Huecos, fisuras y basura se acumulan (J.Aranguren)
Usuarios enfrentan peores condiciones estructurales desde hace dos años. Sus 45 km de recorrido se encuentran filtrados de aguas servidas.
ANDREÍNA GÓMEZ | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Además de la presión que ejerce el tránsito automotor, el desarrollo descontrolado de viviendas en las laderas de los cerros socavan aceleradamente los terrenos que sostienen a la carretera Panamericana.
Sus 45 km de recorrido se encuentran filtrados de aguas servidas y, en muchos puntos, afectados por el colapso de tuberías de agua potable. Pese al trabajo de las comunidades y autoridades, la humedad constituye una constante en toda la vía.
La presión pluvial también ha sumado factores de saturación sobre las montañas, causando más de 125 derrumbes, según las emergencias atendidas por Protección Civil Miranda hasta finales de 2010.
La gran cantidad de problemas que afectan a la Panamericana se escapan del control de un solo organismo. Para el director de Protección Civil Los Salias, Miguel Cabrera, haría falta un organismo multidisciplinario para atender todas las fallas que amenazan la conexión expresa desde Altos Mirandinos.
En el 2009, la Panamericana pasó a ser atendida por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones. Antes de entregar sus competencias al organismo central, la Gobernación de Miranda invirtió Bs 10 millones para recuperar la pista, los separadores y parte de la luminaria que va desde Los Teques hasta el km 7.5, que marca el límite con el municipio Libertador.
Tras casi dos años, esa inversión está prácticamente desdibujada. La Panamericana luce su peor aspecto, generando grandes perjuicios para el tránsito automotor y creando ansiedad y zozobra entre conductores y pasajeros que la cruzan a diario. Adicionalmente, la vía se extiende por cuatro municipios que nunca han logrado mancomunar esfuerzos para lograr mejoras sustanciales y mantenerla en buenas condiciones.
Autoridades del Fuerte Tiuna, Tránsito Terrestre, además de las policías de Miranda, Los Salias, Carrizal y Guaicaipuro se ven obligados a actuar y aplicar soluciones aisladas, sobre todo cuando se trata de atender una contingencia ocurrida en su zona territorial.
La vía es sometida a la actuación de muchos organismos, pero adolece de un plan estructural de mantenimiento y coordinación que controle los factores que amenazan su estabilidad.
Tomás Malpica, jefe de operaciones de Mantenimiento Miranda y quien fuera Autoridad Única de la Panamericana antes de que el cargo fuera eliminado, piensa que la solución real está en la creación de una vía alterna (autopista) para albergar el contingente vehicular que diariamente se desplaza entre Los Teques y Caracas.
Pensando en soluciones a corto plazo, Malpica sostiene que lo mejor sería que el MTC devolviera la competencia a la Gobernación, a fin de permitir acciones directas para corregir los problemas más graves.
Y dotar de recursos a las alcaldías para el mantenimiento de planes integrales, así como investigar la compra de terrenos de los centros comerciales que consumen más cien metros de separación e impiden una ampliación de sus canales de circulación.
Pudiera ser útil un plan educativo para la ciudadanía y obligar a las empresas a tener responsabilidad sobre las mejoras en su área de influencia.
Esas ideas requieren voluntad y acuerdo entre entes involucrados, pues su deterioro progresivo afecta a 300 mil habitantes altomirandinos y a 85 mil conductores diarios que la usan para conectarse con el Área Metropolitana, el Tuy y la zona central.
ANDREÍNA GÓMEZ | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
Además de la presión que ejerce el tránsito automotor, el desarrollo descontrolado de viviendas en las laderas de los cerros socavan aceleradamente los terrenos que sostienen a la carretera Panamericana.
Sus 45 km de recorrido se encuentran filtrados de aguas servidas y, en muchos puntos, afectados por el colapso de tuberías de agua potable. Pese al trabajo de las comunidades y autoridades, la humedad constituye una constante en toda la vía.
La presión pluvial también ha sumado factores de saturación sobre las montañas, causando más de 125 derrumbes, según las emergencias atendidas por Protección Civil Miranda hasta finales de 2010.
La gran cantidad de problemas que afectan a la Panamericana se escapan del control de un solo organismo. Para el director de Protección Civil Los Salias, Miguel Cabrera, haría falta un organismo multidisciplinario para atender todas las fallas que amenazan la conexión expresa desde Altos Mirandinos.
En el 2009, la Panamericana pasó a ser atendida por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones. Antes de entregar sus competencias al organismo central, la Gobernación de Miranda invirtió Bs 10 millones para recuperar la pista, los separadores y parte de la luminaria que va desde Los Teques hasta el km 7.5, que marca el límite con el municipio Libertador.
Tras casi dos años, esa inversión está prácticamente desdibujada. La Panamericana luce su peor aspecto, generando grandes perjuicios para el tránsito automotor y creando ansiedad y zozobra entre conductores y pasajeros que la cruzan a diario. Adicionalmente, la vía se extiende por cuatro municipios que nunca han logrado mancomunar esfuerzos para lograr mejoras sustanciales y mantenerla en buenas condiciones.
Autoridades del Fuerte Tiuna, Tránsito Terrestre, además de las policías de Miranda, Los Salias, Carrizal y Guaicaipuro se ven obligados a actuar y aplicar soluciones aisladas, sobre todo cuando se trata de atender una contingencia ocurrida en su zona territorial.
La vía es sometida a la actuación de muchos organismos, pero adolece de un plan estructural de mantenimiento y coordinación que controle los factores que amenazan su estabilidad.
Tomás Malpica, jefe de operaciones de Mantenimiento Miranda y quien fuera Autoridad Única de la Panamericana antes de que el cargo fuera eliminado, piensa que la solución real está en la creación de una vía alterna (autopista) para albergar el contingente vehicular que diariamente se desplaza entre Los Teques y Caracas.
Pensando en soluciones a corto plazo, Malpica sostiene que lo mejor sería que el MTC devolviera la competencia a la Gobernación, a fin de permitir acciones directas para corregir los problemas más graves.
Y dotar de recursos a las alcaldías para el mantenimiento de planes integrales, así como investigar la compra de terrenos de los centros comerciales que consumen más cien metros de separación e impiden una ampliación de sus canales de circulación.
Pudiera ser útil un plan educativo para la ciudadanía y obligar a las empresas a tener responsabilidad sobre las mejoras en su área de influencia.
Esas ideas requieren voluntad y acuerdo entre entes involucrados, pues su deterioro progresivo afecta a 300 mil habitantes altomirandinos y a 85 mil conductores diarios que la usan para conectarse con el Área Metropolitana, el Tuy y la zona central.
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