"Cuando el poderoso se ríe del débil, es un humor realmente negrísimo... Lo estamos padeciendo"
Rolando Salazar es un ferviente creyente del humor, lo considera incluso similar a una oración, por su poder sanador, "si lo practicamos y lo entendemos estamos por encima de las dificultades", dice. Se opone a las visiones que tratan de mostrarlo como evasivo y como el karma de Venezuela. "El problema del país es la ignorancia, la falta de educación, gerencia y cultura, el humor es uno de los sobrevivientes por naturaleza que tienen el pensamiento y el espíritu".
Extraña a su amigo Graterolacho y se enorgullece de haberlo entrenado en el arte del Twitter. Asegura que nadie podrá llenar ese vacío. Y pensando en el país está seguro de que "el que ríe de último, ríe mejor".
-¿Cuál es el papel del humor y del humorista en la Venezuela actual?
-El humor tiene un espacio vital, no tiene un momento preciso. Está en la calamidad, en el esplendor, está como un reflejo de lo que somos. Si podemos reír de algo que nos molesta o nos hace sentir mal, es porque lo reconocemos, estamos por encima de eso y podemos rectificarlo.
-¿Se puede hacer humor desde el poder político, religioso, económico?
-El humor tiene varios matices. Hay un humor destructivo, inquisidor. Cuando el poderoso se ríe del débil, es un humor realmente negrísimo. ¿Que si se puede hacer? Lo estamos padeciendo. Aunque si somos amplios, el humor, con la ironía y la sátira, siempre tiene un doliente. Siempre vas a reír a costa de otros. Por ejemplo, cuando intervinieron el Banco Federal, yo coloqué en el Twitter: 'Ni tan calvo ni con dos pelucas' y entonces la gente por intolerante me decía: 'No te metas con eso, porque yo tengo mis ahorros ahí'. Entonces me doy cuenta de que el ser humano es voluble, tiene egoísmo... y no era para la risa, sino para la reflexión, sobre la cuña y el momento en que vivimos.
-¿Se puede hacer sólo humor de Hugo Chávez? ¿Si te metes con la oposición hieres susceptibilidades?
-Siempre hieres susceptibilidades de algún modo. Tú puedes hablar siempre de algo y estoy seguro de que alguien está siendo aleccionado. Solo que si ese aleccionado tiene más amplitud que tú, entenderá que solo le estás haciendo un aviso, un llamado, o le estás recordando algo... Uno es solo un develador, un revelador, un narrador de cosas, un cronista de su propia vida. El rol de uno no es juzgar sino ser ese medio donde suceden las cosas y el arte está ahí para transmitirlas con humor, con poesía...
-¿Qué opinión tiene sobre Joselo, Roberto Malaver, Roberto Hernández Montoya... que hacen humor desde el poder? ¿Lo hacen reír? ¿Es válido ese humor?
-Yo a ellos los tolero en su mensaje. No es que me den risa, recuerda que el humor no es propiamente un chiste, el humor es que finalmente tú puedes reír de algo que te invitó primero a la reflexión. De Joselo tengo los mejores recuerdos, los más bellos de mi vida. Él fue -y es- el número uno en lo que se refiere al sentido del humor del venezolano, no había un martes de Joselo en el que el país no se paralizara, con un gesto, una manera de hablar, con su genio y una humildad por nacimiento. Que tenga una postura política o no, no me importa. Yo prefiero pensar que a mí no me van a expropiar la admiración y los buenos ratos que he vivido, y si Joselo me los dio, para mí Joselo es eso.
-Eso refiere más al receptor del mensaje humorístico, porque el humor es una palabra amplia y genérica, como la poesía, no podemos adecuarla desde nuestra perspectiva. Es el autor el que te invita a que puedas interpretarla de una manera amplia. Esa pregunta tiene mucho que ver con cómo se asume la realidad, la puedes evadir escuchando rock, yendo al cine, hablando con tus niños, sin ver noticias, y el humor parece que es lo más cómodo, como siempre, el atractivo inicial, para uno regodearse, para reírse en primera instancia. Cuando alguien evade por el humor no es el humor el que lo incita, es la responsabilidad y el propósito con que la gente afronta su problemática.
