Para que la UCV se adapte a los tiempos de la revolución bolivariana, un grupo de chavistas se aventuró a escalar hasta las alturas del símbolo de esta casa que vence las sombras. Con el mecate que suelen emplear para lisonjear al líder único e insustituible del proceso, los jóvenes del M28 precisaron una de las manecillas del reloj y en un acto por demás arriesgado atrasaron la hora, de la misma forma como Pol Pot en Camboya impuso el retorno al año cero para reinventar su propio calendario.
Foto: Jean Boher/TalCualDigital
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