Vaya trabajito el que le dejó Cilia Flores al bonachón de Soto Rojas. A pesar de ser un hombre templado en los agitados días de la lucha armada, eso de lidiar con diputados que durante cinco años no se sentaron en una curul, es como trabajar de corresponsal de prensa en Kabul y sin chaleco antibalas. Aún así, el flamante presidente de la Asamblea ha prometido tomarse las cosas con buen ánimo y con la disposición al diálogo que le faltó a su antecesora. Eso sí dicen que ha reclamado Soto Rojas si esto va ser sólo con agua, al menos pónganle unos hielos.
Foto: Renier Otto/TalCualDigital
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