jueves, 7 de marzo de 2013

La era post-Chávez

Tras el posible triunfo de Nicolás Maduro vendría un paquetazo más feroz. La prensa anglosajona estima que el vicepresidente podría triunfar frente a Capriles, en base al "voto de simpatía". Expertos pronostican que recién después de las elecciones vendrá el cimbronazo financiero

MARIO SZICHMAN/Especial para Tal Cual
Tras el fallecimiento del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, debe convocarse a nuevas elecciones en un lapso de 30 días, y es casi seguro que el vicepresidente Nicolás Maduro, ungido por Chávez, derrotará al candidato opositor Henrique Capriles Radonski.

The Wall Street Journal dijo que Maduro, "respaldado por la formidable maquinaria de campaña del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, es considerado el favorito en una elección adelantada".

Otros medios, como The Financial Times, comparten ese criterio. El periódico londinense señaló que de acuerdo a la encuestadora Hinterlaces , Maduro derrotará a Capriles Radonski por un 50 a un 36 por ciento.

La encuestadora dijo que en esta ocasión funcionará el "voto de simpatía" para brindarle a Maduro un vigoroso triunfo. Ya Hinterlaces había pronosticado con certeza el triunfo de Chávez en las elecciones de octubre de 2012.

A DIOSDADO ROGANDO
La decisión de que Nicolás Maduro asuma la presidencia temporal de Venezuela, previo a su lanzamiento como candidato presidencial por el PSUV, ha abierto ya la primera, irremediable fisura, con Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. Pues no se ha respetado la línea de sucesión.

De acuerdo a la Constitución de la República Bolivariana, el presidente de la Asamblea Nacional debe ser designado presidente temporal hasta que se realicen los comicios.

Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas de Nueva York, dijo que la sucesión presidencial en Venezuela ha adquirido la coloración del barro, acentuando la precariedad institucional en que vive el país.

Según Farnsworth, Cabello tendría que haber sido nombrado presidente temporal "en el mismo momento en que Chávez viajó a Cuba (en diciembre de 2012). Y la cosa se pone más turbia porque Maduro nunca fue electo vicepresidente.

Él fue designado por un líder que nunca fue juramentado" tras los comicios de octubre. "Por lo tanto", añadió Farnsworth, "puede decirse que (Maduro) no tiene por qué estar a cargo" de la presidencia temporal.

SUPER PAQUETAZO
Más allá de la trifulca que se avecina en el seno del PSUV, es interesante señalar que el paquetazo financiero que castigó al pueblo venezolano en su conjunto con una devaluación del bolívar en una tercera parte, es considerado un paquetazo bastante benigno.

Uno de los propósitos habría sido conseguirle a Maduro dinero extra para su campaña electoral. Algunos dicen que en las arcas del Banco Central lo único que ha quedado son los plumeros usados previamente para asear los lingotes de oro.

Es opinión de peritos, recién después de las elecciones vendrá el paquetazo realmente feroz, necesario para saldar cuentas con tanto santo al que se le debe una vela.

David Smidle, experto en Venezuela del "thinktank" Washington Office for Latinamerica, dijo a The Financial Times que la devaluación de febrero "fue claramente insuficiente", a raíz del fenomenal déficit fiscal que tiene Venezuela.

El único propósito de la devaluación, dijo el experto, "parece haber sido ofrecer al gobierno algún tipo de liquidez de corto plazo", capaz de engrasar las finanzas de la campaña de Maduro.

Smidle sugirió que a mediano plazo habrá otra devaluación para lidiar "con distorsiones económicas muy reales". Otros especialistas han comenzado a hablar de un colapso de la economía venezolana.

En septiembre pasado, la empresa de servicios financieros Morgan Stanley alertó sobre un "accidente financiero" en Venezuela, a menos que "la chavoeconomía" pudiese cambiar mágicamente de la mañana a la noche. (Eso no ha ocurrido).

Daniel Volberg, analista de Morgan Stanley, dijo que las cuentas en Venezuela "lucen cada vez más frágiles", y no se requiere una crisis global "para que Venezuela se derrumbe".

Volberg recomendó a los clientes de la empresa que enfoquen sus ojos en el próximo "punto importante de caída": el vencimiento de pagos de la deuda externa venezolana por 4.300 millones de dólares que se registrará entre agosto y noviembre de 2013.

LUZ AL FINAL DEL TÚNEL
De todas maneras, hay todavía algunas esperanzas de que las cosas cambien para mejor. Por ejemplo, John Paul Rathbone, columnista de The Financial Times, dijo que la oposición venezolana no debe caer en la desesperación. Si bien la economía de Venezuela tiene aún margen de maniobra, ese margen es pequeño, debido a la drástica caída de la producción de crudo tras la pésima administración de Pdvsa.

Además, "los problemas que Chávez ha legado a su sucesor", dijo el columnista, "son innumerables". Rathbone diseñó el siguiente escenario: "Durante un tiempo, el señor Maduro, en su rol de nuevo presidente, estará en condiciones de navegar las aguas aprovechando los sentimientos residuales en favor de Chávez y de su revolución. Pero con el tiempo, esos sentimientos pasarán. Inclusive sus más fervorosos partidarios cesarán el duelo y despertarán".

¿Y qué verán? "Un partido Socialista que continúa siendo la fuerza política más vigorosa del país. Pero también ineficiencia, mala administración" de los recursos "y un gobierno que carece de un superávit de petrodólares y del carisma del progenitor que en una época lo sostuvo. Y entonces, podría venir para el chavismo el momento del ajuste de cuentas".

Pero quizás mucho antes, vendrá el ajuste de cuentas de Diosdado Cabello con el hombre que Chávez ungió.

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