Por: VenEconomía
En Venezuela, lamentablemente, parece que la olla de presión puesta a hervir desde hace años por el cúmulo de atropellos, ilegalidades y violaciones al Estado de Derecho y Justicia e impunidad está en plena ebullición.
El justo reclamo de los estudiantes, por el asalto e intento de violación de una joven en la Universidad del Táchira, fue desoído por la justicia subyugada por un proyecto político.
Más grave aún estos recibieron como respuesta del Estado, la represión y la acción violenta de las fuerzas de seguridad y parapoliciales, terminando con la detención arbitraria y sin pruebas de estudiantes acusados por la acción vandálica de encapuchados en la casa del gobernador del Táchira. Peor aún es que las protestas a nivel nacional para reclamar la liberación de estos estudiantes han derivado de otra cadena de violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno.
Las consecuencia de este mal manejo de una situación de agitación y protestas colectivas de una población cansada de ser subyugada por los problemas económicos y sociales que genera el proyecto castrocomunista, es el amenazador riesgo de que se le salga de las manos a Nicolás Maduro, y se vuelvan incontrolables sus huestes armadas.
Venezuela tiene más de una semana en constante agitación en sus calles a nivel nacional, van cuatro venezolanos fallecidos, centenas de heridos, detenidos y decenas de jóvenes torturados cuando se encontraban bajo las órdenes de cuerpos de seguridad del Estado. Mientras, el verbo violento y amenazador de funcionarios incrementa la percepción de acorralamiento y desesperanza de la ciudadanía. La población en general, afectos o no afectos al gobierno, sufren esta masiva crispación social.
Paralelamente, el gobierno se mantiene en sus trece, sin dar respuesta a los problemas económicos como la inflación o el abastecimiento de cualquiera de los productos o servicios que dependen de las importaciones (más del 85%), así como sigue insistiendo en ahorcar al sector productivo privado a punta de controles cambiarios y leyes altamente punitivas.
La situación es de tal gravedad, que incluso sociólogo alemán Heinz Dieterich, ideólogo del socialismo del siglo XXI y asesor dilecto de Hugo Chávez, esta semana hizo una llamado a Nicolás Maduro, a través de CNN, para llamado a Maduro que integre ya un gobierno de “Salvación Nacional” para salvar al país de una guerra civil.
Sería de esperar, que ahora, el gobierno baje su prepotencia y agresividad más aún cuando en un gesto histórico de patriotismo, Leopoldo López, fue detenido por la Guardia Nacional tras dar un discurso en el cual dijo que aceptaba su destino “si mi encarcelamiento sirve para que despierte Venezuela”. Agregó que “si los medios callan, que hable la calle” porque la lucha es pacífica pero en la calle.
Ojalá que esta inmolación política de Leopoldo López sirva no solo para despertar a Venezuela, sino para silenciar las feroces armas de los “guerreros del gobierno.
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