Por: VenEconomía
Los anuncios del Banco Central de Venezuela sobre los resultados de la economía en el segundo trimestre causaron sorpresa, y hasta rechazo, en el sector privado. ¡Y con mucha razón, pues las cifras lucen, por decirlo rápido, contradictorias y poco creíbles!
Analistas consultados por VenEconomia sugieren que las razones de las contradicciones entre lo que dice el BCV y lo que se observa en la realidad, tiene su porqué en el origen de los datos que se utilizan para elaborar los informes de los resultados de la Balanza de Pagos y del Producto Interno Bruto: Mientras el BCV es el que recopila los datos del sector privado en base a sus propias encuestas, muchos de los datos del sector público los recibe directamente del Gobierno Central, sin posibilidad de verificación.
El ejemplo más flagrante de esto es el caso de la Balanza de Pagos. Resulta que desde hace más de una década el gobierno ha estado abultando las cifras de producción y exportación de petróleo. Ahora, para el segundo trimestre, según publicó el BCV las exportaciones petroleras alcanzaron $21,6 millardos, lo que equivaldría a 2,37 millones de b/d a $100,04/bbl. Sin embargo, si se recurre a los informes de la OPEP, este ente reporta que la producción petrolera de Venezuela fue menor que lo supuestamente indica el BCV que fue exportado.
En base a las cifras de OPEP, la AIE y otros, se infiere que las exportaciones verdaderas fueron unos $3,8 millardos menos que lo reportado, suma que supuestamente fue compensada con egresos igualmente ficticios en las cuentas de Capital y Financiera, o en la de “errores y omisiones”.
Lamentablemente, el BCV también presenta las cifras de manera engañosa. Por ejemplo, informó que el país había registrado un superávit de $726 millones en la Balanza de Pagos, omitiendo informar sobre la pérdida de valor de la tenencia de oro, con lo cual las reservas cayeron $1,3 millardos en el segundo trimestre. Curiosamente, lo del oro no aparece mencionado en el Informe del BCV. También, menciona el BCV las utilidades “reinvertidas” en el país, sin aclarar que las remesas de las empresas están reprimidas por Cadivi.
Con respecto al PIB también existen contradicciones. El BCV anuncia un incremento del PIB en el trimestre de 2,6%, y un incremento de 1,6% en el semestre, mucho menor que el 5,8% en el mismo período de 2012.
Pero, aún con esta anémica alza, las cifras del PIB parecen estar abultadas cuando se observa que el sector manufacturero, según el BCV, registró 5,7% de aumento en el segundo trimestre vs. el deprimido $4,9% en el primer trimestre. Este hecho no se compagina con la escasez de divisas, de insumos y de otro sin fin de barreras que acosan al sector.
Si bien este resultado se debe en parte a que la agroindustria tuvo un flujo de divisas más o menos adecuado en el período, muchos de los otros sectores siguen deprimidos, sin insumos y sin divisas.
Así las cosas, es valedera la interrogante de muchos analistas sobre cuán confiable es ese crecimiento de 2,6% del PIB consolidado en el trimestre. No suena lógico que se indique que el sector privado creció tan sólo 2,2% en el período -cifra que es de fiar ya que se basa en lo recaudado por el propio BCV- y a la par se reporte un aumento de 3,5% del sector público. Primero porque la fuente de la información es el propio gobierno, algo que causa desconfianza y, sobre todo, por el público y notorio colapso de las hoy estatales Industrias Diana, Lácteos Los Andes, SIDOR y Venalum, el desplome del sector salud y otras derruidas responsabilidades públicas.
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