La lucha contra la corrupción que supuestamente inició Nicolás al frente del Gobierno debería ser aplaudida. Debería, sino fuera porque es no solo tímida sino incompleta.
Están ratificando que la gestión del gigante comandante eterno fomentó el latrocinio, el dinero fácil, el acomódame ahí, el póngame donde haya, creado décadas atrás y, en general, la chupadera de dólares.
Y pensar que tanto negaron que existiera una boliburguesía. Uno pudiera pensar que no se trata tanto de una lucha contra la corrupción, sino unos pases de factura, una guerra de mafias internas, y demás.
Pero no seremos mal pensados. Lo que sí hacemos es un llamado a no dejar a nadie liso. Por ejemplo, en el Indepabis el propio Jefe de Estado acusó a Consuelo Cerrada de tener responsabilidad política porque, aunque no se haya quedado con un medio, "estaban robando en sus narices".
Pero visto lo visto, con tanto del Seniat preso, ¿no están robando en las narices de José David Cabello, el hermano de Diosdado y director del Seniat? ¿Cuándo le allanarán la casa al hermanito? ¿Cuándo lo acusarán de responsabilidad política? ¿Cuándo lo investigarán? Prueba de fuego.
TalCualDigital
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