sitio de peregrinación para los revolucionarios del mundo", informó el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas.
Poco antes, el vehículo fúnebre hizo su entrada por las puertas del cuartel, en la barriada del 23 de Enero, en el oeste de Caracas, y varios miembros del alto mando militar cargaron el féretro por una alfombra roja hasta el interior a paso del popular "Patria Querida".
"Este pueblo puede estar totalmente seguro que no les fallaremos, que construiremos el socialismo bolivariano (...) siguiendo, Comandante, sus instrucciones", prometió ante el féretro cerrado su hermano mayor, Adán Chávez, que rompió a llorar y no pudo acabar su discurso.
"Vinimos por el amor y la lealtad, seguiremos toda la vida recordando a Hugo Chávez, el hombre que nos abrió los ojos y los caminos", dijo a la AFP María Ruiz, de 42 años, una responsable local del partido gobernante PSUV, que viajó desde el estado Carabobo (oeste).
"Por él soy lo que soy ahorita", defendió por su parte Ana Julia Campero, de 51 años, tras ver pasar el féretro a las puertas de este cuartel que le sirvió a Chávez como base para su fallido golpe de Estado en 1992 contra el mandatario Carlos Andrés Pérez.
El cortejo fúnebre había empezado dos horas antes, tras una misa y una ceremonia solemne en el patio de la Academia Militar, por la que durante nueve días y noches desfilaron cientos de miles de venezolanos para despedir a su líder en la capilla ardiente instalada tras su muerte, el 5 de marzo.
"Gracias comandante, por devolvernos la patria", expresó la segunda hija de Chávez, María Gabriela, en un mensaje ante el féretro, leído después de que el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, dijera que el mandatario "se convirtió en un presidente ejemplar, el único que se acordó de los pobres".
Poco después, los hermanos del mandatario y sus principales colaboradores cargaron el féretro por un corredor dejado por dos formaciones de 2.000 cadetes hasta que fue introducido en el coche fúnebre con la bandera venezolana.
El cortejo encaró el engalanado Paseo de los Próceres y recorrió lentamente 12 kilómetros por las principales avenidas de la capital venezolana, por entre los miles de simpatizantes que se habían agolpado en los márgenes de las calles y despedían el féretro con la mano en alto, muchos con lágrimas en los ojos, otros persignándose.
Como si quisieran alargar el último adiós, muchos corrían unos metros al ritmo del cortejo, y se confundían con el reguero de motorizados vestidos de rojo que de manera espontánea acompañaban al féretro.
"Hoy tenemos patria", podía leerse en una enorme pancarta. Había gente subida en muros, en árboles, en las azoteas de los edificios, y muchos ondeaban banderas de Venezuela y portaban grandes retratos con el rostro sonriente de Chávez.
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