Jorge Rodríguez, después de que se le alzó su propia policía, al final, no tuvo más remedio en la práctica que "destituir" al comandante de la Policía Municipal, un tal Renny Villaverde. Por su lado, Elías Jaua también recogió a su tumbaíto, Richard Canán
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
El alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, después de que se le alzó su propia policía, tardó varios días en tomar la decisión, pero, al final, no tuvo más remedio en la práctica que "destituir" al comandante de la Policía Municipal, colocando por encima de él a otro funcionario.
El tipo, un tal Renny Villaverde, había sido acusado de toda clase de desafueros por sus subordinados, incluyendo, entre los no menos importantes, el de corrupción. Lo llamaban "tirano" y "ladrón".
Pero aquí cada mafia interna del PSUV protege a sus cachorros y el hombre, en lugar de ser llevado a juicio, dada la magnitud de las acusaciones que le formularon sus subalternos, o, al menos, abrirle una averiguación, fue dejado en su otra chamba, donde también "hay", un instituto cuyas siglas son Insetra, que se "ocupa" de algo así como el tránsito en Caracas, es decir, de nada. Si esto ocurrió es porque Jorge dio la razón a los agentes alzados.
Entonces, ¿por qué no dejó en manos de la justicia las denuncias contra él? Imposible, esas eran, a veces, cosas de la Cuarta República, que un revolucionario no puede reproducir.
Por su lado, Elías Jaua también recogió a su tumbaíto, Richard Canán, quien saltó de alguno de esos ministerios cuyos nombres nadie puede recordar, cuando el Presidente lo cazó en una coba que lo dejó malparado en su conversación telefónica con el presidente del Provincial.
Pero Elías se lo llevó como Director General de la Vicepresidencia de la República. Aquí puede ser reciclado cualquiera menos los que atañen directamente a Chacumbele. De esos sólo ha perdonado a Arias Cárdenas y eso para tenerlo de trompo servidor, para humillarlo públicamente cada vez que le da la gana.
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
El alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, después de que se le alzó su propia policía, tardó varios días en tomar la decisión, pero, al final, no tuvo más remedio en la práctica que "destituir" al comandante de la Policía Municipal, colocando por encima de él a otro funcionario.
El tipo, un tal Renny Villaverde, había sido acusado de toda clase de desafueros por sus subordinados, incluyendo, entre los no menos importantes, el de corrupción. Lo llamaban "tirano" y "ladrón".
Pero aquí cada mafia interna del PSUV protege a sus cachorros y el hombre, en lugar de ser llevado a juicio, dada la magnitud de las acusaciones que le formularon sus subalternos, o, al menos, abrirle una averiguación, fue dejado en su otra chamba, donde también "hay", un instituto cuyas siglas son Insetra, que se "ocupa" de algo así como el tránsito en Caracas, es decir, de nada. Si esto ocurrió es porque Jorge dio la razón a los agentes alzados.
Entonces, ¿por qué no dejó en manos de la justicia las denuncias contra él? Imposible, esas eran, a veces, cosas de la Cuarta República, que un revolucionario no puede reproducir.
Por su lado, Elías Jaua también recogió a su tumbaíto, Richard Canán, quien saltó de alguno de esos ministerios cuyos nombres nadie puede recordar, cuando el Presidente lo cazó en una coba que lo dejó malparado en su conversación telefónica con el presidente del Provincial.
Pero Elías se lo llevó como Director General de la Vicepresidencia de la República. Aquí puede ser reciclado cualquiera menos los que atañen directamente a Chacumbele. De esos sólo ha perdonado a Arias Cárdenas y eso para tenerlo de trompo servidor, para humillarlo públicamente cada vez que le da la gana.
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