Por: VenEconomía
Esta semana se instaló en el edificio Pajaritos, sede de las comisiones del Parlamento, la primera mesa de trabajo del llamado "pueblo legislador" con pequeños y medianos productores de café de Trujillo, Lara, Portuguesa, Yaracuy y Táchira, así como con los representantes de las alcaldías de estos cinco estados.
El objetivo de esta mesa sería, en primera instancia, analizar la situación del sector, detectar problemas y opciones, a fin de elevar planteamientos e iniciativas al Parlamento, así como "implementar una plataforma común para incrementar la producción de café". Hasta aquí suena plausible la iniciativa.
La cuestión comienza a tomar color de hormiga, cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, revela que con esas mesas buscarían crear "un nuevo modelo socioproductivo" bajo esquemas mixtos de propiedad, donde se "combinen la propiedad privada, comunal y estatal".
En el afán de meter el comunismo a como de lugar en todo el quehacer del país, se les olvida a los funcionarios del chavismo, el deterioro sufrido por el sector en los últimos 12 años, acelerado por su política confiscadora y controladora.
Primero, el control de precios a nivel del productor ha sido, y sigue siendo, un desincentivo al cultivo del café. A grosso modo, se estima que el costo de producción de un grano de café lavado es el doble del precio fijado por el gobierno.
A esto se le agrega el que el gobierno arrasó con las dos principales torrefactoras, como lo son Fama de América (hoy en manos del Gobierno) y Café Madrid (hoy convertida en una "empresa socialista" con 50% de participación estatal).
Estas políticas son las que han llevado a que el consumo nacional hoy se abastezca en más del 50% con importaciones.
Esta debacle no la parará la declaración del café como "producto bandera" de la revolución ni los millones (¿mal?) gastados en el Plan Café y en otros planes inventados por este Gobierno. Menos la pararán las "mesas de un pueblo legislador", que subordinado a Chávez terminará avalando al comunismo.
Otro sería el cantar de estas mesas de trabajo del "pueblo legislador" si el resultado de los análisis y de las propuestas llevara: 1) A una sinceración de los precios. 2) A un trabajo coordinado con el sector privado que ha acumulado años de conocimiento y tecnología. 3) A incorporar nuevas hectáreas de cultivo. 4) A incentivar al recurso humano necesario para el cultivo, que estima Fedeagro, en cerca de 129.613 agricultores que se han ido a las ciudades.
El objetivo de esta mesa sería, en primera instancia, analizar la situación del sector, detectar problemas y opciones, a fin de elevar planteamientos e iniciativas al Parlamento, así como "implementar una plataforma común para incrementar la producción de café". Hasta aquí suena plausible la iniciativa.
La cuestión comienza a tomar color de hormiga, cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Soto Rojas, revela que con esas mesas buscarían crear "un nuevo modelo socioproductivo" bajo esquemas mixtos de propiedad, donde se "combinen la propiedad privada, comunal y estatal".
En el afán de meter el comunismo a como de lugar en todo el quehacer del país, se les olvida a los funcionarios del chavismo, el deterioro sufrido por el sector en los últimos 12 años, acelerado por su política confiscadora y controladora.
Primero, el control de precios a nivel del productor ha sido, y sigue siendo, un desincentivo al cultivo del café. A grosso modo, se estima que el costo de producción de un grano de café lavado es el doble del precio fijado por el gobierno.
A esto se le agrega el que el gobierno arrasó con las dos principales torrefactoras, como lo son Fama de América (hoy en manos del Gobierno) y Café Madrid (hoy convertida en una "empresa socialista" con 50% de participación estatal).
Estas políticas son las que han llevado a que el consumo nacional hoy se abastezca en más del 50% con importaciones.
Esta debacle no la parará la declaración del café como "producto bandera" de la revolución ni los millones (¿mal?) gastados en el Plan Café y en otros planes inventados por este Gobierno. Menos la pararán las "mesas de un pueblo legislador", que subordinado a Chávez terminará avalando al comunismo.
Otro sería el cantar de estas mesas de trabajo del "pueblo legislador" si el resultado de los análisis y de las propuestas llevara: 1) A una sinceración de los precios. 2) A un trabajo coordinado con el sector privado que ha acumulado años de conocimiento y tecnología. 3) A incorporar nuevas hectáreas de cultivo. 4) A incentivar al recurso humano necesario para el cultivo, que estima Fedeagro, en cerca de 129.613 agricultores que se han ido a las ciudades.
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