El embajador adjunto de Libia ante la ONU,Ibrahim Dabbashi, aseguró que la brutal represión ha dejado miles de muertos en el país y que al régimen de Gadafi le queda poco tiempo
El embajador adjunto de la misión libia ante la ONU, Ibrahim Dabbashi, aseguró este viernes que son miles y no centenares los muertos en Libia.
"El régimen del dictador vive sus últimos instantes. Hay miles de personas que llegan a Trípoli y se reúnen en la plaza principal de Trípoli, la plaza de los mártires", dijo el diplomático, que presentó su dimisión el lunes.
Dabbashi asegura que el pueblo vencerá, pero certificó que Gadafi envió a "sus terroristas frente a los manifestantes", y "nosotros esperamos miles de muertos hoy en Trípoli", añadió.
Asimismo, testigos aseguraron que lilicias leales a Muamar Gadafi dispararon el viernes contra manifestantes que salían de mezquitas en la capital libia reclamando la caída del régimen, dejando por lo menos cuatro muertos.
En otras ciudades en el este, decenas de miles de personas efectuaron manifestaciones en apoyo de la primera protesta en Trípoli en varios días.
Los manifestantes que exigían la salida de Gadafi salieron de las mezquitas cercanas a la Plaza Verde, en el centro de Trípoli, y de otros distritos después de las oraciones, y fueron enfrentados por soldados y milicianos que les dispararon, según dijeron varios testigos. Agregaron que pistoleros apostados en techos de edificios también dispararon contra los manifestantes.
“En la primera ronda de disparos, mataron a siete personas que yo tenía a 10 metros. Muchas personas murieron debido a balazos en la cabeza”, dijo un hombre que participó en la marcha desde la plaza Tajoura, en el este de Trípoli. “Es como si fuéramos perros”.
Los milicianos dispararon contra otras manifestaciones en los distritos de Fashloum y Souq al-Jomaa, donde testigos reportaron cuatro muertos. Los reportes no pudieron ser confirmados de forma inmediata.
Por la noche Gadafi apareció ante más de 1.000 partidarios suyos en la Plaza Verde y les pidió que lucharan contra los manifestantes para “defender la nación”.
“Contraataquen, contraataquen”, pidió Gadafi desde el Castillo Rojo, un fuerte que da a la plaza. “Bailen, canten y prepárense. Prepárense para defender Libia, defender el petróleo, la dignidad y la independencia”.
Gadafi avisó de que en el momento apropiado el país “abrirá los almacenes de armas para que todos los libios y tribus estén armados, para que Libia quede roja de fuego”.
La multitud ondeaba banderas verdes y mostraba fotografías del líder.
“Estoy en medio de la gente en la Plaza Verde….Esta es la gente que quiere a Moamar Gadafi. Si el pueblo de Libia, y los árabes y los africanos no quieren a Moamar Gadafi entonces Moamar Gadafi no merece vivir”, dijo.
Las protestas del viernes fueron las primeras manifestaciones significativas de oposición al régimen en la capital desde principios de esta semana, cuando milicianos iniciaron una fuerte represión contra manifestantes en la que murieron docenas de personas.
Los partidarios de Gadafi se han hecho fuertes en Trípoli, el centro del territorio reducido que controla el régimen. El levantamiento que comenzó el 15 de febrero se ha extendido por casi toda la mitad oriental del país.
Aun en el bolsón del noroeste de Libia en torno de Trípoli, varias ciudades han caído en manos de la rebelión. Fuerzas de Gadafi y milicianos fueron rechazados el jueves cuando trataban de recuperar territorios perdidos en las ciudades de Zawiya y Misrata, cerca de la capital. Los choques dejaron por lo menos 30 muertos.
Por otra parte, continuaban las deserciones de un régimen que durante décadas sólo conoció la lealtad inconmovible.
La delegación libia ante la ONU en Ginebra anunció que se pasaba a la oposición, y recibió una estruendosa ovación en el Consejo de Derechos Humanos. También renunció el embajador de Libia en Lisboa.
Se sumaron así a una serie de diplomáticos libios que desertaron del régimen, como lo hicieron los ministros de Justicia e Interior en el país y uno de los colaboradores más allegados a Gadafi, su primo Ahmed Gadaf al-Dam, quien se refugió en Egipto.
En visita a Turquía, el presidente francés Nicolas Sarkozy dijo que la violencia de los gadafistas no puede quedar impune.
La Alta Comisión de la ONU para los Derechos Humanos condenó unánimemente a Libia el viernes, ordenó una investigación de posibles delitos de lesa humanidad y recomendó que se suspenda al país.
Horas más tarde se reunía el Consejo de Seguridad de la ONU para considerar la posibilidad de sanciones, en tanto el consejo de la OTAN en Bruselas analizaba pedidos de desplegar fuerzas en el Mediterráneo.
Cort. TalCualDigital
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