Por: VenEconomía
Asdrúbal Aguiar este sábado 12 de octubre publicó un artículo titulado “Miraflores y Venezuela bajo control miltar del Cesppa”, el cual finaliza con una frase lapidaria: El Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria es ¡un mal presagio!
Realmente el Cesspa es de muy mal presagio. Como afirma Aguiar este ente pasa “el poder real de la República” a manos castrenses, entre ellas a las del mayor general que ocupa el Ministerio del Despacho de la Presidencia y a las del mayor general designado como “rector y articulador” del Cesppa.
Y como explica Aguiar, desde el Cesppa se dirigirán las políticas de trabajo de los ministerios del Interior, Exterior y Defensa, violando el artículo 323 de la Constitución que instituye el Consejo de Defensa de la Nación; deroga de facto la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, y arrasa con la Ley del Sistema Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia.
Advierte Aguiar que esta nueva instancia de control de la información, creada por decreto presidencial publicado en Gaceta Oficial 40.266 del 7 de octubre de 2013, es similar a la DINA (Dirección de Inteligencia Militar) de Chile que terminó empantanando a Augusto Pinochet. Al Cesppa le dieron competencias para ser “ente rector y articulador de las políticas de trabajo de las instituciones responsables de la Seguridad, Defensa, Inteligencia y Orden Interno, Relaciones Exteriores y otras que tengan impacto en la seguridad de la Patria” (artículo 3), dirigirá, establecerá y controlará todo lo relacionado con la obtención, fijación de prioridades, análisis y traslado o no de las informaciones que considere estratégicas (artículo 8), y le cabe hasta declararlas o no secretas (artículo 9)”.
“En suma, tendrá el poder que no tiene Maduro, sobre todo en una sociedad global donde el poder reside en la información y no en las armas. El Cesppa es quien decide qué se le informa o no al Jefe del Estado. Nada menos”, advierte quien fuera ministro de Interior y Justicia en la década de los 90.
Por su parte, la Alianza por la Libertad de Expresión, integrada por nueve grupos defensores de la prensa libre, emplazó a los poderes públicos a no permitir la violación de la Constitución. En su comunicado advierten que el Cesppa contradice las garantías para el derecho a la información y la prohibición de censura, según los art. 51, 57,58 y 143 de la Constitución...
Pero el mal presagio no se concreta al Cesppa, sino que se acrecienta con la información que hoy trae El Nacional sobre la constitución de la empresa Sistemas de Comunicaciones de las Fuerzas Armadas Nacionales, que según señalara Nicolás Maduro formará “una cultura militar, democrática, revolucionaria y chavista de todo el pueblo venezolano”.
Es tan malo el presagio, que el vicealmirante retirado Jesús Briceño García, ex jefe de Telecomunicaciones y ex comandante general de la Armada, vincula estos proyectos con las operaciones para consolidar la hegemonía comunicacional advirtiendo que “este proceso mediático en la FANB se relaciona con la guerra psicológica, con la estructura doctrinaria del castrocomunismo. Se requiere ampliar los medios de comunicación para evitar la tercera etapa que es la decepción: cuando el pueblo comienza a darse cuenta de la realidad que vive”.
Un mal presagio que se corrobora cuando Nicolás Maduro agrede y acusa de tratar de “sabotear el sistema de distribución de gasolina e hidrocarburos del país” al Diario 2001 por informar sobre la escasez del combustible en un artículo titulado a “La gasolina la echan con gotero” y pide “que vaya preso el que sea responsable, el dueño de este periódico que sea responsable de estos titulares tiene que ir preso”.
Tan mal presagio que la fiscal general ya puso manos a la obra para investigar al 2001, aun cuando el Cesppa no ha sacado las garras ni ha dictaminado que hablar de escasez es dañino para la revolución.
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