Una bendición
-El problema no es el humor, ésta es la bendición más grande, siempre se dice: 'Por eso es que estamos como estamos, porque todo lo tomamos de mamadera de gallo'; pues no, el humor está allí tomándote por el espíritu para que no te sientas abatido, los problemas del país son otros. Al igual que la oración, el humor es un acto de liberación donde te entregas con verdad a algo.
-Empezó en el momento cuando dijeron que Pedro León Zapata era un tipo peligroso y que su caricatura desvirtuaba la idea revolucionaria. Entonces surgió aquella frase: 'Zapata, cuánto te pagan por eso'. Fue el primer mensaje.
-¿Cuándo meterán al primero preso? ¿Está listo usted para ir a la cárcel?
-Nadie está listo para ir a la cárcel. Como diría Bolívar, si contribuye a que cesen los hostigamientos y sea un elemento más para que la gente entienda que tenemos que tener pluralidad, conciliación, que el país debe ser manejado con criterios amplios, qué vamos a hacer, pagaremos cana (cárcel).
-Espero que mis hijos siempre cuenten conmigo hasta que ellos ya tengan suficiente carácter e independencia.
-Sí, porque las imitaciones son narraciones de hechos, entonces como él ha sido protagonista de muchas de las cosas que son noticia, yo recojo lo que está allí, y como él siempre está allí... Y el día en que no esté... yo sí voy a estar, yo sí voy a seguir.
-Siempre uno debe tener la mejor manera de decir las cosas, para hacer reír no se necesita ser irrespetuoso. Es importante adecuarse y para eso está la literatura. La palabra está por encima de cualquier situación. Para cualquier régimen, siempre estará la reinvención del humor.
-La historia lo ha dicho. Nos narra que la libertad del espíritu y del ser humano son dones naturales... Estos tiempos obsoletos quedarán como un cascarón seco en el porvenir, que será inmediato.
Extraña a su amigo Graterolacho y se enorgullece de haberlo entrenado en el arte del Twitter. Asegura que nadie podrá llenar ese vacío. Y pensando en el país está seguro de que "el que ríe de último, ríe mejor".
-¿Cuál es el papel del humor y del humorista en la Venezuela actual?
-El humor tiene un espacio vital, no tiene un momento preciso. Está en la calamidad, en el esplendor, está como un reflejo de lo que somos. Si podemos reír de algo que nos molesta o nos hace sentir mal, es porque lo reconocemos, estamos por encima de eso y podemos rectificarlo.
-¿Se puede hacer humor desde el poder político, religioso, económico?
-El humor tiene varios matices. Hay un humor destructivo, inquisidor. Cuando el poderoso se ríe del débil, es un humor realmente negrísimo. ¿Que si se puede hacer? Lo estamos padeciendo. Aunque si somos amplios, el humor, con la ironía y la sátira, siempre tiene un doliente. Siempre vas a reír a costa de otros. Por ejemplo, cuando intervinieron el Banco Federal, yo coloqué en el Twitter: 'Ni tan calvo ni con dos pelucas' y entonces la gente por intolerante me decía: 'No te metas con eso, porque yo tengo mis ahorros ahí'. Entonces me doy cuenta de que el ser humano es voluble, tiene egoísmo... y no era para la risa, sino para la reflexión, sobre la cuña y el momento en que vivimos.
-¿Se puede hacer sólo humor de Hugo Chávez? ¿Si te metes con la oposición hieres susceptibilidades?
-Siempre hieres susceptibilidades de algún modo. Tú puedes hablar siempre de algo y estoy seguro de que alguien está siendo aleccionado. Solo que si ese aleccionado tiene más amplitud que tú, entenderá que solo le estás haciendo un aviso, un llamado, o le estás recordando algo... Uno es solo un develador, un revelador, un narrador de cosas, un cronista de su propia vida. El rol de uno no es juzgar sino ser ese medio donde suceden las cosas y el arte está ahí para transmitirlas con humor, con poesía...
