Recuerden que febrero es un mes revolucionario, con aquello de "febrero rebelde", y su 2-F, su 4-F y su 27-F. Le faltan días a un mes tan glorioso. Por eso en el Seniat ya comienzan a construir la nueva épica temporal gregoriana, asumiendo labores administrativas el 30 de febrero
Bajo este gobierno hemos tenido cambios de nombre del país, de cantidad de estrellas en la bandera, de huso horario, de principales socios, de significados político-teóricos, de costumbres, de maneras de reaccionar ante la violencia, de cómo compramos la comida, de uso de espacios públicos, de mil cosas, incluso de Presidente y ni nos enteramos.
Pero faltaba algo por cambiar, sin duda. No bastaba con cambiar la hora. Recuerden que febrero es un mes revolucionario, con aquello de "febrero rebelde", y su 2-F, su 4-F y su 27-F.
Le faltan días a un mes tan glorioso. Por eso en el Seniat ya comienzan a construir la nueva épica temporal gregoriana, asumiendo labores administrativas el 30 de febrero.
Así acaban de una vez con aquella vieja práctica del año bisiesto. Es mejor añadir días al mes completo y hacerlo más revolucionario. Nada se resiste a la "revolución", ni las fechas. El 30 de febrero capaz lo bautizan como "el día para festejar los logros de la revolución". Fiesta inexistente, en vista de lo poco que celebrar.
Fuente: TalCualDigital
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