-¿Qué opinión tiene sobre Joselo, Roberto Malaver, Roberto Hernández Montoya... que hacen humor desde el poder? ¿Lo hacen reír? ¿Es válido ese humor?
-Yo a ellos los tolero en su mensaje. No es que me den risa, recuerda que el humor no es propiamente un chiste, el humor es que finalmente tú puedes reír de algo que te invitó primero a la reflexión. De Joselo tengo los mejores recuerdos, los más bellos de mi vida. Él fue -y es- el número uno en lo que se refiere al sentido del humor del venezolano, no había un martes de Joselo en el que el país no se paralizara, con un gesto, una manera de hablar, con su genio y una humildad por nacimiento. Que tenga una postura política o no, no me importa. Yo prefiero pensar que a mí no me van a expropiar la admiración y los buenos ratos que he vivido, y si Joselo me los dio, para mí Joselo es eso.
-¿Cuál es la línea que separa el humor de la evasión del humor reflexivo?
-Eso refiere más al receptor del mensaje humorístico, porque el humor es una palabra amplia y genérica, como la poesía, no podemos adecuarla desde nuestra perspectiva. Es el autor el que te invita a que puedas interpretarla de una manera amplia. Esa pregunta tiene mucho que ver con cómo se asume la realidad, la puedes evadir escuchando rock, yendo al cine, hablando con tus niños, sin ver noticias, y el humor parece que es lo más cómodo, como siempre, el atractivo inicial, para uno regodearse, para reírse en primera instancia. Cuando alguien evade por el humor no es el humor el que lo incita, es la responsabilidad y el propósito con que la gente afronta su problemática.
Una bendición
-El problema no es el humor, ésta es la bendición más grande, siempre se dice: 'Por eso es que estamos como estamos, porque todo lo tomamos de mamadera de gallo'; pues no, el humor está allí tomándote por el espíritu para que no te sientas abatido, los problemas del país son otros. Al igual que la oración, el humor es un acto de liberación donde te entregas con verdad a algo.
-En Venezuela se persigue a periodistas, políticos y hasta carniceros. ¿Cuándo comienza la persecución de los humoristas?
-Empezó en el momento cuando dijeron que Pedro León Zapata era un tipo peligroso y que su caricatura desvirtuaba la idea revolucionaria. Entonces surgió aquella frase: 'Zapata, cuánto te pagan por eso'. Fue el primer mensaje.
-¿Cuándo meterán al primero preso? ¿Está listo usted para ir a la cárcel?
-Nadie está listo para ir a la cárcel. Como diría Bolívar, si contribuye a que cesen los hostigamientos y sea un elemento más para que la gente entienda que tenemos que tener pluralidad, conciliación, que el país debe ser manejado con criterios amplios, qué vamos a hacer, pagaremos cana (cárcel).
-¿Cuál es el mayor miedo de Rolando Salazar?
-Espero que mis hijos siempre cuenten conmigo hasta que ellos ya tengan suficiente carácter e independencia.
-¿Imita a Chávez con la misma frecuencia?
-Sí, porque las imitaciones son narraciones de hechos, entonces como él ha sido protagonista de muchas de las cosas que son noticia, yo recojo lo que está allí, y como él siempre está allí... Y el día en que no esté... yo sí voy a estar, yo sí voy a seguir.
-¿Ha tenido que autocensurarse?
-Siempre uno debe tener la mejor manera de decir las cosas, para hacer reír no se necesita ser irrespetuoso. Es importante adecuarse y para eso está la literatura. La palabra está por encima de cualquier situación. Para cualquier régimen, siempre estará la reinvención del humor.
-¿Saldremos de ésta?
-La historia lo ha dicho. Nos narra que la libertad del espíritu y del ser humano son dones naturales... Estos tiempos obsoletos quedarán como un cascarón seco en el porvenir, que será inmediato.
Ángel Ricardo Gómez
EL UNIVERSAL
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